Futuro del sistema solar
( Publicado en Revista Creces, Junio 1998 )
Los Astrónomos tienen la ventaja de poder hacer predicciones que si después no se cumplen, nadie va a estar para pasar la cuenta. Así por ejemplo Rafael Lorenz y sus colegas del laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona en Tucson, afirman que cuando el sol se envejezca (de aquí a seis mil millones de años), transformándose en un gigante rojo, comenzaría la vida en Titán, la mayor luna del planeta Saturno (Geophysical Research Letters, vol. 24,1997, pág. 2905).
Según estos científicos, cuando ello ocurra, el sol se debería expandir y eventualmente por ello, incineraría a la Tierra. Pero también calentaría la superficie de la luna que actualmente tiene una temperatura de -180ºC. Titán tiene una atmósfera muy densa, con una presión equivalente a 1.5 veces a la de la Tierra, y es tan frío porque la luz ultravioleta del sol, destruyó el metano de su atmósfera alta, produciendo una bruma estratosférica de tal magnitud, que a su vez bloqueó el paso de la mayor parte de la luz solar, impidiendo así el calentamiento de su superficie.
Todo esto cambiaría cuando el sol, al final de su vida, se transforme en un gigante rojo. Ello sucederá cuando se agote el hidrógeno combustible de su núcleo y comience a quemar el hidrógeno de sus capas más externas. Entonces la atmósfera se expanderá enormemente y al mismo tiempo se enfriará. La expansión alcanzará una dimensión gigante, hasta tal punto que llegará a englobar a sus planetas cercanos. En el proceso, llegará también a incinerar la Tierra. Pero el gigante rojo, va a emitir muy poca radiación ultravioleta, culpable de la bruma que rodea a Titán. Por esto, esa luna se beneficiará, ya que al disiparse la bruma llegaría a su superficie una mayor cantidad de luz solar, y como consecuencia se calentaría, hasta alcanzar -70ºC.
A esta temperatura el agua está congelada. Pero el amonio actúa como un anticongelante, de modo que la mezcla agua-amonio permanece líquida hasta una temperatura de - 100ºC. Esta mezcla es tóxica en términos de la vida terrestre, pero puede constituir un solvente viable para la química prebiótica y protobiótica. Como el sol debería permanecer en el estado de gigante rojo aún por muchos cientos de millones de años, allí podría comenzar a evolucionar la vida. El tiempo que dura en este estado es mucho mayor que lo que demoró el desarrollo de la vida en la Tierra.
Los investigadores agregan que muchas estrellas cercanas a nuestro sol, entre ellas 51 Pegasi, ya se están acercando a la etapa del gigante rojo. Si hay planetas alrededor de ellas, que en la actualidad no pueden soportar la vida, en el proceso del cambio podrían hacerlo. De este modo, para que al menos nos sirva de consuelo antes de que se extinga la vida en la Tierra, podrían existir otras nuevas alternativas en que ella estuviera comenzando en otras partes del Universo.