La evaluación de nuestro sistema educativo
( Publicado en Revista Creces, Marzo 2001 )
Recientemente se han publicado los resultados de la Evaluación Internacional de la Educación Media en las áreas de matemáticas y ciencias (biología, física y química), realizada en 28 países. Se trata de la prueba TIMSS (Third Intemational Mathematics and Science Study), a la que se pueden someter voluntariamente los países que lo solicitan. A petición del Ministerio de Educación, nuestro país también ha sido incluido entre los países evaluados. Los más altos puntajes los han obtenido los llamados Tigres Asiáticos (Taiwán, Korea del Sur y Singapur). Los peores, corresponden a Chile, Filipinas y Sud Africa (ver tabla).
Sólo 28 países han solicitado oficialmente ser evaluados, y la mayor parte de ellos se trata de países desarrollados. Chile es el único país de América Latina que se ha sometido a esta prueba. Su ranking ha resultado ser inferior al promedio, tanto para matemáticas como para ciencias.
Las reacciones frente a estos resultados han sido variadas. Para unos, los resultados no los consideran tan malos, dado que nos estamos comparando con los países desarrollados: ¡otra cosa sería si nos comparáramos con nuestros iguales! (¡Mal de muchos, consuelo de tontos!). Para otros en cambio, ello constituye un motivo de gran preocupación, ya que se comprueba una vez más el gran retraso de nuestro sistema educativo frente al mundo desarrollado al que pretendemos incorporamos.
Es un hecho que el enorme perfeccionamiento de las comunicaciones y del transporte están llevando a un creciente proceso mundial de globalización económica y cultural, del cual no podemos ni debemos marginarnos. Nuestras posibilidades de éxito para insertamos en él depende, en gran medida, de nuestra capacidad competitiva, lo que a su vez depende del nivel educacional que alcancemos en nuestra población. Es en este sentido que las cifras arrojadas por la prueba TIMSS deben preocupar grandemente.
El desarrollo en si no es una meta, pero es el único camino posible para elevar la calidad de vida, alcanzar el bienestar y eliminar la pobreza. Por otra parte, mejorar la distribución del ingreso sólo es posible si la sociedad como un todo, alcanza un adecuado nivel educacional y de capacitación. Es en este sentido que el retraso de nuestro sistema educacional constituye el más serio obstáculo para el progreso, el desarrollo y el bienestar de la sociedad.
Al analizar en detalle las cifras entregadas por la prueba TIMSS, llama la atención que los llamados Tigres Asiáticos ocupen los primeros lugares, incluso superiores a los países europeos, Estados Unidos, Canadá y Australia. Hace apenas 25 años, Korea del Sur era realmente un país muy atrasado (Chile y Corea dos historias diferentes). En ese entonces, el 80% de su población estaba constituida mayoritariamente por campesinos empobrecidos, con un 40% de analfabetismo, y con un ingreso per cápita anual de 120 dólares (en esa época el nuestro era de 700 dólares "per cápita"). Hoy en cambio, su desarrollo es muy superior al nuestro, sin analfabetismo y con una elevada escolaridad. En la actualidad, su ingreso "per cápita", es más de dos veces superior al nuestro. ¿Cómo se puede explicar este cambio en tan poco tiempo? Las razones pueden ser muchas, pero sin duda que lo más importante que ocurrió en esos países fue su decisión política de actualizar y modernizar todo su sistema educacional, desde los niveles básicos y medios, hasta su educación superior. En 25 años de esfuerzo continuo, se pudo comprobar el cambio. De este modo, países pobres, carentes de recursos naturales, pudieron avanzar en el desarrollo elevando la calidad del recurso humano mediante la educación y la capacitación.
Durante los últimos decenios hemos presenciado en el mundo tremendos cambios científico-tecnológicos, que han modificado completamente las bases y las estructuras de la sociedad. Frente a este dinamismo, nuestro sistema educativo ha persistido encerrado en sí mismo sin adaptarse a la dinámica de los mismos, amarrándonos al pasado, bloqueando así las posibilidades de su desarrollo. Estamos atrasados en un mundo que no se detiene y que continúa evolucionando.
Recién en los últimos años se comienza a tomar conciencia de la gravedad de la situación y se han iniciado esfuerzos para avanzar en este sentido, pero muchas otras contingencias parecen conspirar en contra del proceso. Desgraciadamente la tarea que tenemos por delante no es fácil, y más de una vez la hemos analizado extensamente en nuestras páginas. Como en el caso de esos países asiáticos, se requiere de una modificación sustancial, que debe ser un compromiso y esfuerzo de todos los involucrados: el Estado, las instituciones educacionales estatales y privadas, los profesores, los padres, los alumnos y la sociedad en general; todos los cuales deben asumir la urgente necesidad de cambio y los sacrificios que ello requiere. En fin, se necesita un país unido para alcanzar estas urgentes metas. Por nuestra parte, "Creces" ha venido poniendo su cuota de esfuerzo para contribuir a adecuar los contenidos curriculares que el cambio requiere, entregando capítulos y actualizaciones de utilidad para maestros y estudiantes.