Vostok, el lago oculto de la Antártica
( Publicado en Revista Creces, Abril 2001 )
Diversos estudios geológicos han confirmado la existencia de un gran lago sub-glacial en el corazón de la antártica. Su agua habría estado aislada por más de 25 millones de años. Existe gran expectativa por saber si allí se ha desarrollado vida.
En el corazón de la Antártica existe sólo nieve y hielo. En su periferia hay pingüinos, focas, pájaros y alguna vegetación. Pero ahora resulta que en pleno corazón existe un lago con agua fresca, del tamaño del lago Ontario, pero cuatro veces más profundo que él. Su superficie se calcula en 14 mil kilómetros cuadrados. El problema es que está cubierto por una gruesa capa de hielo de 4 mil metros de espesor (New Scientist, Diciembre 4, pág. 35).
Según los geólogos, sus aguas han permanecido ocultas, aisladas de la superficie, del aire, los vientos y la luz solar, por más de 25 millones de años. Su nombre (Vostok) se debe a que sin saberlo, los soviéticos construyeron directamente encima de él, una base Antártica en el año 1957. Es en ese remoto lugar donde se ha registrado la más baja temperatura de que se tenga registro hasta hoy (-890C en 1983).
Los primeros indicios de la existencia de agua bajo el hielo, los proporcionó Godon Bobin del Scott Polar Research Institute, en Cambridge, mediante un estudio de eco sonda realizado en la década de 1970. Luego en 1993, las mediciones satelitales detectaron una gran área de hielo polar cuya superficie era inusualmente plana, lo que también era una señal de que abajo existía agua (fig. 1). Pero fue en 1996 cuando los investigadores Martín Siegert de Bristol Universiy en Cambridge y Andrei Kapitza de la Universidad de Moscú, estudiaron en conjunto los datos sísmicos y otros antecedentes, confirmando su existencia y su enorme extensión. Desde entonces, los científicos rusos dirigidos por Valerie Lukin del Instituto de Investigación Artico y Antártico de St. Petersburgo, han continuado con los estudios sísmicos, confirmando la profundidad y el tamaño. En su búsqueda han comprobado que el lago Vostok no es único, y que por el contrario ya han ubicado 77 lagos sub glaciales más pequeños, ubicados en diferentes áreas del continente helado (fig. 1)
La existencia de vida
Los biólogos están ansiosos de saber si en estas aguas existe o no vestigios de vida. Si allí existiera por lo menos una vida primitiva, se reforzaría la creencia de que ésta también podría existir bajo la capa de hielo descrita en Europa, una de las lunas de Júpiter (Las lunas de Jupiter, vistas desde Galileo). Para que ello fuera posible, por lo menos dos factores serían necesarios, que exista suficiente suministro de carbón y de energía. Por la oscuridad que allí debe reinar, se puede prever que estos dos elementos necesariamente deben ser escasos. Por ello, de existir vida, ésta sería sólo de bacterias, y no de macrofauna.
Con todo, podría existir allí una fuente de energía no considerada, como por ejemplo la existencia de surgencias hidrotérmicas en las profundidades. Estas se han descrito en las profundidades de los océanos, donde a su alrededor se forman verdaderos oasis de extrañas comunidades y complejas criaturas. Por otra parte, si el lago ya existía antes de que se cubriera con hielo, seguramente que ya se habría desarrollado en él un complejo ecosistema, y entonces en el fondo debieran existir muchos organismos fallecidos que habrían dejado carbón en su sedimento.
Pudiera ser también que a la superficie del hielo hubieran llegado microbios que gradualmente se hubieran abierto camino hacia las profundidades. Algunos hallazgos sugieren esta posibilidad. El hecho es que investigadores rusos y franceses han estado perforando el hielo, llegando a una profundidad de 3.620 metros. Hasta ahora no han continuado a mayor profundidad por temor de contaminar el agua con microorganismos arrastrados por la perforación. Las perforaciones se han realizado para recolectar información del clima en tiempos pasados. Con todo, en las muestras recolectadas han encontrado algunos indicios.
Sorpresivamente han encontrado que los cristales de hielo a una profundidad de 3.540 metros son de un tamaño significativamente mayor a los más superficiales, por lo que los investigadores sospechan que se han formado en condiciones de mayor temperatura. En ellos los biólogos John Priscu de Montana State University y David Karl de la Universidad de Hawai, examinándolos separadamente, afirman haber encontrado signos de vida microbiana: "pequeños trozos como bacterias, que seguramente han respirado y producido CO2". También en las mismas muestras han encontrado carbón. Karl afirma " si hay bacterias no se puede eliminar la posibilidad de que también exista vida más compleja".
Pero aun cuando el lago contenga sólo microbios, desde el punto de vista biológico puede ser muy interesante. Asilados allí por millones de años los organismos pueden haber desarrollado una estrategia no convencional, como para enfrentar estas condiciones ambientales externas. Por lo menos ello se ha demostrado en las surgencias de las profundidades del océano, o en otras condiciones extremas (Los extremófilos).
Proyecciones futuras
No hay forma de asegurar o negar la existencia de vida, mientras no se logre tomar una muestra del agua de esas profundidades. La primera reacción fue de iniciar cuanto antes una nueva perforación y enviar al fondo un robot capaz de analizar el agua, buscar microorganismos y volver las muestras para ser examinadas. Pero desde luego a este tipo de programa se opusieron ambientalistas y científicos que temían contaminar el lago con microbios externos y por ello desaprovechar esta verdadera "cápsula del pasado" que podría entregar muchísima información de cómo sería la Tierra en sus primeras edades.
Para discutir el tema, en el año 1998, el National Science Foundation, organizó una reunión a la que fueron invitados numerosos expertos. Allí se insistió en la prudencia y se fijó un plazo para iniciar nuevas perforaciones, esperando que para entonces se solucionen varios problemas tecnológicos que permitan llegar a esas profundidades, sin el riesgo de contaminarlas. Para ello se acordó darse un tiempo, de modo que las perforaciones se comenzarían en el año 2002, y se podría contar con muestras en el año 2003. Pero como los avances tecnológicos preparativos no dejaron satisfechos a los expertos, se organizó una nueva reunión en el año 1999 y se resolvió postergar la misión para el año 2004.
Previamente se quiere estar seguro de que no se vaya a contaminar el lago sub-glacial con microbios de la superficie. Franc Carsey del Jet Propulsion Laboratory en Pasadena, California, señaló que la idea general es perforar con agua caliente hasta 3.500 metros y luego continuar con un crio-robot. Así la sonda se esterilizaría por si mismo en la primera etapa, calentando por medio de cables eléctricos un carrete en su interior.
Se calcula que el proyecto costaría aproximadamente 20 millones de dólares, ya que habría que construir toda una instalación, un nuevo edificio, caminos, acumular depósitos de combustibles y otras infra estructuras. Todo ello en el lugar más frío de la Tierra.
Mientras todo esto se discute, se ha continuado estudiando el lago, a través de radar, estudios magnéticos y datos sísmicos. Se ha podido comprobar que su estructura no es homogénea, que en su interior éste contiene islas y bolsones, donde el agua se eleva a diferentes niveles. "Otra observación que ha sorprendido es que tiene una gran anomalía magnética", dice el geofísico Michael Studinger de Columbia University. Además, su profundidad en algunos lugares alcanza los 1000 metros (Scientific American, Marzo 2001, pág. 10). Habrá que esperar para tener la respuesta que todos esperan.