El proyecto se inició el año 1996, cuando se lanzó el satélite NEAR, con un costo de 224 millones de dólares. Según lo planificado, el satélite usó el empuje de la gravedad de la Tierra para acercarse primero al asteroide Matilde y luego a Eros. Este último mide 33 kilómetros de largo y 13 kilómetros de ancho. No deja de ser un éxito que por primera vez se logre que un satélite orbite un cuerpo bastante más pequeño que la luna.

La primera tentativa de acercarse y orbitar se realizó en Diciembre de 1998, pero no tuvo éxito porque fallaron las comunicaciones por 27 horas. En la segunda tentativa todo anduvo bien y el encuentro se realizó a una distancia de 258 millones de kilómetros de la Tierra. Actualmente NEAR está orbitando a Eros a una distancia de 327 y 450 kilómetros, y se espera que lo haga durante 27 días. La próxima maniobra consiste en ponerlo en una órbita más cercana, para ver mayores detalles de su superficie y hacer estudios espectrométricos de su superficie.

Las fotografías enviadas hasta ahora indican que Eros es un cuerpo sólido y no formado por rocas blandas como se había pensado. Su densidad se estima en 2.4 gr por centímetro cúbico, lo que es semejante a la densidad de la costra de la Tierra. Su superficie está cubierta con cráteres, indicando que en el pasado (tal vez 100 mil años atrás) ha sido golpeado por otros objetos.

Los expertos creían que Eros ha escapado del cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter (Creces, Agosto 1983), y que sería el resultado de una colisión catastrófica entre dos grandes asteroides. Pero actualmente el análisis de su superficie hace pensar que su desplazamiento desde el cinturón de asteroides habría sido más paulatino y menos traumático.