Nuevas esperanzas para vacuna contra el SIDA
( Publicado en Revista Creces, Junio 2001 )

La reunión anual del sida se realizo en el mes de febrero en Chicago, pero nada nuevo se derivo de ella. No se vislumbran nuevas drogas, y mientras tanto la enfermedad se sigue extendiendo por diversas regiones del mundo. Solo se presentaron mejores esperanzas de lograr vacunas efectivas.

Para la reciente reunión anual del SIDA en Chicago (Febrero 2001) se juntaron 3000 investigadores. El ambiente era depresivo, ya que no se demostró avances significativos en la búsqueda de nuevas drogas, al mismo tiempo que numerosas ponencias mostraban cómo la infección se continuaba extendiendo en diferentes regiones del mundo. Sin embargo algo llamó la atención: la reposición del interés por encontrar una vacuna efectiva contra la enfermedad. En este sentido hubo varias ponencias, que incluían nuevas y originales formas para lograr la producción de una alta tasa de anticuerpos, como también para lograr la necesaria respuesta del sistema inmune celular para prevenir la infección ( Science, Marzo 2, 2001, pág. 1688).

Los repetidos fracasos para encontrar una vacuna habían desanimado a los científicos, y cada vez disminuían más las investigaciones en esa área. Pero en esta ocasión, fueron muchos los grupos de investigadores que habían estado trabajando activamente en ello, para lo que habían conseguido financiamiento, tanto de las agencias de gobierno, como de fundaciones privadas. Incluso por primera vez la industria se manifestó interesada y ahora también está desarrollando su propia investigación. Tal es el caso de Merck y Cía.

Más aún, el National Institute of Health, que tantas trabas había puesto para desarrollar investigaciones en humanos, está ahora empujando para que se inicie este tipo de ensayos. "Ahora están tomando el toro por las astas", señaló Anthony Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases, rama del National Institute of Health.

Ronal Desrosiers del New England Regional Primate Research Center en Sauthborough presentó resultados muy alentadores de una vacuna en monos, a los que se les administró un virus atenuado del SIV (este es un primo hermano del virus del SIDA en humanos). Aun cuando los resultados son interesantes, difícilmente se podría imaginar que se fuera a utilizar un virus del SIDA en humanos, incluso cuando estuviese muy atenuado. Siempre existe el riesgo que el virus se reactive y produzca la enfermedad.

Por eso ahora este investigador está de nuevo trabajando en una vacuna que sólo contenga una proteína aislada del virus, con lo cual no habría ningún peligro de que la vacuna produzca la enfermedad. Se trata de la proteína "gp 120", que se sabe que es la que se une a los receptores de los linfocitos CD4, introduciéndose a ellos. Desgraciadamente una vacuna con esta proteína (gp 120), no produce suficiente cantidad de anticuerpos, como para impedir que esta unión se lleve a efecto. Pero ahora, ha encontrado que modificando el gene que codifica la proteína gp 120, logra una buena producción de anticuerpos. La modificación consiste en extraerle a la proteína gp 120, la porción VI/V2 (ver ilustración). Con esta proteína modificada del virus, se ha logrado una vacuna que ha resultado muy eficiente cuando se inyecta en monos, ya que en todos ellos logra prevenir la enfermedad.

Otros investigadores en vacunas, entre los que se incluye Chiron (una empresa biotecnológica en Emeryville, California), están buscando una vacuna que tenga un doble efecto; que produzca anticuerpos neutralizantes, pero que al mismo tiempo produzca una fuerte respuesta de inmunidad celular. Para ello se ha desarrollado una serie de ideas creativas, como usar dos vacunas simultáneamente. Una que produzca anticuerpos, y otra que produzca inmunidad celular. Para ello introducen genes del virus del SIDA en un vector (un virus o una bacteria inofensiva), que pueda infectar la célula y producir allí proteínas del SIDA. Para el sistema inmune, esta quimera sería como una célula infectada con SIDA.

Otros investigadores han utilizado genes del SIDA directamente (Vacunas con RNA del germen), pero con un coadyuvado que potencia su acción (Vacunas y adyuvantes). En este caso se trata del poliláctido coglicolido, un material que se usa en las suturas quirúrgicas. Con esto se consigue elevar la producción de anticuerpos en un factor de 1000. Chiron, después de las experiencias realizadas en monos, espera iniciar el ensayo en humanos el próximo año, con dos tipos de vacuna (PLG-DNA y proteína gp 120 modificada sin V1/V2).

En todo caso, en esta misma reunión se presentaron varios tipos de vacunas que ya se están ensayando en humanos, pero en pequeña escala, no habiendo pasado aún más allá de la fase 1. Habrá que esperar más tiempo para una adecuada evaluación (Science, Marzo, año 2001, pág. 1688).


Mientras tanto que ha hecho Merck.

Los investigadores de Merck no presentaron sus resultados en Chicago, pero sí los presentaron un mes más tarde en otra reunión específica de vacunas del SIDA que se celebró en Keystone Colorado (AIDS Vaccines in the Millenium, Marzo 28, 2001). Allí los investigadores Emilio Emini y John Shiver, describieron los primeros resultados de un esfuerzo muy ambicioso: un estudio comparativo de varias vacunas del SIDA realizado en más de 100 monos, lo que evidentemente ha tenido un alto costo económico.

Emini y Shiver habían estado trabajando por varios años en el campo de vacunas para el SIDA, tratando de conseguir una vacuna que produjera una alta tasa de anticuerpos, y habían sido los líderes en este planteamiento. Pero ahora reconocieron que habían tenido muchas dificultades y que aceptaban su fracaso en ese intento. Esta vez sorprendieron a muchos cuando dijeron que sus investigaciones se habían orientado por otro lado: olvidarse de los anticuerpos y buscar una vacuna que estimulara específicamente la defensa inmune celular, con el objeto de eliminar las células sanguíneas que el virus ha infestado.

En esta ocasión presentaron los resultados de cinco diferentes vacunas. De estas cinco vacunas excluyeron el gene que codifica para la proteína de cobertura del virus, con la cual también habían estado trabajando antes (gp 120). Ello porque esta proteína variaba mucho de una cepa del virus a otra. En lugar de ello, las vacunas que prepararon contenían un gene del virus del mono, llamado "gag", que codifica una proteína interna del virus, que tiene la particularidad de variar muy poco en las diferentes cepas del mismo.

La principal diferencia de estas cinco vacunas fue el vector utilizado. En tres de ellas utilizaron como vector, un plasmido (un anillo de DNA desnudo). En la cuarta colocaron el gene "gag" en una versión modificada de virus de la vacuna de la viruela, que servía como vector. En la quinta, utilizaron como vector, una versión de adenovirus Ad5, con un adyuvante llamado polyoxyethyleno. Todas tenían el gen "gag". Después de algún tiempo de haber vacunado a los monos, les inyectaron el virus del SIDA. Ocho meses más tarde; comprobaron que los animales inmunizados con las cuatro primeras vacunas tenían muchos virus en la sangre. En cambio los vacunados con "gag", con adenovirus Ad5, además del coadyuvante, tenían una muy baja carga viral en la sangre (Science, Abril 6, 2001, pág. 24).

Estos resultados han estimulado a Merck para comenzar pequeños estudios en humanos con esta última vacuna. En todo caso los resultados sólo se podrán apreciar después de cinco años. Los avances son lentos, pero por lo menos ahora podrían existir algunas esperanzas de llegar a encontrar una vacuna efectiva. Por lo menos en esta reunión, los trabajos experimentales dan buenas señales.


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