El primer año de vida marca el destino
( Publicado en Revista Creces, Julio 2001 )
El factor más importante de llegar a padecer enfermedades cardiacas no es cuánto usted pesa hoy día, sino que cómo creció en el pasado. De acuerdo a un trabajo reciente realizado por el epidemiólogo David Barker de la Universidad de Southampton, junto con un equipo del Instituto Nacional de Salud de Helsinski, han comprobado que el crecimiento lento durante el primer año de vida, correlaciona con un mayor riesgo padecer de enfermedades cardiacas en la edad adulta.
Anteriormente se había descrito que los niños con bajo peso al nacer son dos veces más susceptibles de padecer posteriormente de enfermedades de las arterias del corazón. Ahora se demuestra que también es importante el crecimiento durante el primer año de vida.
Los autores recopilaron los antecedentes de 4.630 niños que nacieron en Finlandia entre los años 1934 y 1944, de los cuales 354 desarrollaron enfermedades cardiacas en su edad adulta.
Encontraron que el retraso en el crecimiento durante el primer año de vida, aumentaba el riesgo de contraer enfermedades cardiacas en la edad adulta. Estos resultados eran independientes de si habían nacido con bajo peso o con peso normal. En aquellos que crecieron normalmente durante el primer año de vida, el riesgo de enfermedades cardiacas bajaba a la mitad.
Otra cosa curiosa que comprobaron, fue que si después del primer año aumentaba de peso muy rápidamente, el riesgo de enfermedad cardiaca también aumentaba. "Es probable que ello se deba a que el rápido incremento de peso se deba más a la acumulación de grasa que al incremento de tejido muscular", dice Barker. Según estos datos, habría que ser cuidadoso en la recuperación del peso para así disminuir el riesgo de enfermedades cardiacas posteriores.
(British Medical Journal, vol 322, año 2001, pág. 949).