La primera ciudad del continente
( Publicado en Revista Creces, Julio 2001 )

Según los arqueólogos, la antigua ciudad de Caral en Perú, fue construida al mismo tiempo que las grandes pirámides de Egipto. Nuevos datos del radiocarbono confirman que la construcción de las plataformas de piedra de la ciudad, datan de 2600 años "antes de Cristo". Es decir, cientos de años antes que cualquier otra ciudad del continente.

Según Jonathan Haas, arqueólogo del Field Museum de Chicago, estas construcciones nos dan la primera visión del desarrollo de una sociedad compleja y muestra cómo ella emergió en aquellos tiempos.

La ciudad ya había sido descubierta en el año 1905 por el arqueólogo Max Uhle, y se encuentra ubicada al centro del Perú, en el valle de Supe a 23 kilómetros de la costa (ver mapa). El primer reconocimiento arqueológico señalaba sólo la existencia de montículos de barro, que se estimaron correspondían a antiguos monumentos. Al no encontrarse cerámicas en este lugar, dejó de llamar la atención.

Muchos años más tarde, Ruth Shady de la Universidad Nacional de San Marcos en Lima, volvió a estudiar el lugar y en sus excavaciones pudo comprobar la existencia de seis plataformas gigantes, esparcidas en 64 hectáreas de terreno. La más grande de ellas medía 160 metros de largo por 150 metros de ancho y una altura de 18 metros.

La ausencia de cerámicas posiblemente se deba a la antigüedad de la ciudad. Haas estima que ella estuvo ocupada por 600 años. El arqueólogo Michael Moseley, sugiere que en un comienzo la ciudad habría estado instalada en la costa, y que su población habría vivido básicamente de productos de mar. Posteriormente, al iniciar la irrigación de la tierra con agua del río, fueron capaces de cultivar calabazas y porotos, iniciando así la urbanización unos pocos kilómetros tierra adentro.

Haas piensa que Caral llegó a ser un centro de gran cultura, que incluía además pequeños asentamientos, como Aspero, que está a una distancia de 3 kilómetros. Tampoco allí se han encontrado cerámicas. Probablemente, cuando ya se perfeccionaron más en el cultivo, abandonaron el lugar en búsqueda de mayores y más promisorios valles.


(Science, vol. 297, 2001, pág. 723).


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