Los asteroides deben ser tomados en serio
( Publicado en Revista Creces, Julio 2001 )

Ya se conocen 682 asteroides, que por cruzar la orbita de la tierra son realmente peligrosos. Un impacto de uno de ellos (como ya ha sucedido) puede ser desastroso. El informe de un comité de expertos pedido por el ministerio de ciencias de Inglaterra, señala la urgencia de considerar esta eventualidad y tomar medidas precautorias.

¿Qué pasaría si el día de mañana los astrónomos detectaran que un asteroide rocoso se dirige directamente a golpear la Tierra? Si éste midiera unos cien metros de diámetro, los actuales telescopios podrían detectarlo a una distancia de varios millones de kilómetros. Esto es una gran distancia, pero hay que considerar que estaría acercándose a una velocidad de 20 a 30 mil kilómetros por segundo, de modo que el choque ocurriría en cuestión de unos pocos días. Brian Marsden director del Centro de Planetas Menores de Cambridge, Massachusetts, piensa que si esto ocurriera, la identificación del asteroide y la confirmación de su rumbo tomaría 24 horas. Luego, al acercarse más a la Tierra, con los radares disponibles, podría llegarse a establecer el sitio exacto del impacto. Después de eso, si se tratara de un lugar habitado, no quedaría otra alternativa que organizar la evacuación, que debería ser tanto o más masiva, según fuera el tamaño del asteroide. "Para esta contingencia no estamos preparados y no existe tampoco un plan", señala Marsden. "Pensar en enviar un misil para desviar su trayectoria, con lo poco que sabemos hasta ahora, sería muy peligroso".

Se estima que fue un asteroide de 10 kilómetros el que chocó con la Tierra hace 65 millones de años, y que terminó con los dinosaurios. Por los estudios de los cráteres de la luna y otras informaciones, se calcula que choques de esta magnitud suceden sólo cada 100 millones de años. ¡Sería demasiada mala suerte que ocurriera ahora algo semejante! Pero no es necesario que el asteroide sea tan grande para que produzca también un gran daño. La probabilidad de impactos de asteroides más pequeños es mucho más alta. Por ello el Ministro de Ciencias de Inglaterra, Lord Sainsbury, organizó una fuerza de trabajo formada por un comité de expertos, que denominó "Potentially Hazardous Near Earth Objectes (NEOs)". A ellos se les solicitó que evaluaran el riesgo de qué sucedería con estas colisiones, como también cuál sería el daño que ellas provocarían, y finalmente que trataran de elaborar un plan de acción si ello se detectara. El informe ya fue evaluado, y sus primeras conclusiones predicen el efecto del impacto, que dependería del tamaño del asteroide. (tabla 1) ( New Scientist, Marzo 3, pág. 44).

Si se tratara de un asteroide de menos de 40 metros, el comité NEOs opinó que éste estallaría en la atmósfera, antes de chocar directamente con la Tierra. Asteroides de este tamaño son más frecuentes y están impactando a la Tierra cada dos centurias. En Junio de 1908, un asteroide de esta dimensión explotó en el cielo, sobre la región del valle de Tunguska en Siberia. Afortunadamente era una zona boscosa despoblada, pero el solo estallido en la atmósfera, dejó plano el terreno, con todos los árboles en el suelo. El daño se extendió en una superficie de alrededor de 2000 kilómetros (La violencia de los volcanes). Se puede imaginar qué habría ocurrido si hubiese sucedido sobre una ciudad.

Según el informe NEOs, asteroides mayores de hierro, al chocar impactarían directamente a la corteza terrestre, dejando un cráter de tamaño variable, como ya antes ha sucedido. Hace algunos años se detectaron por medio del radar de un satélite de NASA, tres grandes cráteres de varios kilómetros de diámetro en la región del Chad en Africa. Hasta entonces, éstos habían estado ocultos por las arenas del Sahara. Se piensa que corresponden a huellas dejadas por el choque de un asteroide de aproximadamente un kilómetro de diámetro (El peligro de los asteroides). Un hallazgo semejante se ha reportado en Estados Unidos, entre Kansas e Illinois. La existencia del cráter se conocía desde hace tiempo, pero hasta ahora se pensaba que correspondía a un antiguo volcán. Sin embargo se ha establecido que corresponde al impacto de un asteroide que habría chocado hace 300 mil años. Otro enorme cráter, que aparentemente correspondería a aquel que hizo desaparecer a los dinosaurios, se ha detectado en las profundidades del mar en la provincia de Yucatán, en el golfo de México. Probablemente muchos otros asteroides han estado impactando a la Tierra, pero sus huellas han sido borradas u ocultadas por la acción del tiempo.

En 1997 se produjo una falsa alarma respecto a un asteroide que medía aproximadamente 1.7 kilómetros y que los cálculos hacían presumir que impactaría a la Tierra en el año 2028. Afortunadamente, después de recalcular, los astrónomos comprobaron que había un error y que pasaría a una distancia importante de la órbita de la Tierra. Es un hecho que en la medida que más conocemos el cosmos, más evidentes se nos hacen los riesgos de nuestro pequeño planeta Tierra, que viaja en el Universo plagado de diversos objetos celestiales.


Como prepararnos para la contingencia

Lo primero que se ha pensado, ha sido golpear al asteroide que se aproxima con un arma nuclear, para desviar así su órbita. Pero en ello hay un peligro. Podría la explosión impactar al asteroide y fragmentarlo sin conseguir desviar su dirección. En tal caso, en lugar que el asteroide impactara como una bala de cañón, que caería en una zona determinada, lo podríamos convertir en una verdadera "bomba racimo", produciendo daños en una extensión mucho mayor e incontrolable.

Otros especialistas más imaginativos han sugerido poner en el asteroide una vela solar, como la que recientemente se está pensando enviar recientemente al espacio. En este caso, la energía solar (viento solar), podría hacerlo variar su órbita. No falta quien haya pensado en jugar al billar con el asteroide. Una bola sólida podría golpearlo y sacarlo de su curso. Pero todo esto son sólo teorías, y hasta ahora nada se ha ensayado.

Pero con lo poco que se conoce de los asteroides, ya se ha logrado comprobar que pueden ser de muy diferente constitución. Antes de diseñar cualquier estrategia para destruirlo o desviarlo, habría que saber cómo y de qué está constituido. Algunos están constituidos por una roca sólida, otros por hierro, otros por dos o más rocas adheridas, y otros sorprendentemente se han encontrado como formando una bolsa cósmica constituidos por una serie de rocas, sólo unidas por la gravedad. Es decir, no existe un asteroide tipo, ni tampoco se sabe cuál sería el tipo predominante.

Erik Asphaus y sus colaboradores de la Universidad de California en Santa Cruz, han comenzado a realizar simulaciones teóricas, para saber qué ocurriría si se pretende impactar a un asteroide que nos amenace. Para su ejercicio de simulación tomaron un asteroide real, llamado Castalia, que tiene una forma de maní y que mide 1.6 kilómetros de ancho. El está cruzando la órbita terrestre. En su simulación teórica, asumen que el asteroide podría tener una de tres estructuras diferentes: a.- estar constituido por una roca sólida. b.- estar constituido por dos rocas pegadas y c.- estar constituido por una especie de bolsa cósmica, formada por una serie de trozos unidos por gravedad. Luego el equipo ha simulado una nave espacial que llegue a colocar un bulto en la superficie de Casalia y que allí genere una explosión atómica de una intensidad semejante a la que estalló en Hiroshima.

Según sus cálculos, en el primer caso de una roca sólida, aun cuando la explosión lo fracturara, la mayor parte de los trozos permanecerían unidos. En el segundo caso, una roca podría fragmentarse, pero la otra permanecería entera, sin dañarse. El tercer caso sería el más peligroso, porque las fracciones constituyentes absorberían el shock y no se conseguiría desviarlo (Nature, Vol. 393, pág. 437).

"Parece que la mayor parte de los asteroides son realmente sólidos, pero estas bolsas cósmicas son un misterio" dice Asphaus. "Desviarlas sería casi imposible".


Que antecedentes hay respecto a estructura

En Junio de 1997 una misión de NASA, que originalmente se llamó "Near Earth Asteroid Rendezvous" y más tarde se rebautizó con el nombre de "NEAR Shoemaker", voló cerca de un asteroide amorfo de más de 60 kilómetros de ancho, que se denominó Mathilde. Luego en Febrero del 2000, los controladores de la misión lograron poner esta misma nave en la órbita del asteroide EROS, que parecía estar constituido por una roca en forma de papa de 35 kilómetros de largo. Durante un tiempo lo orbitó, para luego posarse en su superficie el 12 de Febrero del 2001. (Creces, Marzo, 2001, pág 11).

En realidad las observaciones de la nave entregaron muchas sorpresas. En cuanto al asteroide Mathilde, por su imagen parecía tener una baja y desigual densidad, dando la apariencia de un paquete de escombros. "Desviar este asteroide parece muy difícil" dice Asphaus. En cambio el asteroide EROS, era totalmente diferente. Su densidad era homogénea, de un aspecto semejante a la superficie de la Tierra, dando la sensación que era un cuerpo sólido. Sin embargo las fotos muestran cavidades y hendiduras que sugieren la existencia de fracturas internas. Frente a un impacto, no está claro qué sucedería con Tierra.


Los estudios de los cometas continúan

En el 2002, una misión japonesa denominada MUSES-C enviará una nave espacial a un asteroide llamado 1998 SF36. Se espera que lo orbite y luego se pose en su superficie para tomar muestras de tres sitios diferentes. Después volvería a la Tierra en el año 2007.

Una nave de NASA está en camino hacia el cometa Wild 2. Se trata del SARTDUST, lanzado en Febrero de 1999, que tomará muestras de su polvo y lo traerá de vuelta a la Tierra en el 2006. La Agencia Europea del Espacio, con la nave Rosetta, espera chocar con el cometa Wirtanen en el año 2003, y de paso en su camino, observar dos asteroides que andan por allí.

Tal vez la información más interesante la proporcione la NASA con el proyecto denominado "Deep Impact", para el cometa Tempel 1. La nave va a lanzarse el 2004, y al año siguiente se espera que llegue al cometa y deje caer en él un cilindro de cobre de media tonelada, con el objeto de producirle en su superficie un cráter del tamaño de una cancha de fútbol. Una cámara fotográfica registrará el impacto y estallido del material, que se espera sea similar al material pristino del que se construyó el sistema solar.

"Esperamos que el impacto del cobre le dé un empujón al cometa, que le haga cambiar su órbita en unos pocos kilómetros", dice Michael A`Heam, científico que dirige la misión. Esta desviación se va a apreciar después que el cometa complete su órbita alrededor del sol. Con ello tendremos alguna información de cuánta fuerza se requiere para desviar un cometa que amenace chocar con la Tierra.


Como actuar

Finalmente el informe NEO del gobierno inglés, entrega recomendaciones. Dice que urgentemente debe conectarse con otros gobiernos y con la International Astronomical Union para organizar un foro abierto en que se discuta sobre los objetos cercanos a la Tierra. En él deberá analizarse todo lo relacionado con los asteroides y cometas y las posibilidades de impacto sobre la Tierra. Todo ello con el objeto de diseñar un plan que tenga una fuerza oficial.

Según Marsden, es especialmente importante un plan para detectar todos los asteroides cercanos a la Tierra y que midan más de 300 metros. En las próximas décadas se debería determinar la órbita de cada uno de ellos. Como parte de este esfuerzo, Inglaterra debería buscar socios para construir un telescopio avanzado de 3 metros en el hemisferio sur, para también detectar desde allí los asteroides, que no se detectan desde el hemisferio norte. Los seguimientos que recomienda NEO son más exigentes que los de NASA, que sólo está buscando los asteroides que midan más de 1 kilómetro.

Por último recomienda que deben enviarse naves pequeñas y baratas a algunos objetos cercanos a la Tierra para saber de qué están constituidos.

En todo caso, es bueno precaver mientras haya tiempo para prepararse frente a estas contingencias. Lo más probable es que por decenios no suceda nada, pero también es seguro (dado los antecedentes de la historia del Universo), que algún día va a suceder. Mientras haya tiempo, conviene prepararse, ya que han sido varios los asteroides y cometas que ya han chocado contra la tierra. A veces sus efectos han sido localizados. Pero en otras las extinciones han sido masivas.


0 Respuestas

Deje una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados.*

Buscar



Recibe los artículos en tu correo.

Le enviaremos las últimas noticias directamente en su bandeja de entrada