Los niños de las alturas
( Publicado en Revista Creces, Julio 2001 )
Las madres que viven en los lugares más altos del planeta tienen hijos de menor peso al nacer. Ellos más tarde, en la edad adulta, podrían también tener mayor riesgo de llegar a padecer enfermedades cardíacas o accidentes vasculares cerebrales, como ya se ha descrito en los niños de bajo peso al nacer.
Dino Giussani y sus colaboradores de la Universidad de Cambridge, han analizado los datos de 400 niños nacidos en dos ciudades de Bolivia, comprobando que al nacer tuvieron menos peso que lo normal. Ellos provenían de áreas ricas como de áreas pobres, tanto de las ciudades de "La Paz" como también de la ciudad de "Santa Cruz". La primera es la ciudad más alta del mundo, ya que está a una altura de 3.650 metros sobre el nivel del mar, mientras que la segunda está sólo a 440 metros de altura.
Los investigadores encontraron que el peso promedio de los niños de La Paz era significativamente inferior que los de Santa Cruz. Este menor peso se vio tanto en las familias de bajos ingresos, como en las de alto ingreso. Más aún, las familias pobres de Santa Cruz, tuvieron niños de un peso promedio superior a los de La Paz.
Estos resultados sugieren que el menor peso se debe preferentemente al efecto de la altura más que al estado nutritivo de la madre. Probablemente ello es la consecuencia de la disminución del oxígeno, que estaría afectando al niño durante su desarrollo intrauterino. "Este factor podría gatillar una disminución de las hormonas que regulan el crecimiento", dice Giussani.
También los investigadores encuentran que los que nacen en alturas tienden a tener un mayor tamaño relativo de su cabeza con relación al cuerpo. Tal vez esto sea debido a que el cerebro en estas condiciones está recibiendo mayor cantidad de sangre oxigenada en relación con el resto del cuerpo.
Actualmente los investigadores quieren averiguar si este menor peso también afecta su salud en la etapa adulta, ya que se ha descrito que el menor peso al nacer es un factor de riesgo de sufrir enfermedades vasculares. (Pediatric Research, vol. 49, pág. 490, 2001).