Se puede matar a un niño de un remezón
( Publicado en Revista Creces, Agosto 2001 )
De acuerdo a un estudio, se concluye que no es necesario ser violento para matar un lactante (New Scientist, Junio 16, 2001, pág. 4). Jennian Geddes, neuropatólogo del Royal London Hospital y sus colaboradores, han comprobado que el agitar a un niño, sin sujetarle la cabeza, puede dañarle las fibras nerviosas de la región del cuello, las que controlan la respiración. La subsecuente falta de oxígeno hace que el cerebro se hinche (edematice) dramáticamente. Esto causa un daño cerebral del mismo tipo del que se atribuye a traumas directos del cerebro, a consecuencia de golpes violentos.
"Este es un tipo de daño que hasta ahora no había sido descrito" dice Geddes. "Los hallazgos demuestran que no es necesaria la violencia para producir el daño". Ello puede suceder jugando con el niño en las rodillas, o en la interacción diaria del niño con la madre, cuando al moverlo no se le sujete la cabeza.
Geddes y su equipo han estudiado el cerebro de 53 niños en los que habían existido sospechas de muerte por una injuria deliberada. De ellos, 37 eran menores de un año. El daño cerebral se había atribuido a golpes violentos en el cráneo. Se sabe que cuando ello sucede, se produce un daño característico en el axón del nervio, conocido como "lesión axonal difusa" (LAD).
Pero de los 37 cerebros de lactantes examinados, sólo en dos se comprobó este tipo de lesión, consecuencia de golpes del cráneo. Por el contrario, en la mayoría la muerte se debió a que habían dejado de respirar. "Encontramos una patología hasta ahora no descrita, en la región cráneo cervical, en el punto donde del cerebro continúa la médula dorsal. Un movimiento mecedor (adelante y atrás de la cabeza) produce daño en este punto, que es vital en el control de la respiración".
En los lactantes pequeños esta región es muy vulnerable, dado que los músculos del cuello son débiles y su cabeza relativamente pesada. Evidencia de este tipo de lesiones se encontraron en ocho lactantes, mientras que en otros tres se encontraron sólo lesiones de los nervios del cuello.
Cuando en el cerebro se produce la falta de oxígeno, porque el lactante deja de respirar, se eleva masivamente la presión en el cráneo, y el cerebro se hincha (edematiza). Esto causa un tipo de daño que es igual al que se produce en la lesión axonal difusa (LAD). Sin embargo, se puede hacer el diagnóstico diferencial gracias a una nueva técnica de tinción que es mucho más sensible. "Los vasos sanguíneos se aplastan por el edema y causan una forma especial de daño en el axón, que con la tinción se hace evidente", dice Geddes.
Geddes encontró también que en el 72% de los casos había una pequeña hemorragia subdural (sangramiento debajo del cráneo), pero que era muy superficial como para ser la causa de la muerte. También en el 72% encontró hemorragia de la retina. Pero agrega que ambos tipos de lesiones también pueden producirse por falta de oxígeno en el cerebro. La conclusión final es que hay que tratar a los lactantes pequeños con extremo cuidado, ya que movimientos bruscos de la cabeza le pueden provocar la muerte. También recomiendan no atribuir "a priori", la muerte de un lactante a un maltrato.