El genoma del plátano
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 2001 )

La manipulación genética del plátano tiene una perfecta justificación, ya que la variedad más comercializada no se puede reproducir sexualmente y esta muy expuesta a enfermedades y plagas.

La "Arabidopsis thaliana" fue la primera planta en la que se secuenció su genoma (Creces, Enero 2001, pág. 16). Más tarde le correspondió al arroz, y se critica a la empresa que la realizó por no entregar libremente la información generada para el uso de los países pobres. Ahora le toca a la primera fruta: el plátano. En este caso, la información será de libre uso.

El plátano o banano, es fácil de pelar, de sabor suave, pobre en grasas, con una buena cantidad de vitamina C y A. Se puede consumir fresco, frito, machacado o preparado como ingrediente de helados. Por todo ello no es extraño que sea la fruta más popular del mundo, con ventas que superan los 10 mil millones de dólares anuales. Ahora es la primera cuyo genoma se va a comenzar a secuenciar.

Para realizar esta labor se ha formado un consorcio (Global Musa Genomics Consortium), que recientemente se reunió en Washington DC para finalizar los últimos detalles del programa. En cinco años se pretende llegar a conocer todos los genes del banano, y el acceso a la información resultante será libre para quien quiera utilizarla. La idea es la de colaborar con los pequeños productores, que son los que producen el 85% de todas las bananas. "Cualquier descubrimiento que surja del proyecto será de libre acceso a ellos, sin pago de patentes y ningún otro cobro", señala Emile Frison, director de la Red Internacional para el Mejoramiento de la Banana.

El conocimiento de la secuencia de bases de su genoma, puede ser de gran valor para los productores de bananas y para los científicos que buscan inducir nuevas características para esta fruta. La variedad clásica Cavendish, que es la que principalmente se exporta a los países occidentales, se originó hace miles de años, a partir de un híbrido natural. Ella posee tres pares de cromosomas, en lugar de dos, de modo que no se pueden reproducir sexualmente.

Alrededor de la mitad de las bananas que se comercializan en el mundo, incluyendo la variedad Cavendish, son completamente estériles. La única forma de reproducirlas, es a partir de pequeñas plantitas que aparecen cada año en la base de las antiguas plantas de bananos.

Estas variedades, no habiendo evolucionado por miles de años, son ahora particularmente vulnerables a las pestes y enfermedades. Para impedir que esto suceda, sus plantaciones se tienen que estar constantemente fumigando. De hecho, es la cosecha que más fumigaciones requiere. En Costa Rica por ejemplo, se fumigan una vez por semana, mientras que otras frutas requieren sólo de tres o cuatro fumigaciones anuales.

Por estas razones, en lugar de comenzar secuenciando una de las variedades que se comercializan, se ha elegido la banana salvaje del este de Asia. Esta debería tener genes útiles que podrían agregarse a las variedades comerciales. En este caso, sería por ejemplo muy útil, el gene que las protege del hongo negro "Sigatona", que hace perder gran parte de las cosechas.

Como no se pueden cruzar, ya que la variedad comercial es estéril, la única solución para mejorarla, es la manipulación genética. "Esta es una de las pocas ocasiones en que la manipulación genética está plenamente justificada", dice Frison.

Para financiar el costo de la secuenciacion, el Consorcio ya ha dispuesto de un presupuesto de dos millones de dólares, pero se estima que para completar el programa, se requerirá de 4 millones de dólares adicionales, que esperan lograrlos de otras instituciones, como el National Science Foundation de los Estados Unidos y la Unión Europea.


Razones que justifican el esfuerzo

Para muchos países en vías de desarrollo, especialmente del área tropical, las bananas tienen una enorme importancia económica y nutricional. Ellas son la base de la economía de países como los del Caribe y Centro América. En algunos sitios del Africa, la banana tiene una gran importancia nutricional. A los agricultores de subsistencia, les aporta sobre el 25% de sus requerimientos calóricos diarios.

Las condiciones de muchos de los trabajadores en las plantaciones son desastrosas. Sus salarios son irrisorios, debiendo trabajar hasta 14 horas diarias, constantemente expuestos a los riesgos de las fumigaciones. A su vez los pequeños productores reciben escasos beneficios, ya que los precios no los fijan ellos, sino las cadenas de supermercados o las empresas exportadoras. Se ha estado tratando de cambiar esta situación, pero con pocos resultados.

Muchos piensan que si a estas bananas que se exportan, se les introdujera un gene que les proporcionase resistencia a las enfermedades, no serían necesarias las frecuentes fumigaciones, lo que sería beneficioso, tanto desde el punto de vista económico, como por la disminución de los riesgos para la salud de los trabajadores. Sin embargo otros piensan que si no fueran necesarias tantas fumigaciones, quedarían muchos trabajadores cesantes.

Con todo, el esfuerzo vale la pena. Si no lo hace el Consorcio sin fines de lucro, no cabe duda que llegará el día en que lo hagan las corporaciones privadas, quedando los pequeños productores marginados o debiendo pagar patentes por el uso de las nuevas plantas modificadas. En ese caso, la cesantía sería aún mayor.


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