Un poderoso y extraño acaro
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 2001 )

El ácaro "falsa araña" (Brevipalpus phoenicis) es el primer animal en la historia de la ciencia en que se ha comprobado que sus células tienen sólo una copia de sus cromosomas. Todos los animales tienen un par de cromosomas, uno proveniente del macho y otro de la hembra. Este raro hallazgo está cuestionando la teoría clásica de la evolución.

Las células de los animales multicelulares son "diploide", es decir, llevan dos copias de cada cromosoma. Desde el punto de vista de la evolución, ello tiene sentido, ya que si una versión tiene una mutación que altera un gene, la otra puede compensarla. Pero nunca se había encontrado un animal en que ambos sexos fueran aploides, llevando sólo un cromosoma, sin su homólogo.

Andrew Weeks y sus colaboradores de la Universidad de Amsterdam en Holanda, han comprobado que este ácaro, culpable de una peste que disminuye las cosechas en los cítricos, el té y las palmas, efectivamente es aploide. Casi todos los ácaros son hembras y se reproducen a partir de huevos no fertilizados.

Las células de la "falsa araña" contienen dos cromosomas. Antes del trabajo de Weeks se creía que estos cromosomas eran similares, sugiriendo un estado diploide. Pero al usar técnicas de secuenciación, Weeks demostró que estos dos cromosomas eran muy diferentes. Por eso concluyeron que esta especie era exclusivamente aploide.

"Esto es una gran sorpresa y va contra todo lo que me enseñaron" dice Sara Otto, una bióloga evolucionista de la Universidad de British Columbia en Vancouver. Sin embargo, Weeks piensa que esta particularidad puede proporcionarle ventajas evolutivas a este ácaro. La falta de un cromosoma homólogo, en el largo plazo puede favorecerlo, ya que cualquier mutación peligrosa mata el insecto, con lo cual se impide la extensión de este gene mutante a las siguientes generaciones. En cambio en un animal diploide, frente a una mutación que afecte a un cromosoma, el otro no afectado lo reemplaza, pasando así la mutación a la próxima generación. (Science, vol. 292, 2001, pág. 2479).


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