Investigación con células embrionarias humanas en los Estados Unidos
( Publicado en Revista Creces, Octubre 2001 )
El discurso del presidente George Bush, en el que plantea el punto de vista oficial de su gobierno para el uso de fondos federales respecto a este tipo de investigaciones. "he pensado mucho al respecto... Y he encontrado un gran desacuerdo".
Buenas noches: Agradezco a ustedes que esta noche me den unos minutos de vuestro tiempo, ya que quiero plantearles un problema complejo y difícil, que es uno de los más profundos de nuestros tiempos.
Es el problema de la investigación usando células troncales (células stem) extraídas de embriones humanos lo que está siendo motivo de debate nacional y de discusiones de sobremesa. Es un problema que los científicos confrontan cada día en los laboratorios y que en su trabajo invaden ramificaciones éticas. Interesa a los padres y a muchas parejas que tratan de tener hijos o de salvar hijos que ya han nacido.
El problema se discute en el interior de la iglesia, como también con gentes de diferentes credos, y en muchos casos, incluso dentro de la misma fe llegan a conclusiones diferentes.
Mi administración tiene que decidir dónde colocar los fondos federales, los dólares que ustedes pagan por vuestros impuestos. Tengo que decidir si se permite o no financiar con ellos, investigaciones en que se utilizan células troncales provenientes de embriones humanos. Ya existe un gran número de estos embriones. Son el producto del proceso llamado "fertilización in vitro", que tanto ha ayudado a parejas para tener hijos. Cuando los médicos unen, fuera del útero, espermios y un óvulo, generalmente producen más embriones que los que necesitan para implantarlos. Cuando una pareja tiene éxito en tener un hijo (o si no lo tiene), los embriones sobrantes permanecen congelados en los laboratorios.
Algunos durante los largos almacenamientos, no sobreviven. Otros son destruidos. Un buen número de ellos son donados a la ciencia y han sido usados fundando líneas de células troncales. Unos pocos han sido implantados en madres adoptivas, y han llegado a término y ahora son niños saludables.
Basados en estudios preliminares, que se han financiado con fondos privados, los científicos creen que las células troncales podrían usarse para mejorar la vida de aquellos que sufren de muchas enfermedades terribles, como la diabetes juvenil, Alzheimer, Parkinson y las lesiones de la médula espinal. Aun cuando ellos admiten que no están seguros, piensan que estas células derivadas de embriones tienen un gran potencial.
Ustedes también deben saber que las células troncales, no sólo derivan de los embriones, sino también pueden derivarse de tejidos adultos, de la sangre del cordón umbilical que se descarta después que el niño ha nacido, o de la placenta humana. Muchos científicos piensan que las investigaciones con este tipo de células también tienen posibilidades interesantes. En el hecho, muchos pacientes que sufren de una variedad de enfermedades ya están recibiendo algún alivio mediante tratamientos que usan este tipo de células troncales.
Con todo, la mayor parte de los científicos, al menos hoy en día, cree que las investigaciones a partir de células troncales "embrionarias" tienen más posibilidades, ya que tienen la potencialidad de desarrollarse hacia todos los tejidos del organismo.
Los científicos también piensan que un progreso rápido sólo se logra con el aporte de fondos federales. Los dólares federales pueden ayudar a atraer a los mejores y más brillantes científicos. Ellos están seguros que los mejores descubrimientos se logran cuando existen grandes facilidades de investigación y sobre todo cuando las investigaciones se dirigen a satisfacer las necesidades públicas.
Los Estados Unidos tienen el largo y orgulloso récord de haber liderado los avances de la ciencia y la medicina del mundo, que han mejorado la vida del hombre. Y los Estados Unidos tiene también un largo y orgulloso récord, al expandir los límites de la ciencia y los conocimientos, manteniendo los más altos estándares éticos. La investigación con células troncales embrionarias plantea profundas cuestiones éticas, ya que al extraer células troncales se destruye al embrión y esto destruye su potencialidad de vida. Como los copos de nieve, cada uno de estos embriones es único, como es único el potencial genético de un ser humano.
Pienso que al enfocar este problema debo dar respuesta a dos preguntas fundamentales. La primera: ¿Son vida estos embriones humanos congelados y por lo tanto son algo precioso que debemos proteger? Y segundo: si de todos modos van estos embriones a ser destruidos, ¿pueden usarse para investigaciones que podrían potencialmente llegar a salvar y mejorar vidas humanas?
He hecho éstas y otras preguntas a científicos, profesionales, especialistas en ética, líderes religiosos, médicos, investigadores, miembros del Congreso, mi Gabinete y a mis amigos. He leído cartas de muchos americanos. A este problema le he dedicado muchos de mis pensamientos, he reflexionado y he rezado. Pero me he encontrado una amplia variedad de desacuerdos.
En primer lugar están aquellos que piensan que estos embriones son vidas humanas. Un investigador me dijo que este grupo de células de cinco días no es un embrión y menos un individuo, sino que es un pre-embrión. Argumentó que él tiene la potencialidad de vida, pero no es una vida, ya que no puede desarrollarse por sí mismo.
Un especialista en ética catalogó esta argumentación como un intento de racionalismo. No cometa errores, me dijo, "ese grupo de células es como usted y yo, y así es como todos hemos comenzado nuestras vidas". "Cargaremos con una pesada carga si los usamos", me dijo, "porque estamos manejando la semilla de las nuevas generaciones".
Y respecto a la otra pregunta crucial, si de todos modos van a ser destruidos, ¿por qué no usarlos con buenos propósitos? También encontré diferentes respuestas. Muchos argumentaron que estos embriones eran sub productos de un proceso que ayuda a crear vida y debiéramos permitir donarlos a la ciencia, con lo cual se usarían con un buen propósito en lugar de desechar esta potencialidad. Otros argumentaron que no son un exceso de vidas, y el hecho de que van a morir no justifica el experimentar con ellos o utilizarlos como un recurso natural.
En el fondo, este problema nos confronta a una pregunta fundamental acerca del comienzo de la vida y el fin de la ciencia. Ello plantea una justa posición moral, en la necesidad de proteger la vida en todas sus faces, con la perspectiva de salvar y mejorar la vida en todas sus etapas.
Como los descubrimientos de la ciencia moderna crea tremendas esperanzas, también avanza por vastos terrenos minados. En la medida que los genios de la ciencia extienden los horizontes de lo que "podemos hacer", también progresivamente nos confrontamos con preguntas complejas acerca de "qué debemos hacer". Hemos llegado a un nuevo mundo, que en 1932 parecía tan distante, cuando Aldous Huxley, escribía acerca de la creación de seres humanos en tubos de ensayo, lo que él llamó "criadero".
En las últimas semanas hemos oído que los científicos han creado embriones humanos en tubos de ensayo solamente para experimentar con ellos. Esto preocupa grandemente y es un signo de alarma que nos obliga a pensar muy seriamente.
La investigación con células troncales embrionarias está en el límite de una serie de riesgos morales. Estos estudios iniciales con células troncales embrionarias pueden usarse para llegar a la clonación humana. Los científicos ya han clonado una oveja. Hay investigadores que nos dicen que el próximo paso será la clonación de seres humanos, para crear a partir de las células troncales otros individuos semejantes a sí mismo, para tenerlos disponibles en caso que necesite otro corazón u otro hígado.
Como la mayor parte de los americanos, también yo me opongo decididamente a la clonación humana. Rechazamos la idea de crear seres humanos como piezas de repuesto, como también la idea de crear la vida a nuestra conveniencia. Debemos gastar grandes energías para combatir las enfermedades, pero es también igualmente importante concentrar nuestros esfuerzos en levantar normas morales para la nueva frontera de investigaciones con células troncales de embriones humanos. Aun los más nobles fines no justifican su transgresión.
En este punto, mi posición se basa en profundas creencias. Soy un fuerte sostenedor de la ciencia y tecnología y estoy convencido de la enorme potencialidad de ellas para el bienestar, mejorar nuestras vidas, salvar la vida, para combatir la enfermedad. La investigación ofrece esperanzas para que millones de nuestros seres queridos curen de sus enfermedades y alivien sus sufrimientos. Tengo amigos que tienen niños que sufren de diabetes juvenil. Nancy Regan me ha escrito acerca del sufrimiento del Presidente Regan por su Alzheimer. Mi propia familia se ha visto confrontada a la tragedia de la leucemia infantil. Como todos los americanos, tengo una gran esperanza en sus curas.
También creo que la vida humana es un regalo sagrado que nos ha dado el Creador. Me preocupa una cultura que devalúe la vida, y como vuestro Presidente, creo que tengo la importante obligación de promover y potenciar el respeto por la vida en América y a través de todo el mundo. Aun cuando creemos en la potencialidad de la investigación, nadie puede asegurarnos que la ciencia va a satisfacer nuestras esperanzas que ella ha generado.
Hace ocho años, los científicos creían que la investigación con tejidos fetales ofrecía grandes posibilidades de curas y tratamientos. Sin embargo los progresos, hasta la fecha no han satisfecho las expectativas iniciales. De nuevo, las investigaciones con células troncales embrionarias vuelven a ofrecer grandes posibilidades y también grandes peligros. Por eso he decidido proceder con gran cuidado.
Como resultado de investigaciones privadas, hoy existen más de 60 líneas de células troncales. Ellas se crearon a partir de embriones que han sido destruidos. Ellas tienen la capacidad de regenerarse en forma indefinida, creando con ello oportunidades de investigación. He llegado a la conclusión que debemos permitir el uso de fondos federales para que se usen en investigaciones que utilicen estas líneas de células troncales que ahora existen, en las que la decisión de la vida o muerte ya ha sido tomada.
Científicos líderes me han dicho que las investigaciones utilizando estas 60 líneas, tienen grandes posibilidades de conducir a terapias y curas. Esto nos permite explorar la promesa y la potencialidad de la investigación con células troncales sin llegar a cruzar la línea moral fundamental. Para ello podemos proveer dinero federal sin estimular la destrucción de embriones humanos, que al menos tienen la potencialidad de desarrollar vida.
También pienso que se puede lograr un gran progreso destinando una buena cantidad de fondos a la investigación de células troncales provenientes del cordón umbilical, de la placenta y de seres adultos, que no involucran dilemas morales. Este año el gobierno gastará 250 millones de dólares en estas importantes investigaciones.
También he decidido nominar un Consejo presidencial para monitorear la investigación de células troncales, para elaborar las guías a seguir como las regulaciones apropiadas, y considerar todas las ramificaciones éticas de la innovación biomédica. Este Consejo estará formado por científicos líderes, médicos especialistas en ética, abogados, teólogos, y otros, y será dirigido por el Dr. Leon Kass, un bioquímico especialista en ética, de la Universidad de Chicago.
Este consejo nos mantendrá informados del nuevo desarrollo y constituirá un foro para continuar la discusión y para evaluar este importante punto. En la medida que avancemos, iremos siendo guiados por el intelecto y el corazón, por nuestras capacidades y nuestra conciencia.
He tomado esta decisión con gran cuidado, y ruego que sea la más correcta.
De acuerdo a las palabras del Presidente Bush, los fondos federales se podrán utilizar para financiar investigaciones con células troncales provenientes de embriones humanos sólo en aquellos casos en que las células hayan sido extraídas de embriones con anterioridad al discurso presidencial, y que con ellas ya se hayan constituido líneas de cultivo que están actualmente utilizando industrias o laboratorios universitarios. Es decir, no se podrán utilizar células troncales de embriones que hasta ahora se han guardado congelados ni tampoco extraídas de futuros embriones.
Este predicamento es diferente al que había estado sosteniendo hasta ahora el National Institute of Health (NIH), que aprobaba el uso de células de embriones que se habían mantenido congelados, pudiendo los investigadores extraer de ellos células para constituir líneas celulares.
En todo caso, los anuncios de Bush no afectan a las investigaciones que se realizan con fondos privados. Las empresas y universidades pueden seguirlas realizando. La limitación sólo se refiere a la posibilidad de postular a fondos federales (NIH). Las nuevas líneas de células troncales de embriones humanos que se obtengan en adelante por investigaciones privadas, tampoco podrán ser utilizadas para investigaciones que postulen al financiamiento del NIH.
Es decir, sólo podrán optar a recursos del NIH, quienes trabajen con algunas de las 60 líneas que existían previamente. Ya NIH ha comenzado a confeccionar un registro de ellas para cualificarlas. Los científicos que postulen al NIH deberán especificar qué líneas planean usar, y deberán además acompañar los certificados de acuerdos o convenios con las empresas o universidades propietarias de ellas.
La decisión presidencial, aunque ecléctica, ha tenido detractores y partidarios. El compromiso que el Presidente ha tratado de alcanzar es "laudable", dijo el biólogo Douglas Melton de la Universidad de Harvard, que actualmente está trabajando con células troncales humanas y de ratas. Otros la criticaron porque no permitía utilizar embriones que ya existían y que necesariamente iban a ser destruidos. Por otro lado, grupos pro-vida, incluyendo los obispos católicos americanos, condenaron la decisión por permitir el uso de células provenientes de embriones humanos.
Lo que llamó la atención a muchos especialistas, fue el número de líneas (60) que el Presidente afirmó que existían. De acuerdo a una búsqueda de la revista Science (Agosto 17, 2001, pág. 1242), en la literatura existente sólo aparecían trabajos publicados con 30 líneas de células troncales provenientes de embriones humanos. Muchas de ellas tienen limitaciones comerciales para su uso (propiedad intelectual y patentes). Con todo, Lana Skirboll, directora de política científica del NIH, afirmó que en realidad ellos conocían más de 60 líneas que habían sido desarrolladas en cinco países: Estados Unidos, Australia, Suecia, Israel e India, las que estarían disponibles para los investigadores en los próximos meses. Skirboll añadió que muchos investigadores que trabajan en el tema aún no han publicado o se han acercado al NIH en condiciones de confidencialidad. En todo caso Skirboll afirmó que propietarios de muchas de estas líneas han prometido trabajar con los científicos.
La decisión americana contrasta con lo sucedido en Inglaterra, donde incluso el Gobierno ha permitido realizar investigaciones con células provenientes de embriones, siempre que éstas tengan una edad inferior a 14 días. Otros países también están autorizando las investigaciones con embriones humanos. Recientemente Alemania ha autorizado a científicos para que importen células embrionarias humanas para hacer estudios con ellas. El Deutsche Forschugsgemeinschswafi, organismo estatal que financia investigaciones, ha recomendado al Parlamento alemán que apruebe la ley que permita a investigadores alemanes utilizar células troncales provenientes de embriones desechados.
Gracias por escucharme. Buenas noches y Dios bendiga a América. (Agosto 9 de 2001).