¿La evolución es espontánea o con propósito?
( Publicado en Revista Creces, Enero 1998 )

Hace algunos años, John Cairns y sus colaboradores de la Universidad de Harvard, publicaron en la revista Nature un sensacional experimento, cuyos resultados sugerían que los microorganismos tenían mecanismos para escoger una determinada mutación, de acuerdo a modificaciones del medio. Esto iba totalmente en contra del dogma, que establecía que las mutaciones se producían sin tener ninguna relación con las consecuencias que de ellas se derivaban.

Según Cairns, por algún misterioso mecanismo, las células sabían por adelantado qué mutación las beneficiaba. Así por ejemplo, si a las bacterias las sometían a condiciones de stress alimentario, ellas producían más mutaciones que las beneficiaban, lo que les permitían así adaptarse a ese medio restringido en nutrientes, logrando de este modo sobrevivir. Indudablemente que estos resultados produjeron entonces grandes debates.

Surgió así una teoría para explicar estos hallazgos: que en condiciones de stress, la bacteria entraría en una etapa de hipermutación, y que estas serían de todos los tipos, pero que sobrevivirían aquellas bacterias en que por el azar sus mutaciones les fueran favorables para la nueva adaptación. El resto, con otros tipos de mutaciones, no sobrevivirían. Por esto el investigador en definitiva constataría más mutaciones benéficas, que aquellas dañinas o neutras.

Más tarde, Patricia Foster de la Universidad de Boston y Susan Rosemberg de la Universidad de Alberta, aportan nuevos antecedentes. Ellas trabajaron con bacterias que carecen de la capacidad de alimentarse en base al azúcar "lactosa". En el experimento cultivan a estas bacterias en un medio que carece de todos los azúcares, a excepción de lactosa. En ellas se produce inmediatamente una gran cantidad de mutaciones, no sólo de aquellas que favorecen a la bacteria para llegar a alimentarse de lactosa, sino también que muchas otras mutaciones no relacionadas con este nutriente (Nature, Junio 5,1997). Con esto se comprueba que las bacterias puestas en stress, desarrollan una capacidad de "hipermutación". Ellas se explicarían, por qué en estas condiciones su DNA tendría una mayor tendencia a quebrarse. Es decir, la hipermutación parece que sería sólo una respuesta mecánica frente a una desnutrición, más que una verdadera adaptación a los cambios del medio. Cualquiera que fuera la causa, en estas condiciones la bacteria evolucionaría más rápidamente. Es decir, las mutaciones que se producen serían al azar, pero las bacterias con mutaciones benéficas serían las que sobrevivirían.

Investigaciones posteriores, parecieran también demostrar la existencia de genes mutantes, que favorecerían el incremento de las mutaciones. Barry Hall de la Universidad de Rochester, en un trabajo no publicado, dice haber aislado cinco genes que en las bacterias favorecerían el desarrollo de mutaciones y que en definitiva las llevarían a la situación de hipermutación.


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