Se ubican los genes de la longevidad en el cromosoma 4
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2001 )
Podríamos estar cerca de descubrir la fuente de la juventud. Se ha encontrado la ubicación de genes que regulan la velocidad con que envejecemos. El descubrimiento podría abrir las puertas para desarrollar drogas que retarden el envejecimiento.
Es cierto que durante el siglo recién pasado hemos presenciado un muy significativo incremento en las expectativas de vida de los seres humanos, especialmente en los países más desarrollados. A pesar de ello, siguen siendo muy pocas las personas que viven 100 años o más. Muchos investigadores han dedicado sus esfuerzos para indagar cómo podemos agregar más años a nuestras vidas, logrando progresos importantes (El proceso del envejecimiento) (La historia del hombre y las infecciones).
Es una observación corriente que hay familias que viven muchos años, pero no está claro si ello se debe a factores ambientales o si en realidad su longevidad es genética. Si los factores condicionantes fueran fundamentalmente genéticos, lo probable es que hubiera varios genes comprometidos. Estos podrían ser cientos, miles, o tan solo unos pocos. Es a estas preguntas que Annibale Puca y sus colaboradores, del Howard Hughes Medical Institute en Boston, trataron de responder mediante una investigación que recientemente han publicado en el Proceeding of the National Academy of Science (vol 98, pág. 10.505, 2001).
Puca y su equipo reunieron 137 grupos de hermanos longevos, donde uno por lo menos tenía 98 o más años de edad. Mientras que la edad de los hermanos era por lo menos 91 años para los hombres y 95 años para las hermanas. Con ello completaron 308 individuos en total. Con este grupo desarrollaron un estudio genético aplicando una técnica que busca áreas del DNA compartidas por los longevos, y cuya frecuencia sea mayor que la que se espera por el simple azar. Es decir, buscan una región del genoma que esté asociada a una determinada característica. En este caso, a la longevidad. Con esta tecnología encontraron una región del cromosoma 4 que estaba asociada con la longevidad. "Tenemos un 95% de posibilidades de que hemos identificado el grupo de genes correctos", afirmó Puca.
Otros investigadores habían comprobado que las personas centenarias tenían una baja frecuencia del gene ApoE. Se sabe que este gene predispone a los portadores a enfermedades cardiacas y a la enfermedad de Alzheimer. "Pero este gene no es un gene relacionado directamente con la longevidad, sino con enfermedades que limitan la longevidad" dice Puca. "Por esa razón, los que viven más de 100 años tienen una menor frecuencia de este gene". "En cambio, nuestros hallazgos son los primeros que identifican genes asociados directamente a la longevidad", insiste Puca.
Sin embargo hay que señalar que los datos mostrados están sólo en el límite de la significación estadística, por lo que para estar seguros del hallazgo, va a ser necesario esperar que otros grupos de investigadores confirmen resultados similares. Thomas Kirkwood, un gerontólogo de la Universidad de Newcastle en Inglaterra, piensa que hay que ser cauto y esperar no sólo la reconfirmación de estos hallazgos por otros investigadores, sino también que se verifiquen los supuestos estadísticos usados, los que no han sido verificados.
En todo caso, de ser estos hallazgos valederos, se estaría abriendo un camino para que algún día se puedan desarrollar drogas que imiten el efecto de estos genes, y con ellas se pueda llegar a prolongar los años que vivimos. Claro que antes habría un largo camino que recorrer: identificar los genes específicos, conocer sus secuencias de bases, llegar a determinar qué proteínas codifican, llegar a conocer cómo actúa cada una de ellas y finalmente cómo se relacionan sus acciones entre sí.
El ser humano ahora vive más
Gracias a la medicina moderna y las mejores condiciones sanitarias, ahora la población mundial vive más años, y ello está dado en primer término por la enorme disminución de la mortalidad de los primeros años de vida. Pero también es un hecho que como promedio los adultos viven más (Disminuye la explosión demográfica y aumenta la tercera edad).
Hace un siglo, en Estados Unidos, un 15% de los lactantes fallecía antes de su primer cumpleaños. En nuestro país, en esa misma fecha, la cifra era de un 40%. En la actualidad, en ambos países esta cifra es de menos del 1%. Del mismo modo, la expectativa de vida al nacer, que era de 45 años en Estados Unidos y de 33 años en Chile, ahora en ambos países es superior a los 75 años. Según la Organización Mundial de la Salud, el promedio mundial es de 62 años, con un amplio rango, según las condiciones de vida de cada país.
En los próximos años, en los países en que ya han sobrepasado los 75 años de expectativa de vida, podría incrementarse sólo si la medicina logra que los viejos vivan más. Algunos expertos piensan que si se eliminaran las causas de muerte de los ancianos (ataques cerebrales y enfermedades cardiacas), éste teóricamente podría vivir hasta los 120 años.