La disidencia en el cambio climático
( Publicado en Revista Creces, Enero 2002 )
Estados Unidos es el país que mas contribuye al efecto invernadero, por la cantidad de CO2 que produce. Resulta entonces incomprensible su negativa a firmar el protocolo de Tokio, que propone urgentes medidas a tomar. Para tratar de comprenderlo hay que escuchar al disidente Richard Lindzen, meteorólogo que asesora a los senadores y al presidente de los estados unidos.
Richard Lindzen está en el ojo de la tormenta en la discusión del cambio climático. El afirma que está de acuerdo con otros científicos que sostienen que durante los últimos 100 años la Tierra se ha calentado 0.5º Celcius. Acepta también que la actividad humana ha incrementado la cantidad de CO2 en la atmósfera en alrededor de un 30%. Sin embargo no cree que estos hechos estén relacionados, ni tengan mucha importancia (Scientific American, Noviembre del 2001, pág. 26).
Su punto de vista difiere del informe elaborado por el "Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC)", como también de las conclusiones de la última reunión que celebraron 1800 especialistas en Amsterdam. En el primer documento se afirma que durante los últimos 50 años, la mayor parte del calentamiento de la Tierra se debe a la actividad humana, y que el calentamiento observado durante los últimos 100 años, es el más alto alcanzado en los últimos 1000 años. El segundo documento advierte que el cambio puede ser brusco y en menos tiempo del que se pensaba, lo que acarrearía consecuencias desastrosas (Los cambios climáticos pueden precipitarse).
Por el contrario, Richard Lindzen, meteorólogo miembro de la National Academy of Sciences, y profesor del Massachusetts Institute of Technology en Boston, se declara disidente de estas conclusiones. Ello no tendría gran trascendencia, si no fuera porque Lindzen es consejero de los senadores y porque a comienzos de año planteó sus puntos de vista sobre el cambio climático, frente a una reunión especial del gabinete del Presidente Bush.
Lindzen rechaza la afirmación que el incremento de la temperatura de la Tierra es el más alto observado en los últimos 1000 años, cuestionando los métodos que los expertos utilizaron para determinar las temperaturas históricas. Según él afirma, para los primeros 600 años de la cronología de 1000, los investigadores sólo usaron el análisis de los anillos de los árboles, realizándolo en sólo cuatro localizaciones separadas. Sin embargo, Michael Mann, geólogo de la Universidad de Virginia y Director del informe IPCC, dice que las temperaturas de los últimos 1000 años, no sólo se basan en el estudio de la corteza de los árboles (que se realizaron en 34 sitios diferentes), sino también en el análisis del aire encerrado en los hielos antárticos, coincidiendo ambos métodos.
Pero el clima del pasado no es el único punto en el cual Lindzen está en desacuerdo. Afirma que hay pocas razones para preocuparse por el futuro. El elemento clave de su optimismo es un parámetro llamado "sensibilidad climática". Esta variable representa el aumento esperado de la temperatura global, si es que el incremento del CO2 atmosférico se llegara a doblar sobre los valores de la era pre-industrial. En la actualidad éste se ha incrementado sólo en un tercio, y basándose en ello es que el IPCC calculó la sensibilidad climática de los próximos años, concluyendo que se esperaría un incremento que variaría entre 1.5 y 4.5 grados Celsius para el año 2100. Lindzen, por el contrario, afirma que el incremento sería sólo de 0.4 grados.
El IPCC concluye en ese amplio rango, después de haber incorporado diversos mecanismos de feedback. Por ejemplo, las temperaturas más altas van a disminuir la nieve y el hielo que actualmente cubre la Tierra, haciendo que el planeta fuera menos reflectivo, potenciando el calentamiento. En el hecho el vapor de agua es el principal absorbedor del calor atmosférico.
En su presentación en el Senado, Lindzen afirmó que estos sólo eran cálculos empíricos sin fundamentos. Según él, el incremento de la temperatura secaría ciertas partes de la alta atmósfera. A su vez la disminución del vapor de agua, moderaría el calentamiento. "La formación de nubes es un proceso muy complejo", afirmó Lindzen. Ello depende de factores que pueden cambiar cada minuto. Las nubes pueden enfriar (reflejando la luz solar hacia el espacio) o calentar (atrapando el calor de la Tierra). Lindzen afirma que la reducción de la nubosidad tropical produciría un marcado efecto de enfriamiento, que estabilizaría el feedback negativo. Sin embargo Bruce Wielicki del Centro de Investigación de NASA en Langley, dice que los estudios de Lindzen de las nubes tropicales, se basan sólo en imágenes tomadas por satélite, que no son representativas de todo el trópico.
Pero Lindzen, que está en clara minoría, afirma que la discusión del cambio climático está contaminada por retórica política, y que tiene argumentaciones muy débiles. Sin duda que su opinión ha caído muy bien en el Congreso americano, el cual no ve con buenos ojos las drásticas medidas que habría que tomar para disminuir el CO2 atmosférico, que indudablemente afectarían toda la actividad industrial americana. Para Lindzen, no habría nada que hacer frente al calentamiento, ya que el mismo sistema atmosférico de la Tierra se encargaría de equilibrarlo. ¡Ojalá que Lindzen tenga razón! En caso contrario sólo quedaría llamar a la Filomena para que no se pierda el desastre.