Bioterrorismo: mitos y verdades
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2001 )

Después de los atentados terroristas del 11 de septiembre, la paranoia se apodero de la mayoría de la población estadounidense y el temor de un posible ataque biológico ha ido aumentando a medida que aparecen nuevos casos de exposiciones a esporas de ántrax.

Para muchos, el bioterrorismo dejó de ser ciencia ficción, y numerosas son las medidas que autoridades y ciudadanos están tomando para enfrentar esta posible nueva amenaza.

En este momento, más rápido que una epidemia se expanden los rumores a nivel mundial y por eso es necesario informarse responsablemente para saber reaccionar, diferenciando el mito de la verdad.


Las armas a las que todos temen

Las armas biológicas son agentes hechos de organismos vivos que tienden a ser altamente contagiosos y que han sido adaptados militarmente para causar enfermedades e incluso la muerte en humanos, animales o plantas.

Un agente biológico puede venir en diferentes formas, entre las que se incluyen bacterias, hongos, virus o toxinas; y las enfermedades que se pueden introducir en una población son el ántrax, diferentes formas de plagas, la fiebre amarilla, el botulismo y la viruela.

Estos agentes, de enorme capacidad para reproducirse y alcanzar un impacto potencialmente devastador en el blanco escogido, pueden diseminarse a través de diferentes técnicas. Una bomba, un misil o un avión fumigador pueden liberar una nube cargada con el germen para que éste sea trasladado por el viento; el agua o los alimentos podrían ser contaminados; un individuo infectado podría actuar como arma mortal en un centro urbano expandiendo rápidamente entre la población una enfermedad contagiosa; o como en el caso actual, la amenaza biológica puede llegar simplemente en polvos blancos a través del correo tradicional.


Ha llegado carta

Desde 1978 que no se reportaban casos de ántrax en Estados Unidos, pero ahora nuevamente esta amenaza está latente y en sobres que contienen polvos blancos viajan las esporas del ántrax, tomando a este país por sorpresa. De remitente desconocido, la correspondencia inesperada ha tocado las puertas de medios de comunicación, de la oficina del gobernador de Nueva York e incluso del congreso estadounidense.


El ántrax es la misma enfermedad conocida como carbunco y es causada por el bacilo anthracis que vive en la sangre de animales. Cuando éstos mueren, la bacteria produce esporas, que son liberadas al ambiente. Al ser inhaladas profundamente, se alojan en los pulmones, donde son recogidas por células inmunológicas las cuales las llevan a los nódulos linfáticos, donde maduran y se convierten en bacterias.

Las bacterias luego se reproducen y pasan a la corriente sanguínea, donde producen un veneno que causa la producción de dosis letales de compuestos químicos.

El ántrax puede ser un asesino muy eficiente y sus esporas pueden sobrevivir durante décadas. Si son inhaladas, pueden causar síntomas similares a los del catarro, con fiebre, dolor y tos, pero en cuestión de horas, de forma rápida y violenta, puede transformarse en una severa enfermedad y causar la muerte a los pocos días.

Si hay contacto físico con la bacteria se puede contraer ántrax cutáneo, que produce lesiones e inflamaciones en la piel pero que generalmente no es serio ni provoca dolor, aunque si no se trata puede propagarse y causar septicemia o envenenamiento de la sangre. El consumo de carne contaminada también puede causar ántrax pero del tipo intestinal, que se manifiesta con fiebre y septicemia, llegando en muchos casos a ser mortal.

No existe prevención posible contra esta bacteria y no vale la pena tomar medicinas, pero si la persona ha estado expuesta al ántrax debería ser tratada con antibióticos durante un período de cinco a siete días para evitar desarrollar la enfermedad; claro que siempre y cuando no haya síntomas, ya que si se espera a su aparición, aunque se mate a la bacteria lo más seguro es que ya haya producido una gran cantidad de toxinas. Actualmente existe una vacuna contra el ántrax pero que sólo está disponible en cantidades limitadas para el ejército estadounidense.

A raíz del pánico mundial que ha provocado la existencia de casos de ántrax en Estados Unidos los especialistas llaman a la tranquilidad, a dejar el problema en manos de las autoridades de salud pública, y aclaran que:


  • El ántrax no es contagioso y se transmite sólo cuando las esporas están en el ambiente.

  • Si se produce un ataque con ántrax no afectará a poblaciones enteras sino que ocurrirá sólo en áreas geográficas muy limitadas

  • Los contactos con la bacteria del ántrax a través de correspondencia pueden generar casos de contaminación cutánea y sólo hay riesgo de muerte si se contrae la forma pulmonar y para ello debería existir un medio muy contaminado, algo imposible a través de una carta o un polvo blanco.

  • El tipo de máscaras que se pueden conseguir en el mercado no sirven de nada. Sólo las muy especializadas que tienen los militares serían útiles en caso de que hubiera una gran contaminación.

  • Es completamente inadecuado tomar antibióticos como prevención. Sólo se deben tomar en caso de exposición a la bacteria y para esto es necesario apoyarse en las autoridades sanitarias.


Más temida que el ántrax

La viruela fue controlada en 1977, pero luego de los atentados a Nueva York y Washington y de la amenaza del ántrax, se teme un rebrote.

A diferencia de la bacteria del ántrax, el virus de la viruela es muy contagioso y tiene un 33% de mortalidad. El contagio se produce por el contacto directo con descargas respiratorias o salivales de una persona con la enfermedad, o a través de objetos contaminados. Los síntomas incluyen fiebre, fatiga y dolores, seguidos de erupciones en la piel con lesiones, y puede causar la muerte dentro de las dos semanas después de que se ha contraído la enfermedad. Hasta el momento no existe tratamiento probado pero sí existe la vacuna con la que se puede prevenir.

Frente al temor de un ataque con el virus de Viruela, Estados Unidos acelera el desarrollo de una nueva vacuna y se espera que para mediados del 2002 haya 40 millones de dosis disponibles. Mientras tanto, el gobierno del presidente Bush pidió 509 millones de dólares al Congreso para comprar 300 millones de dosis de vacunas y así proteger a toda la población contra el virus.

Actualmente otros gobiernos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) evalúan proponer una vacunación masiva contra la viruela para enfrentar la amenaza del bioterrorismo, pero primero deben determinar de cuántas dosis disponen.

En este esfuerzo Chile no se queda atrás y las autoridades ya realizan gestiones para obtener una cepa que permita la elaboración de una vacuna que combata la viruela. Además, se ha conformado un equipo de trabajo que elaborará un plan de acción frente a la eventual reaparición de la enfermedad.


Preparándose para responder

En Estados Unidos, informes oficiales de los últimos años indican que el país se encuentra muy vulnerable a cualquier ataque biológico y que es necesario tomar medidas de precaución y de protección.

Sin embargo y pese a las críticas frente a la falta de preparación, el secretario de salud Tommy Thompson ha destacado la rápida respuesta que dieron las autoridades de salud a los ataques terroristas del 11 de septiembre y ha anunciado que extremarán las precauciones ante posibles epidemias o contaminantes de alimentos, además de capacitar a médicos, enfermeras y técnicos clínicos para que reconozcan enfermedades como la viruela, el carbunco y distintos tipos de pestes.

"Voy a describir nuestro estado: nos estamos preparando para responder. Podemos y tenemos que hacer mucho para fortalecer nuestra respuesta" dijo Thomson recientemente ante la subcomisión de Trabajo, Salud y Servicios Humanos del Senado.

Junto al secretario de salud estadounidense también asistieron a esa sesión del Senado especialistas en bioterrorismo y salud pública que analizaron las deficiencias actuales del país frente a la amenaza biológica y propusieron medidas a seguir a corto y largo plazo.

Jonathan Tucker, Director del Programa de No Proliferación de Armas Químicas y Biológicas del Instituto de Estudios Internacionales en Washington D.C. planteó que existen tres brechas importantes que seriamente dificultan la capacidad de la nación para responder rápidamente frente a inusuales brotes de enfermedades y destacó que para revertir esta situación y estar lo suficientemente preparados es necesario construir un puente entre ellas.

Las brechas existen entre los médicos de cabecera y los departamentos de salud pública; entre las comunidades humanas y animales; y entre los especialistas de salud pública y los expertos en temas de seguridad.

Entre otras cosas, Tucker sugiere mejorar los canales de comunicación entre los médicos de cabecera y los departamentos de salud pública; educar y capacitar a profesionales de la salud para que puedan diagnosticar y tratar a tiempo agentes bioterroristas; financiar más investigación epidemiológica que abarque la compleja relación entre la salud animal y humana; y reclutar en los servicios de inteligencia a personas entrenadas en microbiología, epidemiología y en enfermedades infecciosas para que trabajen como expertos en temas de seguridad frente a la amenaza bioterrorista.


El mundo en alerta

Frente a la amenaza real de bioterrorismo en el mundo actual no sólo Estados Unidos está preocupado sino que muchos otros países también han tomado medidas preventivas contra una posible contaminación masiva.

Según la doctora Gro Harlem Brundtand, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mundo tiene los medios y la experiencia necesarios para detectar y controlar brotes epidémicos graves, sin embargo es indispensable fortalecer la capacidad de respuesta para poder enfrentar las consecuencias del uso de armas químicas o biológicas.

Una vigilancia apropiada y una respuesta rápida coordinada son vitales para contener una contaminación por acción de ciertos agentes como los causantes del carbunco o de la viruela. Asimismo, los ministerios de salud deben desarrollar planes de emergencia para reaccionar eficazmente frente a una amenaza de este tipo.

En la actualidad la OMS vigila constantemente los brotes de enfermedades mediante la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos la que fue lanzada el año pasado y que vincula redes existentes en todo el mundo, equipadas para diagnosticar agentes poco comunes y combatir a los que son patógenos y peligrosos. A través de medios electrónicos la comunidad internacional intercambia conocimientos técnicos teóricos y prácticos, y de esta manera mantiene una alerta continua.

Las autoridades chilenas también están conscientes de esta amenaza y preparan un plan de contingencia en el caso de ataques con ántrax, estrategia que contempla la coordinación de los servicios de emergencia de Carabineros, Bomberos y personal paramédico, según informó la ex Ministra de Salud, Michelle Bachelet durante la cuarta reunión del Comité de Emergencias Bacteriológicas.

En nuestro país las actividades de vigilancia ambiental se han reforzado y los servicios de salud toman medidas de precaución y han establecido una red de personal en alerta las 24 horas. El control aduanero en las fronteras se intensificará y se entregarán biocámaras y trajes de aislamiento especial al personal del Instituto de Salud Pública, que se encargará de analizar las muestras de sustancias sospechosas. Se importarán los insumos médicos necesarios y se realizarán gestiones para disponer de equipos de diagnóstico rápido.

La amenaza bioterrorista es hoy una realidad, pero si bien todavía hay muchos aspectos que fortalecer, se debe evitar el pánico, y estar tranquilo y bien informado. Según aseguran los expertos, el mundo está en condiciones de dar, frente a ataques biológicos, una respuesta rápida y eficaz.



Por Andrea Henríquez Gárate

Corresponsal de Creces en Washington D.C.


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