La legalización de la marihuana
( Publicado en Revista Creces, Enero 2002 )

Son varios los países europeos que ya han despenalizado el consumo de marihuana, con el objeto de separarla del consumo de drogas duras y lograr así un mejor control de estas últimas. Las opiniones son variadas y las controversias aun no han terminado.

Ya son varios los países en que se ha decretado a la marihuana como una droga "blanda", y con ello se han reducido o desaparecido las penalidades por su uso. ¿Es esta medida aconsejable? ¿Existe con ello el peligro de un incremento en el uso de otras drogas más peligrosas? o por el contrario ¿se rompe la ligazón entre la marihuana y las otras drogas duras?

Los que apoyan la liberación de la marihuana, sostienen que ello permite a la policía concentrarse en la lucha contra otras drogas realmente peligrosas, considerando que la mayor parte de las detenciones por el uso de drogas, corresponden a la marihuana, lo que hace que la acción policial contra las drogas duras sea sobrepasada.

Evaluaciones hechas en Inglaterra, señalan que un 40% de los jóvenes entre 16 y 29 años, en algún momento de su vida han consumido marihuana, pero que sólo el 22% lo han hecho durante el último año. Obviamente esta disminución no se ha debido al control policial, pero ¿Su legalización podría aumentarlo?

En países como Holanda, donde las autoridades toleran el uso de la marihuana desde el año 1970, en realidad no se ha observado incremento en su uso (New Scientist, Febrero 21, 1998, pág. 30). En Australia, donde desde hace algún tiempo los que usan marihuana, sólo reciben multas en lugar de cárcel, sí se ha observado una pequeña elevación.

Según los expertos, el despenalizar el uso de la marihuana, tendría el beneficio de que los jóvenes confiarían más en las informaciones que dan las autoridades acerca del daño y peligro de las drogas, ya que en la actualidad muchos piensan que estas exageran respecto a las consecuencias de su uso, ya que en su experiencia la marihuana produce pocos efectos. "Muchos jóvenes estarían menos propensos a consumir otras sustancias si tuvieran una información acuciosa de los riesgos potenciales de cada una", señala Roger Howard, director de la fundación DrugScope.


Marihuana, puerta de otras drogas

¿Es cierto que el uso de la marihuana es la puerta de entrada para el posterior uso de drogas más duras? Cuando se habla con los padres de drogadictos, es frecuente que señalen que la adicción de su hijo se inició con la marihuana. Un estudio recientemente publicado, señala que el 99% de los jóvenes neozelandeses adictos a las drogas, comenzaron con el consumo de la marihuana (New Scientist, Noviembre 3, 2001, pág. 12). La relación no se puede negar, pero también es posible que los drogadictos pertenezcan a un tipo de personas propensas, o en riesgo de consumo de drogas y que éstas las hubieran consumido con marihuana o sin ella. Muchos piensan que el consumo de drogas duras es el resultado de la personalidad de cada uno, de factores adversos del hogar y de la influencia de las malas compañías de sus pares, más que del consumo de marihuana en sí mismo.

Según David Ferguson, de la Christchurch School of Medicine, que condujo el estudio de Nueva Zelandia, en el 70% del grupo que había consumido marihuana, sólo un cuarto había consumido posteriormente otras drogas. Es decir, dos tercios de los que consumieron marihuana, no progresaron hacia el consumo de drogas duras.

Con todo Ferguson afirma que no se puede negar la relación entre el consumo de marihuana y el progreso a otras drogas. El problema está en que muchos consumidores de marihuana están regularmente en contacto con los suministradores de drogas duras, que están induciendo a su consumo para acrecentar su negocio.

En este sentido es interesante la experiencia de Holanda, que trata de separar el mercado de las drogas, del mercado de la marihuana. Para esto han establecido "coffee shops", en los cuales está permitido comercializar marihuana, y en los que no se permiten los distribuidores ilegales. De acuerdo a un análisis publicado en "Science" en 1997, sólo el 22% de los fumadores de marihuana en Amsterdam, han probado la cocaína, comparado con el 33% en los Estados Unidos.

Pareciera que el tratar de separar el mercado de las drogas duras, del mercado de la marihuana, debilita el efecto de entrada de una en otra. ¿Pero cómo lo podemos lograr? se pregunta Michael Farrel, psiquiatra del National Addition Center en Londres.


Los coffee shops

Los coffee shops comenzaron en Amsterdam 1976, vendiendo libremente marihuana. Estos establecimientos se han multiplicado y en la actualidad existen más de 900. Según Roel Kerssemakers, que trabaja en la Clínica Jellinke, dedicada al abuso de drogas, ello no ha aumentado el número de fumadores. "El efecto de fruta prohibida ha desaparecido, y ha disminuido la presión de los pares para inducir el consumo".

Lo que es más importante, es que estos shops parecen haber sido efectivos en separar los distribuidores de marihuana de los distribuidores de drogas duras, gracias a las visitas regulares de la policía a estos establecimientos.

"La mayor parte de los fumadores de marihuana, lo hacen en su juventud y posteriormente abandonan el consumo de drogas. La cocaína y el éxtasis tienen que ver más con los clubes nocturnos, a diferencia de la marihuana", dice Kerssemakers.

Con todo, una restricción más reciente en Holanda, parece haber tenido un efecto adverso. Es así como desde 1996, se prohibió vender marihuana en los coffee shops a los menores de 18 años, con lo que se ha separado al grupo más vulnerable que se ha ido a las calles de Amsterdam y a lugares más apartados.

Aun cuando el propósito era retrasar la edad del comienzo de uso de la marihuana y el consiguiente uso de drogas, el efecto ha sido contraproducente, ya que los ha empujado a zonas menos reguladas. Según en Instituto Trimbos, un centro del estudio de la adicción en Utrecht, ahora los menores se abastecen por medio de distribuidores criminales.

Parece que aún no hay una respuesta clara de si es o no ventajoso descriminalizar el consumo de marihuana. Lo que si no hay duda que debe mantenerse, es la prohibición de la producción de marihuana, ya que de otro modo se iniciaría un factor de mercado que presionaría el consumo, como ocurre con el tabaco.



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