Estos hallazgos han producido una gran preocupación, dado que en los últimos años se está abusando demasiado de esta tecnología. Con todo, no está claro que la mayor frecuencia de defectos se deba a alteraciones de la pareja que les ha impedido la fertilización normal o a la técnica propiamente tal de la fertilización in vitro.

A pesar de todo ello, según el epidemiólogo Jennifer Kurinczuk de la Universidad de Leicester, el 90% de los nacidos por fertilización in vitro nacen normales, por lo que el riesgo de una malformación es aceptable, más aún cuando muchas de ellas son corregibles por cirugía. En todo caso es una advertencia para los que usan la tecnología en forma exagerada. (New Scientist, Marzo 16, 2002, pág. 17).