Avances en el tratamiento del shock séptico
( Publicado en Revista Creces, Junio 2002 )

El shock séptico es una complicación que en los últimos años, sin una explicación clara, ha ido en aumento en los medios hospitalarios. Cifras actuales señalan que cada año mueren en el mundo por esta complicación, alrededor de 1400 personas. Ello es un temor para todas las clínicas y especialmente para los cirujanos.

Se produce cuando el sistema inmune, que debe proteger de las infecciones, queda fuera de control. Prende la infección, baja la presión arterial y se produce una coagulación anormal de la sangre, terminando frecuentemente con la vida del enfermo. El shock se puede gatillar por diferentes virus, hongos, protozoos y bacterias, incluyendo aquellas que producen la meningitis. Algunos enfermos se salvan, pero la mortalidad es cercana al 40%, aun en las mejores manos.

Frente a ello, poco podían hacer los médicos, aparte de administrar antibióticos, junto a una terapia de mantención. Los investigadores en la actualidad han estado buscando drogas que permitan controlar este pánico del sistema inmune. El primer fruto ha sido el desarrollo de una droga llamada "Xigris", que habiendo ya completado la etapa de ensayos clínicos, espera la pronta aprobación del Food and Drug Administration. Es una forma sintética de una proteína sanguínea, llamada "proteína C activada", que apaga tanto la inflamación, como la coagulación sanguínea. En ensayos clínicos, se ha conseguido disminuir la mortalidad en un 20%. Ya es un avance, pero aún la mortalidad es alta.

Los científicos siguen buscando nuevas alternativas, y es así como investigadores suizos, del Instituto de inmunología en Basilea, han encontrado un receptor en la superficie de las células inmunes, denominado TREM-1, que ayuda a alertar al sistema inmune de la presencia de bacterias. Experiencias en ratas han demostrado que bloqueando el TREM-1, se logra proteger a los animales del shock séptico.

Pero también inyectando una forma soluble de TREM-1, se protege al animal, probablemente porque éste actúa como un señuelo para limpiar la proteína bacteriana que activa a las células inmunes. De hecho, previene la excesiva respuesta inmunológica, pero sin bloquearla completamente. Según Jonathan Cohen del Imperial College de Londres "ésta pudiera ser una buena forma de bloquear la excesiva respuesta del sistema inmune, sin bloquearlo completamente, lo que sería riesgoso para el paciente". (New Scientist, Noviembre 10, 2001, pág. 17).



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