Las investigaciones han avanzado hasta el punto que ya Tony Peacock, director del grupo del Pest Animal Control Cooperative Research Centre en Canberra, ha solicitado el permiso para desarrollar la experiencia en el terreno. Parece lógico controlar la plaga no por métodos tóxicos que maten a los conejos, sino que impidiendo su multiplicación. Sin embargo no todos están de acuerdo con la liberación de este virus transgénico, ya que existiría el peligro que éste pudiese infectar a otras especies animales, afectando también su reproducción.

Se trata de un virus transgénico, el virus "myxoma", al que se le ha agregado un gene para que codifique una proteína de la zona pelúcida, que es la capa delgada que envuelve al óvulo. Las hembras infectadas por este virus, producen anticuerpos contra sus propios óvulos, dañándolos y bloqueando así la fertilización, en un proceso llamado "inmunocontracepción" (New Scientist, Agosto 10 de 2002, Pág. 4).

La idea no es nueva, ya que igual procedimiento es el que se ha estado desarrollando en Europa para combatir las lauchas de las casas. En este caso se trata del "cytomegalovirus murino" transgénico, que produce en la laucha una esterilización del 100% en los ensayos de laboratorio, y el efecto dura por toda la vida. En el caso del conejo, la esterilización que se consigue en el laboratorio es de 8 por cada 11 hembras. Lo probable es que tampoco el efecto se prolongue por toda la vida, ya que el conejo vive más tiempo que la laucha. Pero en todo caso el efecto podría ser significativo.