El puntero emite un rayo de luz roja que tiene un poder sobre 5 milliwatts. Con ello se puede alcanzar un objetivo incluso a una distancia de dos kilómetros. Hasta hace poco tiempo eran caros, pero ahora se pueden adquirir en cualquier parte, hasta por 15 dólares. Por ello se han hecho muy populares en la juventud que los adquiere para hacer mal uso de ellos; ya sea para molestar en los campeonatos atléticos o durante los shows artísticos o en las salas de clase u otros lugares. Incluso han provocado accidentes de tráfico, al enfocar vehículos en movimiento, desconcertando así al conductor. Por otra parte, la policía se queja que ellos no pueden distinguir si se trata de una broma o realmente de un arma de fuego provista de láser que los está apuntando. En algunos estados se ha legislado en el sentido de considerar un crimen el apuntar a un policía con uno de estos punteros.

Pero ahora es el Food and Drug Administration (FDA) el que ha puesto la voz de alarma, ya que señala que basta apuntar con el rayo a los ojos por algunos segundos para producir un daño de la retina más intenso que mirar directamente al sol. Ya son varios los casos descritos de pérdida de la visión temporal o daño permanente, acompañado con la sensación de fuerte quemadura. El FDA insiste que estos punteros no son juguetes y que sólo deben utilizarse en las conferencias. Nunca deben dirigirse a ninguna persona. Por ello la ciudad de Chicago ha prohibido la venta de estos punteros a menores que no tengan el permiso escrito de sus padres.

(American Academy of Pediatric News, Marzo1999).