Recientemente un grupo de expertos tiene una tercera explicación. Wolfgang Kundt, astrofísico de la Universidad de Bonn en Alemania, piensa que el incidente se debió a una explosión de gas de alta presión. El ha calculado que una emisión rápida de 10 millones de toneladas de metano podría haber sido la causante de este devastador efecto. El gas, surgido del suelo, habría sido lanzado 200 kilómetros hacia arriba, gatillando una explosión de aire que habría barrido con los árboles en una gran área a la redonda. Al subir, el gas se habría cargado. Horas más tarde las nubes cargadas se habrían encendido, formándose una gran bola de fuego expansivo.

Esta nueva teoría podría explicar lo que los lugareños dicen que vieron: "la noche anterior a la explosión hubo un cielo muy brillante, el que continuó así por haber causado la formación de cristales de hielo en cantidad tal como para poder reflejar la luz del sol en la noche. A ello se agrega que investigadores han detectado allí la emisión de gas radón, lo que sugiere que bajo el suelo podría haber gases de origen volcánico. La zona de Tunguska está en el medio de una antigua región volcánica, de donde podría haber provenido el metano.

Anteriormente en otro lugar, también han sucedido explosiones de gas, aun cuando no de la magnitud de Tunguska. En el año 1994, en Cando, España, en un cráter poco profundo, se produjo un estallido que barrió con todos los árboles alrededor. Originalmente ello fue atribuido a un tipo de impacto, pero posteriormente se demostró que había sido debido a una erupción de gas.