Singapur, el tigre biotecnológico
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2000 )

En el año 2000, Singapur comenzó su ambicioso programa para llegar a ser el centro de investigación biomédica de Asia. Dos años después su avance ha sido prodigioso y su gente no se ha dormido en los laureles.

Un hombre camina en la calle. Viene un automóvil a gran velocidad y no alcanza a reaccionar a tiempo. Atropella al peatón y lo golpea fatalmente en la cabeza. El aviso de televisión se corta y un hombre vestido con delantal blanco, que se identifica como el Dr. Clearence Tan, anátomo patólogo del Health Science Authority de Singapur, entrega un mensaje para que se maneje prudentemente.

Para los científicos europeos, ver a un científico participando en un aviso televisivo, les recuerda los antiguos tiempos cuando a los científicos se les respetaba y se les creía sin cuestionarse. Es que en Singapur la actitud hacia la ciencia es diferente. Mientras en Europa la actitud hacia el científico es más cínica, en Singapur se le tiene gran respeto y credibilidad. Son vistos como las personas que buscan tratamientos para las enfermedades y como los promotores de la economía del país. "En Inglaterra por ejemplo, si alguien trabaja en una compañía agroquímica, lo mantiene en reserva y por nada va a mencionarlo en una fiesta", dice Tony Buss de la empresa MerLion Pharmaceutical. "El hecho es que en Singapur la ciencia es una profesión respetada".

El gobierno espera que la alta estima que se tiene por la ciencia, junto al fuerte apoyo financiero que se está dando, más las nuevas iniciativas educacionales y la ambiciosa visión de futuro de su población, sean las que permitan a Singapur llegar a ser el centro de la investigación biomédica del Asia.

El año recién pasado se ha comenzado la construcción de una ciudad de investigación biomédica, llamada Biopolis. Allí se ha construido, entre otros, el Instituto Genómico. Se han instalado también las grandes empresas farmacéuticas, como GlaxoSmithKline y Merck, Sharp and Dohme con todas las facilidades para el desarrollo de su investigación biofarmacológica.

El dinamismo con que se avanza lo lidera el gobierno. Su mensaje es claro: "la ciencia nos va a llevar a la prosperidad económica del país". Para los planificadores esta estrategia está clara, considerando que Singapur es un país pequeño con una población de sólo 4 millones de habitantes. Hasta ahora su experiencia en la investigación biomédica era muy limitada, pero hoy incluso los políticos y sus representantes elegidos están convencidos que éste es el camino que el país debe seguir. Su población cree firmemente en lo que el gobierno afirma, apoyándose en los medios de comunicación.

Singapur ya ha tenido un milagro económico, lo que se puede apreciar porque entre el año 1965 y el 2000 su ingreso per cápita se ha elevado de US $400 dólares a US $21.000. Ello es realmente impresionante si se considera que la isla carece de recursos naturales. "El único recurso es nuestra gente" dice John Wong de la Universidad Nacional de Singapur.

El esfuerzo por el crecimiento se ha visto estimulado en parte por el temor de ser tragados por sus grandes vecinos. Durante este tiempo se ha vivido en una verdadera emergencia nacional, lo que en mucho ha contribuido a su notable estabilidad política. Oficialmente se define como una democracia, en la que El Partido de Acción se ha mantenido en el poder desde su independencia. En realidad el estilo del gobierno oscila entre un paternalismo y una dictadura benigna. Cualquiera sea la situación, nadie puede negar que en Singapur el sistema funciona.

"El éxito de Singapur simplemente se debe al espíritu de su gente y al liderazgo de sus gobernantes", dice Edison Liu, el director del Instituto Genómico de Singapur, que se creó recién el año pasado (2001). El gobierno está invirtiendo en proyectos de investigación la suma de US $2.700 millones, a través de la Agencia para Investigación en Ciencia y Tecnología. Desde ahora la mayor parte de estos recursos están siendo orientados hacia proyectos de investigación biomédica.

No siempre fue así, ya que el éxito de Singapur se basó en la industria electrónica de alta tecnología y en la industria química. Pero según los planificadores del gobierno, esto ya ha sido sobrepasado por el tiempo y es necesario buscar nuevas inversiones en otras áreas. Como muchas otras naciones, Singapur se ha decidido por la biotecnología, especialmente pensando en la creciente demanda de cuidados de salud, debido al incremento de la población mayor de edad. Además tienen otras razones para esta elección: La biotecnología requiere de grandes inversiones en el área de la educación por lo tanto de elevados niveles educacionales, técnicos y de investigación, por lo que estiman difícil que sus vecinos les puedan competir.

En general el impulso que se está dando a la biotecnología ha sido bien recibido por los científicos. Dentro de este contexto piensan que se debiera también estimular el desarrollo de la biología molecular, la bioingeniería y la bioinformática. Las agencias de gobierno están activamente tratando de atraer especialistas en estos campos, desde todos los países del mundo. Una de las limitantes en Singapur es el escaso número de personal formado en investigación con la suficiente preparación en estas áreas, por eso es urgente conquistar investigadores extranjeros. "El objetivo a largo plazo es llegar a contar con un pool de talentos en Singapur", dice Beh. "A los talentos extranjeros les damos la más calurosa acogida, un agradable ambiente de investigación y espacio, recursos para que ejerzan su liderazgo". El último año nos trajimos a Liu, que era Director del National Cancer Institute, cerca de Washington DC. Del mismo modo nos conquistamos a Alan Colman que trabajaba en PPL Therapeutics, la empresa que clonó a la oveja Dolly. "No conozco ningún otro lugar del mundo donde existan tantas oportunidades para el desarrollo de carreras", dice Tom August, director del John Hopkins Singapur.

Porque el gobierno piensa a largo plazo, los programas son también generosamente financiados. "No tenemos ningún problema por el financiamiento, sólo nos concentramos en la investigación", dice Edward Manser director del Instituto para Biología Molecular y Celular. Buss agrega "aquí los científicos no tienen que gastar su vida escribiendo "grants". Pero, sin embargo, el gobierno es selectivo en los proyectos, los que son sujetos a revisiones por pares.

Las inversiones de dineros son enfocadas a áreas que se espera tengan un retorno económico, de modo que si sus problemas son las mariposas tropicales, su financiamiento tendría que buscarlo en otra parte. El barómetro es que Singapur tiene que beneficiarse. Este es el razonamiento que está detrás de todas las decisiones en el Institute for Molecular Agrobiology (recientemente este último se ha fundido con otro instituto, ya que no hay tierra agrícola en Singapur).

El sentido de oportunidades y optimismo en la biociencia es generalizado. "Es tal el grado de expansión, que resulta fácil hacer bien las cosas aquí", dice Simón Shorvon director del National Neuroscience Institute. Mientras tanto el gobierno ya está construyendo la ciudad Biópolis, con un costo de 190 millones de dólares, en una extensión de 200 hectáreas. Aparte de los laboratorios, tendrá edificios para reuniones y congresos, oficinas y entretenciones para los que allí trabajen. "El proyecto considera el intercambio de ideas y Know-how entre investigadores, industrias y gente de los institutos" dice Beh. Aparte del Genome Institute, ya se está preparando para su traslado a Biópolis el John Hopkins Singapore, que es hermano del campus que existe en Maryland. El es parte de un amplio programa con universidades extranjeras. Se piensa que en los próximos 10 años se habrán completado programas con 10 universidades extranjeras.

August, el director del John Hopkins Singapur, señala que sus colegas están utilizando estas facilidades con enfermedades que se pueden estudiar mejor aquí. Tienen proyectos con el virus Epstein-Barr y el cáncer de la garganta y la nariz. Ellas son particularmente comunes en la población asiática.

El entusiasmo y el espíritu pionero no sólo se restringe a Biópolis. También se extiende a la Nanyang Technological University, donde recién se ha creado un nuevo departamento de Biociencias. "Ya nos hemos tirado al agua", dice Peter Drove, que se trasladó de la ciudad de Colonia para hacerse cargo de la nueva facultad de genética. A la Universidad se le ha asignado un presupuesto extra de 40 millones de dólares para cubrir las necesidades iniciales de este departamento. Allí se formarán 100 estudiantes de pregrado y 50 de postgrado, pensando incrementarlos en los próximos años.

Dentro del programa global, el gobierno piensa atraer empresas extranjeras para que se instalen allí. La idea es atraerlas por la excelente infraestructura, por el nivel de educación de su población, por su estabilidad política y por su alto estándar de vida. Lo que es más sorprendente, es que el inglés es el idioma principal. Buss confía en que Singapur puede suministrarles a las industrias todas sus necesidades de investigación. Para ello también tienen un fuerte sistema de propiedad intelectual y políticas de inmigración que hacen fácil reclutar extranjeros.

Para atraer gente de otros países Singapur dice que ofrece un país donde es agradable vivir. Es limpio, tiene un magnífico sistema de transporte, muy buen clima y todos hablan un buen inglés. A pesar de la diversidad de su población, no existen tensiones religiosas ni étnicas que puedan afligir a sus vecinos. La criminalidad es muy baja, tanto porque no hay desempleo, como porque los castigos a los delincuentes son muy duros.

Desgraciadamente el costo de la vida es alto. Según las últimas cifras estadísticas, Singapur es la quinta ciudad más cara, después de Tokio, Nueva York, Londres y Hong Kong. También hay sus reglas. Está prohibida la venta de chicles, está prohibido cruzar la calle descuidadamente, como también está prohibido escupir y tirar basura. Para todo ello hay penas. También la homosexualidad es ilegal. Según Amnistía Internacional, entre los años 1991 y 2000, han sido ejecutadas 340 personas, siendo la mayor parte por tráfico de drogas. Esto significa la más alta tasa de ejecuciones por habitante del mundo.

En resumen, el esfuerzo ya se ha comenzado a hacer para el desarrollo de la biotecnología médica y aparentemente ha comenzado a rendir sus frutos. No es raro que así sea, si en 30 años el país ha logrado salir del subdesarrollo alcanzando un nivel de vida envidiablemente alto. (New Scientist, Septiembre 2002, Pág. 54).


0 Respuestas

Deje una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados.*

Buscar



Recibe los artículos en tu correo.

Le enviaremos las últimas noticias directamente en su bandeja de entrada