La tragedia del gas en el teatro de Moscú
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2002 )

Un potente gas paralizante, con perdida de conciencia casi inmediata, fue utilizado para rescatar a miles de rehenes tomados por terroristas chechenos en un teatro de Moscú. Aun cuando no hay seguridad del gas utilizado, se piensa que estuvo bien empleado. Con todo, fallecieron muchos inocentes.

El rescate de los rehenes de los terroristas chechenos desde un teatro de Moscú, llevado a cabo el 26 de Octubre de 2002, fue una noticia que impactó al mundo. Por primera vez se utilizó un gas para inmovilizar a los terroristas, lo que sorprendió por lo temerario del método, dada la dificultad para controlar sus efectos sobre el resto de las personas. El proceso fue exitoso ya que los terroristas no alcanzaron a detonar sus bombas o utilizar sus máscaras. Gracias a ello se salvaron cientos de rehenes, pero también murieron 118 inocentes.

El uso de gases tóxicos, como arma de guerra, ha sido condenado por todas las convenciones internacionales, pero su reciente uso en Moscú demuestra que a pesar de ello, los gobiernos han continuado investigando en esta área, tal vez pensando que podrían ser útiles como armas antiterroristas o en el control de motines y conflictos urbanos. En esta ocasión, para las fuerzas de seguridad, el disponer de un gas que inactivara a los terroristas fue como un regalo divino. Al esparcirlo dentro del teatro, dejaron a los terroristas inconscientes o al menos incapacitados para disparar o detonar sus explosivos.

En este sentido, el gas funcionó, y muy probablemente si se hubiera escogido otra estrategia, el número de casos fatales habría sido mucho mayor. Pero está claro que se pagó un alto precio, dado el elevado número de inocentes que también fallecieron. No había otra alternativa, ya que si se quería sorprender a los terroristas, el gas esparcido debía ser de efecto poderoso e inmediato. El problema era que mientras más efectivo fuera, menor era la diferencia entre una dosis efectiva y una dosis letal. Si se quería tener un efecto rápido, como para inmovilizar a los terroristas en segundos, el gas debía ser muy poderoso. Al esparcirlo en un gran auditórium a través de los conductos del aire acondicionado, inevitablemente iba a producir mayores efectos en los lugares en que éste se concentrara más, y fue allí donde probablemente se produjo la mayor parte de los casos fatales.


¿Cuál fue el gas utilizado?

Durante el rescate, las autoridades rusas mantuvieron en secreto la naturaleza del gas. Fue así como no se reveló la identificación, ni siquiera a los médicos que tenían la responsabilidad de tratar a los sobrevivientes. Aun cuando se solicitó el nombre del gas, porque era importante para salvar vidas, los oficiales insistieron que no daban información ya que ésta podía otorgar ventajas a futuros enemigos. Sólo cuatro días más tarde, presionado por los familiares de las víctimas, el Ministro de Salud de Rusia, Yuri Shevchenko, dijo que el gas se basaba en un derivado del "fentanyl", un poderoso opiáceo sintético, que por más de 40 años se ha usado como anestésico y analgésico. Si éste fue el gas utilizado, es indefendible que no se haya comunicado a tiempo a los médicos tratantes, ya que existe el antídoto adecuado para tratar la intoxicación por opiáceo (naloxone). Si éste se administra a tiempo, desplaza a las sustancias como el fentanyl adherida a los receptores de opiáceos en las células nerviosas.

Pero dado lo vago de esta información, los expertos han comenzado a hacer su propia investigación, basándose tanto en los síntomas presentados en los sobrevivientes, como en los exámenes realizados fuera de Rusia a los rehenes extranjeros que fueron trasladados dentro de las primeras 24 horas.

Algunos expertos opinan que lo señalado por las autoridades rusas, acerca del Fentanyl, es creíble. Según Georgi Livanov, toxicólogo jefe del Comité de Salud de San Petersburgo, este gas afectaría a las personas por sólo algunos minutos, después de los cuales sería rápidamente degradado.

Otros expertos dudan que un derivado del fentanyl, pudiera por sí mismo, tener un efecto tan violento. "Aun cuando esta droga es muchas veces más fuerte que la morfina, es dudoso que tuviera un efecto inmediato y tan violento", dice Ronald Sutherland, experto de la Universidad de Saskatchewan, Canadá.

Investigadores de Munich afirman tener evidencias de que por lo menos otro compuesto fue utilizado en el rescate. Muestras de sangre y orina tomados en dos pacientes alemanes que volaron a Munich dentro de las primeras 24 horas, mostraban trazas de halotano, un antiguo gas anestésico, que si bien ha sido reemplazado por otros en los países occidentales, aún se utiliza en Rusia. Según Joseph Miller, farmacólogo de la Universidad de South California, el halotano tiene un olor dulce y por lo general se agrega a él, un agente colorante de color azul-grisáceo. Los rehenes recuperados describen ambas características acerca del gas que respiraron dentro del teatro.

Mientras tanto, los zapatos y las ropas de los rehenes alemanes, están siendo examinados por la Policía Criminal de Alemania Federal, tratando de encontrar residuos en ellos. Los derivados del Fentanyl son compuestos sólidos, por lo que es más fácil detectar trazas de ellos en las ropas y no en los fluidos humanos, porque en el organismo éstos son rápidamente metabolizados.

Otros científicos piensan que se utilizaron componentes más potentes. Un candidato es la etorfina, un derivado de la morfina, que usan los veterinarios para tranquilizar elefantes, rinocerontes y otros animales de gran tamaño. Se estima que una dosis de etorfina es 1000 veces más potente que la morfina. Puede dejar inconsciente en segundos, pero también puede llevar al coma y colapso respiratorio.

Un gas que se sabe que deja inmediatamente sin sentido es el llamado BZ, cuyo nombre químico es el 3-quinuclidinyl benzilato, y que fue ensayado por las fuerzas armadas de Estados Unidos en los años 50. Actúa bloqueando los receptores para el neurotransmisor acetilcolina. Al bloquear este neurotransmisor, actúa simultáneamente en el sistema nervioso central y a través del sistema nervioso parasimpático, lo que significa que afecta a órganos como los ojos, corazón, pulmones, piel, intestino y vejiga. Como la atropina, con la que está químicamente relacionada, produce palpitaciones, sudoración, salivación y dilatación de las pupilas. Para su tratamiento se requiere de antídotos capaces de elevar los niveles de acetilcolina.

Otro compuesto capaz de incapacitar en segundos es el "trimetil fentamil", que es un anestésico rápido que se inyecta en emergencias o se administra oralmente, actuando de un modo similar a la heroína. Bloquea los receptores opiáceos y acelera instantáneamente los latidos cardiacos. Rápidamente el paciente se confunde y cae en sueño. En la forma de aerosol, puede actuar como el valium aerosolizado, dejando inconsciente al paciente en 18 segundos (Epilepsy, vol 35, 2002, Pág. 356). Sin el antídoto, llamado naloxone, se llega al coma, paro respiratorio y muerte.

Parece no existir un gas que actúe rápidamente inmovilizando al asaltante sin riesgo letal para él. Por ello, si bien muchos critican a Rusia por no haber dado antecedentes acerca del gas utilizado, la mayoría está de acuerdo con el que se usó, ya que para rescatar a los rehenes no había otra alternativa conocida. (Science, Noviembre 8, 2002, Pág. 1150).


0 Respuestas

Deje una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados.*

Buscar



Recibe los artículos en tu correo.

Le enviaremos las últimas noticias directamente en su bandeja de entrada