Sobre la píldora
( Publicado en Revista Creces, Enero 2003 )
A principios del año 2002 en la Revista CRECES, publicación especializada de CONIN, institución a la que pertenezco como miembro del Directorio y como Director de uno de los 2 Centros de Santiago, apareció la publicación de una entrevista con opiniones acerca del uso de la llamada “píldora del día después” emitidas por un médico obstetra, a quien conozco y aprecio. Le hice notar que yo, como médico también, pero pediatra, tenía otra manera de enfocar el problema y que me interesaba darla a conocer, toda vez que esta Revista tiene un bien ganado prestigio y está orientada en gran parte a la difusión de cultura científica a nivel de juventudes con lo cual él estuvo de acuerdo.
El entrevistado nos dice que la idea central de la píldora es que depende del momento en que se ingiere y del período en el cual hace su mayor efecto. Fija el mejor plazo en las primeras 24 horas después de una relación sexual. A continuación se refiere al momento en que se inicia una vida humana y explica que de 100 huevos fecundados solamente 1/3 logra anidarse en el útero y por lo tanto 30 son los que viven, con lo cual hay 70 que se pierden en forma natural; a esto no le da el nombre de aborto porque forman parte del mecanismo normal de la especie humana para reproducirse.
Cabe preguntarse ¿por qué no se llaman óvulos fecundados abortados en forma natural a los 70 que no llegan a dar origen a un ser vivo? y para ello conviene recordar sucintamente lo que ocurre en el momento de la fecundación y así entender ese "proceso" o "continuo" a que hace referencia el entrevistado.
Prestigiosos libros de Embriología, escritos por científicos de renombre, nos dicen que la fecundación de un óvulo por un espermio es el inicio de una nueva vida y no se detienen a elucubrar sobre los minutos, horas o días que tenga ese zigoto para calificarlo como nuevo ser humano, con una nueva estructura genética, distinta a la del óvulo, del espermatozoide y a la de cualquiera de sus padres.
El Dr. Fernando Zegers, ginecólogo dedicado a problemas de infertilidad, nos dice que la fecundación se inicia con la adhesión de espermatozoides a la membrana más externa del óvulo (zona pelúcida) y que una vez atravesada ésta, la membrana citoplasmática del gameto masculino se fusiona con la del gameto femenino y el material genético de la cabeza del espermatozoide es incorporado al interior del óvulo. Este mantiene sus cromosomas en un extremo donde se formará el pronúcleo femenino y el material genético del espermatozoide formará el pronúcleo masculino; luego de algunas horas ambos migran al centro de la célula y mueren para dar origen a un todo nuevo y completo que será hombre o mujer. Esta es la singamia que se caracteriza por la disolución de las membranas que cubrían los cromosomas masculinos y femeninos (pronúcleos) permitiendo la interacción de la información genética entre dos parcialidades con identidades diferentes para formar un todo nuevo. Esta es la etapa final de la fecundación que tan sólo demora 16 a 20 horas y se llama embrión.
Otros científicos nos comunican que la transmisión del ADN cromosómico es muy precoz, al punto que las primeras segmentaciones ya parecen depender de él. Esta transcripción podría de hecho iniciarse aun antes que los cromosomas se encuentren alineados en Metafase. La célula ya está duplicando su material genético antes que los pronúcleos se lleguen a reunir, lo que hace muy difícil negar la identidad a una célula que está empezando a dividirse y que es diferente a las que le dieron origen.
Desde pocos instantes posteriores al inicio de una fecundación se está frente a un nuevo ser humano y por tanto exige el reconocimiento y respeto de todos, pues no es un algo potencial ni un pre-embrión como algunos desean calificarlo.
El Dr. Juan de Dios Vial Correa, biólogo de larga y fecunda trayectoria en la investigación científica, nos ha enseñado que desde la fecundación hay un proceso de desarrollo continuo y que el ser humano existe desde ese instante. Después de la fecundación no hay ningún momento en que se puede decir que hasta aquí se trataba sólo de un poco de "tejido humano" si bien distinto del tejido de los padres, posición que es muy cómoda para validar algunos puntos de vista de ciertos investigadores, pero que biológicamente están muy equivocados. En la generación de la vida humana la división entre "antes de" y "después de" es artificiosa, ya que desde el momento de la fecundación se asiste a un continuo indivisible.
Se sostiene que la posibilidad de generación de gemelos sería una prueba de la no individualidad del "conceptus" y por tanto, de su no personalidad, pero el desarrollo de los gemelos univitelinos (mellizos iguales), que provienen de un solo huevo fecundado, muestra que la determinación de las características individuales de un sujeto se haya establecida desde mucho antes que cualquiera de los momentos, como ser de la implantación uterina, del desarrollo del S.N.C., del nacimiento, u otros, que se invocan para recién ser catalogado como ser humano. Si se piensa que no se está frente a un nuevo ser cabe preguntarse si lo que se está desarrollando en el útero son 2 individuos diferentes o simplemente "2 cosas" que sólo una vez nacidos serán 2 personas.
Para el entrevistado en las primeras 24 horas no se ha producido fecundación, ¿lo que querría decir que ambos gametos permanecen separados sin unirse? Y considera que ese proceso puede interrumpirse. Hasta los 14 días, siguiendo las definiciones de los "expertos" de la OMS, él nos dice que empieza el embarazo, pues es la fecha de la anidación. De acuerdo con los conocimientos de los científicos ya mencionados esto no es aceptable, aunque sí sirva para la justificación del uso de la píldora y de muchos abortivos. Agrega que "usarla en las primeras 24 horas evita toda discusión sobre si es abortiva o no", para luego decir que la píldora no es abortiva y que "toda posición de rechazo es porque en el fondo no se tiene confianza en la gente".
No se trata de desconfianza, por el contrario pienso que la moral de la juventud chilena es algo muy importante y que sabe muy bien sacar conclusiones de lo que estudia, sobre todo cuando está guiado por buenos profesores y verdaderos maestros; tienen capacidades suficientes para tomar decisiones por sí mismos, para discernir entre diferentes posiciones y rechazan aceptar a priori lo que no está demostrado.
En la Revista Science (1998) aparece un trabajo en el cual demuestran la posibilidad de obtener células pluripotenciales aún no diferenciadas, llamadas Estaminales, a partir de células embrionarias humanas, en torno al 5to. día después de la fecundación, las cuales dan origen, tras una diferenciación espontánea o inducida, a células de los más diversos tipos de tejidos, de los cuales se podrían derivar otros, para implantar en órganos enfermos. Me parece muy loable la idea de tratar enfermedades hasta ahora incurables haciendo uso de métodos biológicos, pero resulta inaceptable que se trate de mutilar o matar un embrión humano para conseguir tales efectos.
En el mismo artículo se agrega que el empleo de células estaminales derivadas de sujetos adultos cumple con iguales fines, lo cual no tiene reparos éticos. También se puede obtener este tipo de células de fetos abortados espontáneamente, de sangre del cordón umbilical del recién nacido y de otros tipos de tejidos de sujetos de diferentes edades.
Respecto a la llamada " píldora del día después" o “Levonorgestrol” hay que recordar que hay varios motivos para centrar la discusión en un fármaco antes de ser aprobado para su uso en el ser humano, como son: la seguridad que no hace daño al que lo consume (una mujer sana) ni a terceros, que cuenta con una investigación científica inobjetable, que no despierta falsas esperanzas, que no implica gastos exorbitantes para la población que lo va a consumir sin ser de estricta necesidad, que no produzca adicción, etc. Con esta droga se ha montado una campaña publicitaria costosísima tratando de convencernos de sus inmensas virtudes, dirigida a un público mal informado o despreocupado, avalada por corrientes de opinión que se dicen modernas y de avanzada. Los laboratorios interesados en su comercialización nos dicen que es un producto con efectos adversos menores para la mujer al menos durante los pocos años que como tal (sin mezclas) lleva en uso y se silencia todo el daño que puede causar a un nuevo ser derivado del principal móvil del amor entre hombre y mujer, que es el matrimonio.
Se pretende disminuir el número de abortos, cuyas cifras abultan basados en estadísticas de dudosa credibilidad, toda vez que están penados por la ley y serían cifras obtenidas en los Hospitales públicos amparados por el Ministerio del ramo y en desconocimiento de la Justicia.
Se postula que inhibe la ovulación, pero se aconseja su uso al día siguiente de la relación sexual, es decir, como ya se ha dicho, cuando ya existe la fecundación y luego agregan que también inhibe la fecundación y entonces ¿para qué usarla un día después cuando ya se produjo la fecundación y matará a un embrión?
Se agrega que impide la anidación en el útero, con lo cual reconocen que es un abortivo, pues ¿qué otra cosa se va a implantar si no es un embrión? Los estudios bien fundamentados nos dicen que impide la anidación porque provoca alteraciones en el endometrio, o capa interna del útero, luego es un abortivo para ese óvulo ya fecundado en plena multiplicación y diferenciación.
El entrevistado agrega que de llegar a producirse la fecundación se impide su anidación y sólo sería un "microabortivo", término nuevo que no me detengo a analizar.
Sin embargo, en algo podría estar de acuerdo con los que preconizan el uso de la droga y es que con ella se evitarían muchos miles de abortos provocados de fetos, pero la biología nos enseña que antes de ser fetos fuimos embriones, con lo que tampoco es una razón valedera, pues el fin no justifica los medios.
El papa Juan Pablo II, en su Encíclica Evangelium Vitae reafirma la postura 2 veces milenaria de la Iglesia Católica de que la vida humana es siempre buena y siempre digna de ser vivida. El rechazo a esta vida, especialmente de los débiles e indefensos, es un rechazo a Dios, lo que puede estar muy de acuerdo con la mentalidad de un ateo, de un agnóstico, de una mujer frívola, pero no con el pensamiento de la mayoría de los chilenos, sean o no católicos.
Me parece indispensable, en una próxima publicación de esta Revista, analizar otros temas como la Esterilización, el uso de preservativos, la eutanasia del feto malformado, la "educación" sexual y otros, sin la intención de polemizar, sino que para ofrecer a las juventudes y al público que lee la Revista Creces un punto de vista diferente del que en el número de Octubre de año 2002 se dio a conocer.
Dr. Sergio Jarpa Yáñez