Como sería la superficie de Titán, satélite del gigante Saturno
( Publicado en Revista Creces, Enero 2003 )
Se espera que en el año 2005 la Sonda Huygens pueda ver bajo las nubes que cubren a Titán, la luna de Saturno. Se espera un panorama de montañas y cráteres gigantes, llenos con el líquido oscuro de metano y etano. Esta es al menos la predicción del astrónomo Ralph Lorenz, que se basa para imaginarla, en la bizarra geología de esta luna.
Titán es más grande que el planeta Mercurio, y es la única luna en el sistema solar que obviamente posee una atmósfera. La nube opaca que la envuelve, contiene nitrógeno, hidrógeno y metano. Su altura y densidad es la mitad del grosor de la atmósfera de la Tierra. Por ahora ella no permite ver su superficie, que los astrónomos creen que está formada de hielo sólido de agua. Se piensa que su atmósfera se parece a lo que fue la Tierra primitiva, de modo que la Misión Cassini de NASA a Saturno, llevará a la sonda Huygens de la Agencia Europea del Espacio cuyo objetivo es hurgar en su superficie y despejar esta incógnita.
Para predecir lo que se espera que vea Huygens al observar por debajo de las nubes, Lorenz de la Universidad de Arizona se ha dedicado a estudiar su geología, llegando a formarse una idea de lo que sería la visión de este extraño mundo (ver figura).
Titán está 9.5 veces más lejos del Sol de lo que está la Tierra, y como los vientos son dirigidos por la energía solar, Lorenz estima que la erosión en Titán es 400 veces más débil que lo que es en la Tierra. Ello hace pensar que sus cráteres formados por impactos de meteoritos deben haber permanecido muy prístinos, y todos deben ser mayores de 10 kilómetros, ya que los asteroides más pequeños debieran haber explotado previamente al penetrar la débil atmósfera. Algunos de ellos deberían estar llenos de hidrocarbones líquidos, formando lagos negros.
Como Titán no tendría placas tectónicas como las que tiene la Tierra, bajo su superficie deberían existir capas de agua líquida mezcladas con amonio. Corrientes profundas de convección dentro de la luna, todavía deben estar produciendo quebraduras y montañas. Con todo, señala Lorenz, estas fuerzas son cincuenta veces más débiles que las de la Tierra. Las montañas debieran ser frecuentes, pero no tan altas, ya que el hielo no soporta grandes presiones. Por ahora debemos esperar hasta el 2005, para ver qué sorpresas nos muestra Huygens.