La práctica de la circuncisión femenina
( Publicado en Revista Creces, Enero 2003 )
La circuncisión femenina, también llamada "mutilación genital”, es una práctica común en más de 20 países africanos y algunos asiáticos. En general se realiza sin anestesia, ya sea con un cuchillo o con el filo de una botella quebrada (Creces, Mayo de 1988, pag. 28). El dolor y el sangrado es intenso. Se calcula que entre 100 a 130 millones de mujeres han sido mutiladas. Las razones que se esgrimen son muchas, pero en la mayor parte se realiza para que la mujer no experimente placer con el acto sexual y de este modo se mantenga casta. Esta bárbara práctica ha sido condenada como atentatoria contra los derechos de la mujer por Naciones Unidas.
A pesar de ello, se estima que en la actualidad cada año se continúa mutilando a dos millones de niñitas, tanto en países de Africa como de Asia, y en muchas partes se piensa que ella reduce la promiscuidad y que mejora la salud reproductiva.
Pero un trabajo reciente desarrollado en Nigeria por Friday Okonafua, del Women`s Health and Action Research Center en Benin (capital de Nigeria), señala que las niñitas circuncidadas tienden a perder su virginidad más jóvenes, e inician su vida sexual precozmente, y que además tienen más problemas de salud. El hallazgo se estima de gran valor para las futuras campañas contra esta práctica.
El equipo examinó 1836 mujeres que asistían a una clínica, donde el 45% había sido circuncidada. En algunas se había removido parte o todo el clítoris, mientras a otras también se les había cortado los labios. A ellas se les preguntó por la frecuencia de sus relaciones sexuales y el grado de placer que experimentaban con ellas. No hubo diferencias entre los dos grupos acerca de la frecuencia de las relaciones sexuales. Sin embargo las mujeres que habían sido mutiladas, habían iniciado su vida sexual precozmente.
Tampoco hubo diferencias en la proporción de mujeres que decían tener orgasmo, pero sí había diferencias en el área de mayor sensibilidad. En las circuncidadas, los pechos eran las zonas más sensibles.
Okonafua también anota que aquellas circuncidadas tenían orgasmos, ya que siempre quedaba un remanente del clítoris. "La parte muscular que rodea la vagina nunca puede ser removida", afirma el autor.
Pero la gran diferencia estuvo en que las circuncidadas tenían significativamente más infecciones del tracto, secreciones vaginales y verrugas genitales. Tenían también más hijos. Las circuncidadas tenían un promedio de 4.3 hijos, contra 2.3 de las no circuncidadas. (New Scientist, Octubre 2002, pag. 10).