Comentario a la clonación humana
( Publicado en Revista Creces, Abril 2003 )
Brigitte Boisselier, científica de la secta raeliana anuncio recientemente que en el laboratorio de la empresa Clonaid que ella dirige, se habría conseguido clonar por primera vez un ser humano. Muchos creen que el anuncio es solo una promoción de la secta, ya que aun no hay pruebas que lo certifiquen.
Según lo que cuentan los investigadores que donaron la oveja Dolly, el proceso de clonación no es fácil. Para lograr clonar la oveja Dolly fue necesario realizar 200 ensayos con embriones, consiguiendo que sólo uno resultara, lo que demuestra que la clonación en mamíferos es muy ineficiente. Es por ello que lan Wilmuth, que comandaba el equipo que clonó a Dolly, cree que el anuncio de la secta Raeliana no es cierto y que constituye un engaño. En una carta enviada a los editores de la revista Science para su publicación (Science, Enero 17 de 2003, pág. 344), dicen entre otros párrafos, lo siguiente:
"Los fantásticos anuncios del nacimiento de bebés clonados sin que se acompañe de ninguna evidencia científica, constituyen un engaño al que debe ponérsele fin. La sospecha frente a este anuncio, es una reacción lógica, porque la compañía Clonaid no ha descrito ningún laboratorio, ni identificado las facilidades clínicas disponibles, ni tampoco ha presentado a un personal capacitado, ni menos ha descrito el procedimiento realizado, como para darle credibilidad a su anuncio".
Continúa la carta: "Los científicos legítimos entregan evidencias suficientemente substanciosas como para que su experiencia sea rigurosamente revisada por expertos, para que posteriormente sean publicadas en revistas de reconocido prestigio. Para creer en el anuncio del nacimiento clonado que dice haber logrado Clonaid (ahora dicen que hay dos más y anuncian el próximo nacimiento de otros tres), se requiere de un mínimo de información, incluyendo resúmenes del número de óvulos usados, el porcentaje de éxitos después de haberlos enucleados, como después de la fusión de los núcleos y finalmente la activación de ellos. Se requiere también presentar protocolos de cómo se obtuvieron los óvulos, el número de donantes, sus edades, como también datos de la micromanipulación, la electrofusión, los medios de cultivo usados, y los tiempos requeridos en la transferencia de embriones. Se requiere también el informe del examen pediátrico del o de los recién nacidos y los test genéticos correspondientes del donante, con el estudio del DNA nuclear y mitocondrial, para compararlos con los del recién nacido. Mientras estos y demás antecedentes no se presenten, no se podrán aceptar los anuncios como verdaderos".
" Para lograr una transferencia de un núcleo a una sola célula somática, se requieren años de esfuerzos. En consecuencia, el anuncio de estas cinco clonaciones, hecho en el tiempo de navidad por el grupo mesiánico, resulta imposible de creer.
"Sólo por razones de seguridad (sin considerar otras), la clonación humana es absolutamente injustificada, dado que las experiencias en clonaciones animales ha resultado en un elevado número de abonos y pérdidas neonatales. Pretender producir niños por el método de la transferencia nuclear es groseramente irresponsable, porque los problemas serán iguales o mayores a los logrados en algunos mamíferos (aun no se ha logrado una clonación en monos) y ciertamente se presentaran anormalidades en los recién nacidos que impedirán una vida normal. Muchos animales clonados presentan defectos congénitos, incluyendo fallas respiratorias, deficiencias inmunológicas e inadecuadas funciones renales, todas las cuales llevan a muertes prematuras. Por otra parte, el desarrollo del cerebro humano es mucho más complejo que el de los animales, por lo que las predicciones neuro-siquiátricas para posibles niños clonados son desastrosas.
Concluyen que todas las naciones deben legislar para impedir se ensayen clonaciones reproductivas de seres humanos.
Falta una demostración
El hecho es que la empresa Clonaid, que pertenece a la secta Raeliana, afirma haber logrado clonar al primer ser humano, e insiste que este no es el único. Afirma que el 3 de Enero del 2003 ha nacido un segundo niño clonado perteneciente a una pareja lesbiana holandesa. Mas aun, dicen que otros tres nacerán pronto.
Por otra parte, el controvertido médico italiano, Severino Antinori ha declarado que también ha conseguido la clonación de otro ser humano que debería haber nacido en el mes de Enero de este año. Sin embargo este último nacimiento no parece haberse confirmado.
Pero la comunidad científica no cree que todo esto sea cierto, sobre todo porque hasta ahora no se ha autorizado un test genético, que sería fácil de realizar, para confirmar o rechazar si ese niño es producto o no de una clonación.
Las modernas técnicas del DNA podrían despejar todas las dudas, siempre y cuando el procedimiento se realizara bajo una estricta vigilancia de testigos expertos e incuestionables, cosa que hasta ahora los padres no parecen haberlo autorizado, según ha declarado la secta.
El test del DNA se realiza en una región del genoma que es extraordinariamente variable. En ella se estudian secuencias cortas que se repiten muchas veces. El número de veces que se repite una secuencia particular, varía de una persona a otra, como también en cada una de las dos copias de cromosomas que tiene la misma persona. Es casi imposible que dos personas tengan las mismas características, por ello se afirma que este test es aún más específico que el registro de las huellas digitales.
El DNA de un niño normal resulta de una combinación del DNA de su madre y de su padre. En el caso de un niño clonado habría un sólo padre, de modo que su DNA tendría que ser exactamente igual al DNA del padre. En este caso específico, de cuya clonación se duda, el test tendría que realizarse bajo testigos incuestionables que certifiquen desde la toma de la muestra de sangre del padre y del hijo, hasta cada uno de los detalles de la realización del test. Para mayor seguridad, el test debería realizarse por lo menos en dos laboratorios diferentes. Esta sería la única forma de eliminar el escepticismo de la comunidad científica.
Pero también habría otra forma de comprobar la clonación. En cada célula existe una pequeña cantidad de DNA que es propio de las mitocondrias (el organelo en el interior de cada célula, en que se produce la energía). En el caso de una clonación, este DNA viene del donante del óvulo y no de la persona clonada, ya que de ella se ha transferido sólo el núcleo. Es decir, para lograr una seguridad absoluta que el niño es realmente clonado, además del DNA del donante de la célula, debería también examinarse el DNA mitocondrial de la donante del óvulo, que debería ser igual al DNA mitocondrial del recién nacido supuestamente clonado.
La clonación no es fácil
Las dudas de la comunidad científica parten del hecho conocido que clonar un mamífero no es cosa fácil. Es cierto que no requiere de una gran infraestructura, pero si requiere de mucho dinero. Sabiendo que lograr una clonación es un proceso muy ineficiente, se requiere entre otras cosas una gran cantidad de óvulos de mujeres. Para lograr la clonación de un mamífero, es necesario ensayar unos cien óvulos para que resulte uno. Es cierto que el éxito varía de laboratorio a laboratorio y de una especie de animal a otra. El procedimiento incluye la remoción del material genético de un óvulo no fecundado, y su reemplazo por el material genético proveniente de una célula adulta.
El proceso se logra con un micromanipulador, instrumento que se encuentra en cualquier laboratorio dedicado a la fertilización asistida. Este permite observar al óvulo bajo el microscopio, succionar su núcleo con una micro-pipeta y luego, mediante otra aguja, introducirle el núcleo de la célula adulta (ver figura) En este proceso se requiere una gran experiencia y mucho cuidado, dado que el óvulo es una célula muy frágil.
Hasta ahora sólo José Cibelli y sus colaboradores de la Michigan State University han sido los únicos científicos que han ensayado la clonación de embriones humanos y que han publicado los resultados. Ellos sólo tenían como objetivo el conseguir células humanas. Los resultados no fueron buenos: en 19 ensayos sólo consiguieron que un embrión comenzara a dividirse y ese embrión produjo sólo seis células y en esa etapa su crecimiento se detuvo. “Si se quiere conseguir clonar un vacuno, se puede disponer de cientos de óvulos de un matadero, pero en el caso de los seres humanos, la cosa es diferente" dice Cibelli. Ellos tuvieron que pagar 4.000 dólares a cada mujer que donó un óvulo.
No cualquier mamífero se ha podido clonar. Se ha tratado de clonar perros, pero nada se ha conseguido a pesar de haber gastado millones de dólares en ello. Del mismo modo se han hecho grandes esfuerzos para clonar monos rhesus, no logrando hasta ahora ni un solo caso exitoso.
Los riesgos de la clonación
Si es cierto que se clonó un ser humano, es muy probable que a lo largo de su vida sufra serios problemas de salud. Muchos de ellos cuando alcance la edad adulta si es que logra vivir hasta entonces.
Aunque no se sabe por qué, la clonación tiene serios riesgos tanto para el clonado, como para su madre. En las diferentes especies en que ésta ha sido posible, el embrión muere antes del nacimiento. De los que sobreviven, muchos enfrentan diversas situaciones de debilitamientos o problemas fatales.
“No hay ninguna razón para pensar que los numerosos riesgos observados en los animales clonados puedan ser menores en la especie humana", dicen los creadores de la oveja Dolly. Si se parte de una célula adulta, como por ejemplo de una célula de la piel, ésta debe ser capaz de sufrir una transformación importante. Deberá retrotraer su información genética, silenciando los genes que la llevaron a diferenciarse hasta llegar a ser una célula de la piel, y simultáneamente comenzar a activar los genes necesarios para constituir un embrión. Ello sin duda es un proceso complejo, que no conocemos como ocurre y que la experiencia demuestra que no esta libre de riesgos.
Para ello es necesario introducir un núcleo adulto en un óvulo, para que allí sufra esta transformación. Pero en el proceso también se puede dañar el óvulo que es una célula muy delicada. Es comprensible que el embrión no inicie su formación y que no llegue a iniciar las divisiones celulares, o que si estas se inicien no continúen hasta alcanzar la etapa que permita implantarlo posteriormente en el útero de una madre substituta. De los que aparecen como saludables para ser implantados, la mayor parte abortan durante su desarrollo. En definitiva, son muy pocos los que sobreviven hasta el nacimiento.
Pero no es sólo el feto el que está en riesgo. La experiencia de los animales clonados demuestra que sus placentas pueden ser inusualmente grandes. Esto significa un serio riesgo para la vida de la madre substituta. Un estudio realizado en el año 1999, en una casuística de 12 vacas, en tres de ellas se observó complicaciones de esta naturaleza.
De los pocos animales que sobreviven al nacer muchos presentan una gran variedad de deformaciones. Estas incluyen: problemas cardíacos y pulmonares, lenguas desproporcionadamente grandes, caras aplanadas, disfunciones renales, obstrucciones intestinales, deficiencias inmunológicas, piernas torcidas, o gran obesidad a las pocas semanas de nacer. Algunas veces los defectos son tan graves, que los animales tienen que ser sacrificados. En el caso de clonaciones en humanos, ellos significarían problemas que deberían ser tratados durante toda la vida.
Aun cuando unos pocos animales aparezcan como normales en el momento de nacer, a poco andar comienzan a hacerse evidentes diversas alteraciones. Así por ejemplo, la oveja Dolly desarrolló una artritis prematura.
Con lo poco que sabemos, todo sugiere que los animales clonados viven menos. Hace un año, investigadores japoneses que habían clonado ratas, comunicaron que el 83% de ellas murieron antes de los dos años de edad, mientras que una rata normal vive tres veces este periodo. Algunos test desarrollados en vacas clonadas, demuestran que estas son más lerdas.
La doctora Brigitte Boisslier, que afirma haber clonado seres humanos dice que previamente sometió a los embriones a un proceso de ensayos para detectar cualquiera anormalidad en ellos. Sin embargo a este respecto no revela ningún detalle. Ello parece superficial, dado que las alteraciones de genes que pudieran existir son muy sutiles y no existen tecnologías disponibles como para detectarlos en etapas en que aun son embriones. En edades posteriores, los investigadores han detectado en ratas clonadas, cientos de anormalidades de genes en sus placentas. También detectan después de nacer, muchas anormalidades en genes que regulan la función hepática. Pretender determinar durante la etapa embrionaria estos defectos de genes que afectan a los mas variados órganos es prácticamente imposible, ya que no existen tecnologías disponibles para ello..
Rechazo de las clonaciones humanas
Dado todos los antecedentes se puede afirmar que realizar clonaciones en seres humanos, aparte de transgredir implicancias éticas, constituye un acto de audacia e irresponsabilidad inexcusable. Por ello no es raro que la clonación humana ya haya sido prohibida por lo menos en 40 países (ver mapa). Al mismo tiempo Naciones Unidas está tratando de promover un tratado internacional que prohíba la clonación humana.
Sin embargo, si bien es cierto que algunos países han legislado para prohibir todo tipo de clonaciones humanas, otros han excluido la llamada "clonación terapéutica", que consiste en producir embriones clonados humanos en el laboratorio, para luego obtener a partir de ellos células embrionarias que podrían llegar a ser útiles para tratar diferentes enfermedades degenerativas, como el Parkinson, el Alzheimer o la diabetes.
Para soslayar este problema, algunos países han sugerido que Naciones Unidas prohíba sólo la clonación humana con fines reproductivos, pero no se pronuncie respecto a la clonación con fines terapéuticos. España y otros países se oponen a ello porque no ven una diferencia legal o moral entre una clonación terapéutica y otra reproductiva.
En el caso de Estados Unidos, el Presidente George W. Bush ha enviado un proyecto de ley que prohíbe todo tipo de clonación, proponiendo castigar a quienes la realicen a 10 años de cárcel y una multa de 100.000 dólares. Pero un segundo proyecto presentado por el senador Republicano, Arlene Spector, propone prohibir sólo la clonación reproductiva. Estos dos proyectos están en discusión.
* Para mayor información, consultar publicación de los autores: Claire Ainsworth, Anil Anansthaswaamy,
Philip Cohen, David Concar, Duncan Graham-Rowe,Mitchael Le Page y Tan Sample. (New Scientist, Enero 2003, pág. 8).
¿QUIÉN ES BRIGITTE BOISSELIER
Brigitte Boisslier no siempre fue la vocera de la secta religiosa que dice haber clonado varios seres humanos. Se trata de una francesa de 46 años de edad, de pelo colorín, que tiene un doctorado en Dijon y Texas y que ha trabajado en la industria y en la academia.
Según recuerda Karl M. Kadish de la Universidad de Houston, “Brigitte fue una buena y consciente estudiante". En la década de los 80, él fue el tutor de su tesis, que trató sobre el metabolismo de las porfirinas. Más tarde Brigitte volvió a Francia y llegó a ser directora de investigación de la empresa Air Liquide, una empresa que fabrica botellas de gaseosas. En el año 1993, ingresó a la secta Raeliana, que cree que los humanos fueron clonados por extraterrestres.
En el año 1999, se trasladó a Quebec para estar con los Raelianos y realizó un intercambio con la Universidad del Estado de Nueva York, postulando para un cargo permanente, que no lo logró. “Con nosotros ella estuvo enseñando química y lo hizo bien", señala el decano Kathleen Lavoie. En el año siguiente estuvo en el Hamilton College, donde profundizó más su relación con los Raelianos. Luego llegó a ser directora ejecutiva de Clonaid, donde según ella, cuenta con un equipo de diez personas. Brigitte afirma que antes de comenzar a clonar células humanas, una tecnóloga perfeccionó la técnica de clonación, ensayando con 3000 óvulos de vaca. Incluso habría utilizado sus propias células de la piel para transferir sus núcleos a óvulos enucleados humanos. “El laboratorio está lleno de embriones míos", afirma Brigitte. |
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