Las virtudes de la jojoba
( Publicado en Revista Creces, Abril 2003 )
A las muchas utilizaciones del aceite de jojoba, se agrega ahora como substituto del petróleo. En los motores diesel se ha demostrado ser más útil que el petróleo y además emite menos CO2, SO2 y hollín.
La jojoba (Simmondsia chinensis) es una planta muy interesante de la cual nos hemos estado preocupando más de una vez en esta revista (Creces). Su explotación ofrece grandes expectativas económicas y tiene además características muy especiales que la hacen adecuada para su cultivo en áreas de secano, como las existentes en la Cuarta Región de nuestro país. Crece bien a la orilla del mar y hasta una altura de 1000 metros. Vive hasta los 150 años en producción. Se adapta a las sequías. Con un nivel mínimo de lluvias alcanza una altura de 1 metro, pero en condiciones más favorables de humedad, puede llegar hasta 4.5 metros de altura.
La jojoba produce una nuez (ver foto), que tradicionalmente ha sido usada como alimento y como medicina por los nativos del desierto de Sonora. Pero las características de su aceite han permitido su utilización en los más variados usos, desde la fabricación de cosméticos, usos médicos a lubricantes industriales. A todo ello, ahora se agrega que puede ser una muy buena alternativa del combustible diesel, para ser usado tanto en automóviles como en camiones. Ya los primeros ensayos han demostrado que emite muy pocos contaminantes, el motor funciona más suavemente que con diesel y el rendimiento es semejante.
Ante las posibilidades del agotamiento de las reservas de petróleo, más el preocupante incremento de los gases invernaderos por la quema de los combustibles fósiles, está llevando a los investigadores a buscar posibles fuentes alternativas, por lo que se han fijado en los aceites vegetales. Se ha pensado en el aceite de maravilla (girasol), el de soya, y aun la semilla de amapola. Todos tienen posibilidades, pero el de jojoba parece ser el mejor.
Ahora es el turno de la jojoba, de las nueces que produce, la mitad del volumen es aceite. Según los ingenieros, al quemarse este en los motores diesel, libera una gran cantidad de energía y en su interior el aceite permanece químicamente estable, aun en las altas temperaturas y presiones a que es sometido durante el trabajo.
Para ensayar la jojoba en los motores diesel, Mohamed Selim y sus colegas de la United Arab Emirates University en Al-Ain y la Universidad del Cairo, conectaron en ellos una serie de sensores que permitían objetivar su performance desde diversos puntos de vista. Observaron que los motores funcionaron muy bien con el combustible que llamaron "metil ester de jojoba", que habían preparado, simplemente agregando al aceite de jojoba un poco de metanol y un catalizador.
Sus resultados que publicaron en la revista "Renewable Energy" (vol. 28, p.1401, 2003), donde muestran un excelente rendimiento del motor entre las 1000 y 2000 revoluciones por minuto. Los gases de combustión de la jojoba demoró un poco más para alcanzar el máximo de presión en los cilindros, lo que explica que los motores funcionen más suavemente con este combustible.
Selim afirma que la jojoba es una buena alternativa para el petróleo, ya que además contiene menos carbón que el diesel, lo que significa una menor emisión de CO2 y de hollín. Por otra parte, a diferencia del diesel, el aceite de jojoba no tiene azufre, por lo que al usarse como combustible no emite óxidos de azufre, por lo que también los cilindros del motor están menos expuestos a la acción corrosiva del ácido sulfúrico, con lo que se logra una mayor duración. Finalmente la jojoba es menos explosiva que el diesel, por lo que su almacenamiento y transporte es más seguro.
"Claro que cultivar una cantidad suficiente de jojoba, es un gran desafío", dice Selim. "Ello requiere de una fuerte inversión, por lo que se necesitaría la participación del estado". Pero la ventaja está en que su cultivo se podría hacer en terrenos con poco agua y salinos, que no tienen otra utilización. Hasta ahora las plantas han crecido por décadas en el sur de Estados Unidos y en el norte de México. Ahora está siendo cultivada en muchos países del medio Oriente. Egipto y los países árabes están comenzando a cultivarla y esperan llegar a utilizarla como substituto del petróleo. También en Chile se ha ensayado en forma experimental en el Norte Chico, de modo que ya se tiene cierta experiencia (ver recuadro).
LOS VILOS Y PUDAHUEL
El cultivo experimental de jojoba se realiza también en la Estación que el INIA tiene en los Vilos, en base a semilla importada de México e Israel. En la Región Metropolitana, el Ingeniero Forestal Jorge Marín Scjlesinger llevó adelante el ensayo de algunas técnicas para la producción en vivero de plantas.
Las observaciones realizadas en el vivero de Pudahuel indican que para la producción de jojoba en tales condiciones hay que sembrar directamente la semilla en bolsas plásticas o macetas, ya que el rápido crecimiento inicial de su raíz hace riesgoso realizar labores de repique. Los mejores resultados se lograron con macetas de 30 cm de longitud. Para un clima como el de Santiago, es recomendable utilizar sombrillas sobre las plantas, sobre todo durante la germinación de las semillas. El sombreadero favorece el índice de germinación a tal punto que el mayor número de plántulas se logró cuando las platabandas se cubrieron con sombreaderos al nivel de 30 y 70% de luminosidad.
La mejor época para la siembra de la jojoba en vivero es octubre, a comienzo de primavera. No es recomendable regar con frecuencia las plántulas durante la fase germinativa para evitar el riesgo de pudrición a lo que son muy susceptibles.
El agrónomo Patricio Azócar indicaba que estimaciones hechas en los Estados Unidos establecen un rendimiento de 900 kilos por hectárea para plantaciones de jojoba de 5 años y de 3.500 kilos por hectárea para las de 9 a 10 años.
Para los poblados cercanos a un desierto que avanza, como decenas de los de la IV Región, la jojoba puede ser su salvavidas. Naturalmente que las investigaciones hoy en curso deberán -entre otras cosas- seleccionar las variedades de la especie que mejor se adapten a nuestros suelos. Los múltiples beneficios ecológicos, económicos, paisajísticos, industriales y sociales de su cultivo y explotación, justifican cualquier esfuerzo y esperanza.
|
|