Células embrionarias nacidas virginalmente
( Publicado en Revista Creces, Abril 2003 )
En vista de la oposición para que se usen células de embriones humanos con fines terapéuticos, se está pensando en reemplazarlas por óvulos no fertilizados. Un óvulo no fertilizado posee dos series de cromosomas (pares de cromosomas) y como sucede en algunos insectos y reptiles, a partir de allí puede iniciarse el desarrollo de un embrión. Es lo que se llama partenogénesis, proceso por el cual algunos insectos y reptiles normalmente se reproducen.
En los mamíferos, también los óvulos no fertilizados poseen pares de cromosomas y a partir de ellos, mediante estímulos eléctricos o químicos, se puede inducir el desarrollo de la partenogénesis, hasta alcanzar la etapa de embrión. Esto mismo aplicado a óvulos humanos, podría iniciar un proceso para formar un embrión, que no tendría la posibilidad de llegar a ser un ser humano. En estas condiciones sus células originadas a partir de un óvulo se podrían usar sin que haya razones para que se despierten recelos éticos.
Se había visto que esta técnica funcionaba en ratas y monos (New Scientist, Octubre 26, 2001, pág. 14), pero no así en humanos. David Wininger de la firma bioquímica Stemrom de Maryland, ha logrado producir embriones humanos partenogenéticos llegando hasta la etapa de blastocitos, punto en que ya se pueden usar sus células troncales (Stem Cells, vol. 21, 2003, pág. 152). Ahora el próximo paso es lograr que estas células crezcan en cultivo en forma indefinida, para llegar a fabricar una línea de células troncales. En monos ya se ha conseguido una línea en que las células han estado creciendo por más de dos años.
Lo importante ahora es lograr la seguridad que estas células troncales nacidas por partenogénesis, sean absolutamente normales.