Un virus inofensivo se vuelve virulento
( Publicado en Revista Creces, Enero 2001 )
Gran alarma se ha producido al comprobar que la manipulación genética de un virus lo puede convertir en un organismo tremendamente virulento. Tal hecho han comprobado accidentalmente investigadores australianos, quienes trataban de fabricar una vacuna con un virus aparentemente inofensivo.
No era la intención de los investigadores producir un virus letal. Ellos estaban tratando de producir una vacuna contraceptiva, para usarla en el control de plagas de ratas. Ron Jackson e lan Ramshaw de la Australian National University en Camberra, habían escogido un virus aparentemente inofensivo para usarlo como vehículo para transportar proteínas del óvulo de la rata, para que ésta, al contagiarse con el virus, produjera anticuerpos contra su propio óvulo. La idea era que al diseminar el virus de rata, que era inofensivo, éste se propagara entre ellas y las volviera estériles.
Con el objeto de potenciar la producción de anticuerpos, los investigadores además modificaron el virus, insertándole un gene que induce la producción de interleukina-4. Ello también parecía inofensivo, dado que la interleukina-4 es una sustancia que normalmente se encuentra en el organismo y que se sabe que incrementa la producción de anticuerpos. Grande fue su sorpresa, cuando al infestar las ratas con ese virus modificado genéticamente, todas fallecieron en menos de nueve días. Es decir, el virus resultó tremendamente agresivo.
Al estudiar con mayor detalle, los investigadores comprobaron que la interleukina-4 tenía también otro efecto: impedía la acción de las células asesinas (linfocitos), proceso normal, indispensables para combatir las infecciones virales. Inhibiendo este efecto, el virus rápidamente se multiplicó, provocando la muerte de todas las ratas.
Pero los resultados del experimento también fueron preocupantes desde otro punto de vista. Sólo la mitad de las ratas inyectadas con este virus modificado fueron capaces de producir anticuerpos. Ello también es muy raro, ya que el mismo virus no modificado genéticamente siempre despertaba la producción de anticuerpos. Es decir, esta modificación genética específica, parece imposibilitar la producción de anticuerpos, lo que convierte al virus en doblemente peligroso. Ello abre también una interrogante para la fabricación de vacunas. En todo caso, este virus específico, que está relacionado con el virus de la viruela, no afecta a los seres humanos, al menos en su estado natural.
Unavoz de alarma
Si antes de conocerse este experimento se hubiera preguntado a un investigador bioquímico si veía como posible incrementar la virulencia de algún virus o bacteria por medio de la manipulación genética, seguramente que habría contestado que podría ser posible, pero para ello se requeriría de muchas y tediosas investigaciones. Está claro que en su respuesta se habrían olvidado de algo: "lo inesperado".
Indudablemente que la alarma cunde, ya que se demuestra que la manipulación genética de microorganismos no está exenta de riesgos. Pero el verdadero peligro está por otro lado: "el bioterrorismo". Hasta ahora se había pensado que un terrorista podría diseminar en la población un microorganismo reconocidamente patógeno, como es el caso del ántrax o el virus de la viruela. Pero ahora está claro que con una sencilla manipulación genética podría producirse un nuevo microorganismo tremendamente peligroso.
Asusta imaginar que el virus de la viruela humana, podría fácilmente modificarse y convertirlo en un virus tremendamente letal. Más aún, frente a su propagación, una vacuna no sería efectiva. Las técnicas de manipulación genética ya son una rutina, y cualquier bioquímico, medianamente entrenado, puede realizarlas. Más aún si ya sabe que introduciéndole el gene de la interleukina-4, se consigue ese efecto.
Hasta ahora todos estaban tranquilos, ya que la experiencia había demostrado que cualquier manipulación genética de un virus, invariablemente lo convertía en menos patógeno. Esto también abre una enorme interrogante para la producción de vacunas por ingeniería genética.
Otro aspecto que entra a preocupar, es la libertad de publicación del resultado de investigaciones tan peligrosas como ésta, que podría caer en manos inescrupulosas, con consecuencias inimaginables. Los autores de este trabajo, antes de su publicación, consultaron al Departamento de Defensa, el que tuvo muchas dudas antes de autorizarlo. El hecho es que el trabajo aparecerá próximamente publicado en el Journal of Virology de Febrero de este año.
(New Scientist, Enero 13 de 2001, pág. 4).