El helio esta próximo a agotarse
( Publicado en Revista Creces, Mayo 2003 )

El helio es el segundo elemento mas abundante en el Universo pero en la Tierra es escaso. Sus usos son numerosos, por lo que preocupa su próximo agotamiento.

El helio es el segundo elemento más abundante en el universo, pero aquí en el planeta Tierra está por acabarse. Según lo que se calcula, las minas de helio deberían agotarse en los próximos 50 años. El precio del gas está aumentando rápidamente y los que saben de su necesidad están muy preocupados. A primera vista pareciera que no tendría gran importancia, dado que para muchos la única utilidad conocida del helio es inflar los globos en las fiestas infantiles. Es un gas más liviano que el aire y por eso los globos inflados con helio tienden a elevarse.

Pero su necesidad está en otros lados. El helio es el único elemento en el que persiste líquido a una temperatura tan baja como para mantener frío los magnetos superconductores, como los que se usan en los escáner de resonancia magnética en los hospitales (Creces: La Superconductividad. Abril 2000, pág. 33). Se agrega a los tanques de los submarinistas para prevenir la formación de burbujas de aire en la sangre por las diferencias de presión. Reemplaza el aire en los equipos para fabricar cables de fibra óptica, de modo que las delicadas fibras no terminen con burbujas.

Los átomos de helio son tan pequeños que los científicos confían en el gas para saber si piezas muy sensibles de laboratorio tienen escapes. Crean ambientes libres de chispas para aquellos trabajos que necesitan soldaduras. El helio es básico en todas las investigaciones criogenéticas necesarias en biología y medicina. Con él se inflan los dirigibles que arrastran letreros de propaganda, y equipos que sirven para observar misiles cruceros o espiar contrabandistas en los bosques tropicales en Brasil. La NASA usa grandes cantidades para presurizar los motores de los cohetes. Basta esta enumeración para imaginar las complicaciones que traería su agotamiento (New Scientist, Diciembre 21, pág. 49, 2002).


¿De dónde viene el helio?

El helio se descubrió en el año 1868, cuando los científicos encontraron una línea inexplicable en el espectro del sol. Ahora se sabe que el 23% de la masa del Universo está constituida por helio. La mayor parte de él se forma cuando pares de átomos de hidrógeno se fusionan en el calor de una estrella. Aquí en la Tierra se produce por el lento decaimiento de rocas naturalmente radioactivas que están profundamente enterradas en el subsuelo. Mezclado con aire, burbujea a través de fisuras de la tierra y eventualmente se escapa a la atmósfera.

Todo parece confirmar que existen en la Tierra unos 400 trillones de metros cúbicos de helio. Pero la mala noticia es que la mayor parte de él está en la atmósfera, en una concentración que apenas alcanza a 5 partes por millón, lo que es muy bajo como para pretender separarlo. Se necesitaría por lo menos una concentración de 3000 partes por millón para que su separación fuera posible. Por ahora, la mejor fuente es el gas natural.

Desgraciadamente no son muchas las reservas de gas natural que alcancen esa concentración. Casi todas las que pueden ser explotables están en un radio de 400 kilómetros en Amarillo, Texas, zona que se conoce como "La capital del helio del mundo". Su concentración allí alcanza las 80.000 ppm, lo que es tan alto que el gas no se quema a menos que se le extraiga el helio. En esa zona existen unas 20 plantas privadas que producen 150 millones de metros cúbicos de helio por año. El segundo gran productor es Algeria, con 14 millones de metros cúbicos por año. Existen además, un par de pequeñas plantas en Polonia y Rusia. Como su producción comienza a escasear, el precio durante los últimos cinco años se ha incrementado en un 40%, alcanzando en la actualidad los 80 dólares por metro cúbico, lo que hace que a igualdad de peso, sea más caro que el oro. Estas son todas las reservas que no durarían más allá del año 2060.

El problema está en que en los últimos años, la demanda ha llegado a superar a la oferta, debido a la enorme expansión de las industrias de fibras ópticas, como también por el creciente uso de los escaner de resonancia magnética en los hospitales y el uso en la preservación de tejidos.

En Estados Unidos hay una cierta cantidad de helio almacenado. Sucede que durante la Primera Guerra Mundial el gobierno americano creyó que los dirigibles llenos con aire y helio llegarían a ser las armas perfectas, por lo que comenzó a almacenar el gas en cavernas bajo tierra en el estado de Texas, donde aun permanecen guardados mil millones de metros cúbicos, que ahora piensan venderlos.

Recientemente el National Research Council, juntó a un grupo de físicos para que estudiaran el problema La conclusión fue que si la demanda seguía creciendo en un 5% al año, ya se produciría una gran escasez en el año 2012. Si por algún milagro la demanda se mantuviera en los niveles del año 2000, esta se produciría algo más tarde, en el año 2035.

Contra el tiempo hay que comenzar a buscar nuevos suministros. Por ahora se han encontrado surgencias subterráneas de gases que contienen helio a lo largo de una zona de Japón (Matsushiro), en una concentración de 350 ppm. Aparte de esto, habrá que comenzar a hurgar entre las placas tectónicas activas. Como otra alternativa este se podría obtener de las arenas radioactivas llamadas monocitas, en la misma forma en que se obtuvo en los años del 1900, cuando aun no se había descubierto el gas natural. Claro que obtenerlo de allí sería a otro precio, tal vez el doble del precio actual. En tal caso, ya no se podrían inflar con helio los globos en las fiestas infantiles.


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