En huevos de rana se pueden incubar células humanas
( Publicado en Revista Creces, Agosto 2003 )

En un determinado momento, las células de un embrión, aparte de multiplicarse, comienzan también a diferenciarse, hasta llegar en definitiva a formar los diversos tejidos y órganos. El proceso de diferenciación se gatilla por diversas substancias químicas que van actuando en determinados momentos, guiando así el programa de diferenciación celular hasta llegar a una célula adulta. Lo interesante es que una célula adulta ya diferenciada, también por mediadores químicos, puede volver hacia atrás y llegar a parecer como una célula inmadura indiferenciada (por eso fue posible clonar la oveja Dolly, a partir de una célula madura de la ubre de una oveja adulta). Lo que los investigadores buscan en la actualidad, es identificar qué substancias químicas son las que permiten estas transformaciones de diferenciación, o des-diferenciación (revertirse).

Investigaciones recientes han permitido observar que los huevos de rana parecen permitir a los núcleos de células adultas humanas revertirse como si volvieran a ser células embrionarias primitivas.

Es fácil obtener huevos de rana y por su tamaño son además muy manejables. A partir de este modelo se está investigando para tratar de identificar las substancias químicas que inician y controlan el proceso. Si estas se llegaran a identificar se abrirían grandes posibilidades para la medicina, haciendo posible disponer de células sanas para reemplazar células enfermas. Los médicos podrían por ejemplo, tomar cualquier tipo de células de un paciente y transformarlas en el tipo de células que necesitaran para su tratamiento.

Estas substancias químicas necesariamente deben actuar a nivel del DNA de la célula, gatillando algunos genes para que se activen, o silenciando otros. Así por ejemplo, una célula de la piel tiene un programa genético diferente a una célula muscular. Al colocar un núcleo de una célula adulta dentro de un huevo (lo que se hace en las clonaciones), se despiertan uno o más factores del programa genético de la célula, permitiendo que ésta vuelva a su estado embrionario. Si ello se logra, también se podría realizar el proceso a la inversa, permitiendo desarrollarse la célula embrionaria hacia cualquier tipo de célula.

Pero hasta ahora los biólogos no han podido identificar esos elusivos factores. "Es muy difícil hacerlo con óvulos (huevos) de mamíferos", dice Rudolph Jaenisch del Whitehead Institute for Biomedical Research de Cambridge, Massachusetts. Los óvulos de ratas o humanos son muy pequeños, por lo que se hace difícil buscar allí las moléculas claves. Por otra parte es también muy difícil disponer de óvulos humanos.

Por ello es que John Gurdon del Wellcome Trust/Cancer Reasearch de Inglaterra ha iniciado sus trabajos con huevos de ranas. Es así como han inyectado células adultas de ratas y también células humanas en núcleos de células de rana. Los investigadores han observado que en ambos tipos de células (ratas y humanas), se activó el gene Oct-4, que se sabe que es el primer marcador para el estado de células embrionarias. "Esto demuestra que los mecanismos de programación nuclear se conservan en el proceso evolutivo desde la rana hasta los humanos", dice José Cibelli del Michigan State University.

Los niveles de expresión del Oct-4 en las células humanas fue tan alto como en las células troncales embrionarias. Al mismo tiempo se silenciaron los genes indicativos de una célula adulta, como si la célula hubiese comenzado a revertir su identidad (Current Biology, vol. 13, pág. 1206, 2003).

Si este modelo funciona y la célula adulta realmente retrocede en su diferenciación, va a ser muy importante para continuar estas investigaciones. Basta señalar que una rana tiene un promedio de 20.000 huevos y cada una tiene un tamaño 4000 veces más grande que los óvulos humanos. En ellos los investigadores podrán comenzar a identificar las substancias químicas que controlan el proceso que permite revertir una célula adulta.

Una ventaja adicional de este método, es que la célula humana insertada en el huevo de rana no se divide, de modo que no hay riesgo de llegar a crear un embrión humano. Es decir, se puede estudiar los eventos de la clonación, sin que haya clonación. Si se logra re-programar células adultas, se podría también disponer de células embrionarias sin necesidad de destruir un embrión humano. (New Scientist, Julio 26, pág. 16, 2003).


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