Como va el SIDA hasta hoy
( Publicado en Revista Creces, Julio 2003 )

El informe del año 2002 sobre el estado de salud de la población mundial elaborado por el fondo de naciones unidas, indica que el progreso del sida ha adquirido características catastróficas, especialmente en el mundo pobre. Nada permite predecir que a corto plazo vaya a cambiar la tendencia.

La pobreza, la desigualdad y la mundialización se combinan para agravar los efectos de la moderna plaga del SIDA, que en Africa ya ha pasado a ser la principal causa de defunción, donde hay 28 millones de personas contagiadas.

De los 40 millones de infectados en todo el mundo, todos, excepto millón y medio, viven en países en desarrollo. La propagación de la enfermedad se está acelerando en Europa oriental y Asia central, y va en aumento en la India y China.

En el 2001, se perdieron las vidas de 3 millones de personas a causa del SIDA, dentro del total de 22 millones de vidas que hasta ahora ha cobrado la enfermedad.

Las defunciones a causa del SIDA han dejado 13.4 millones de niños sin uno de sus padres. Ellos ahora constituyen un tercio del total de huérfanos del mundo.

Para los pobres esto significa una dependencia cada vez mayor de la generación de los abuelos, pero los ancianos no están a menudo en condiciones de ganarse la vida. Por eso va en aumento el número de niños pobres que carecen de todo tipo de apoyo familiar.


La pobreza propaga el SIDA

El paludismo, la tuberculosis y las enfermedades de transmisión sexual, que predisponen al contagio del virus del SIDA, son más comunes entre los pobres. Los menos favorecidos tienen menos conocimientos sobre la enfermedad y están en peores condiciones para protegerse.

Las mujeres y jóvenes son especialmente vulnerables y están muy mal informadas. En un país africano, nueve de cada diez adolescentes sexualmente activas carecía de todo conocimiento sobre la plaga.

El SIDA es un desastre demográfico, social y económico. Debido a que mata sobre todo a adultos jóvenes, los países más afectados están viendo como se diezma a toda una generación en edad productiva.

Las consecuencias son tragedias personales, familias sumidas cada vez más en la pobreza, comunidades amenazadas, debilitamiento de la trama social y amenaza de crisis económica.

Hacia el año 2020, la epidemia podría reducir la economía mundial entre un 20 y un 40%. El deterioro de servicios públicos como educación y salud, agravará aún más la situación de los pobres. La sanidad está ya fuera del alcance de muchos debido al pago de honorarios y otros gastos.

No hay signos de que el SIDA esté perdiendo terreno, por el contrario, amenaza con arrasar con los países más poblados del mundo, como la India, China e Indonesia.

El liderazgo eficaz ha mantenido a raya el contagio en naciones como Senegal, Tailandia y Uganda, pero son numerosos los líderes mundiales que aun no se han enfrentado a la epidemia.

La prevención requiere contar con servicios e información adecuados, que deben incluir conceptos como la castidad fuera del matrimonio y la fidelidad de la pareja.

Los tratamientos pueden ser útiles, pero los costos son excesivos para los pobres. Es preciso contar con un suministro adecuado de preservativos masculinos y femeninos y motivar a las personas para que los usen.

En la actualidad, sólo uno de cada cinco individuos cuenta con los medios necesarios para protegerse del contagio.


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