Desgraciadamente la pesca del krill no está aún adecuadamente regulada y son numerosos los barcos pesqueros que están agotando este recurso, y con ello eliminando el alimento de peces, aves y mamíferos. A todos los barcos pesqueros se les exige entregar información de sus capturas de peces, pero el krill se pesca sin que haya observadores a bordo, o sin que exista un sistema de barcos de control.

El problema es que está aumentando la demanda de fuentes proteicas de origen animal para el cultivo de peces en cautiverio, más aún si el krill ayuda a dar el color tan apreciado de la carne de los salmones. A ello se debe que ahora se esté capturando el krill en gran escala. Contra el tiempo debería iniciarse un sistema efectivo de control. Para eso existe la Comisión de Conservación de Recursos Marinos Antárticos, que debería controlar a los signatarios del Tratado Antártico.