Un gene de longevidad en lombrices, también esta en humanos
( Publicado en Revista Creces, Octubre 2003 )

Los esfuerzos para entender los procesos de envejecimiento han avanzado un paso más, al descubrir un gene que prolonga la vida en levaduras y gusanos de tierra. Ahora se describe que el mismo gene esta relacionado con la longevidad humana.

Se trata del gene "sirtuin 3", que codifica una proteína encontrada en la mitocondria, que es el organillo dónde la célula produce la energía. Esto concuerda con la teoría que el envejecimiento se debería al daño acumulado por los radicales libres sobre la mitocondria (El Secreto de una Larga Vida).

Se estima que un 25% de la variación en la longitud de la vida es debido a factores hereditarios. En animales son varios los genes que se han demostrado relacionados con la longevidad. El último estudio dirigido por Giovanna De Benedictus, genetista de la Universidad de Calabria en Arcavata di Rende, Italia, muestra que el gene "sirtuin 3" también está asociado con la longevidad en humanos (New Scientist, Septiembre 13, pág. 24, 2003). "La conclusión importante, es que el control de la edad se conserva a lo largo de la evolución", dice Benedictus.

La investigadora y su equipo analizaron la variación del gene sirtuin 3 en 800 personas de la localidad, 120 de ellas eran centenarias. Comparando estas últimas con los jóvenes, encontraron que en los hombres viejos existía una mayor frecuencia en que se presentaban dos copias de una variante de este gene. Ello sugiere que esta variante está ligada con una ventaja de sobrevida.

Mientras otros genes también correlacionan con la longevidad en humanos, muchos de ellos parecen corresponder a genes de susceptibilidad a enfermedades, como es el caso del gene "Apo E", que está ligado a la enfermedad de Alzheimer. Estos dicen poco acerca de la edad, ya que si una variante de gene que se relaciona a una enfermedad fatal, su forma alternativa termina siendo más común en personas más viejas.

En contraposición a ello, el gene Sirtuin 3 no está ligado a ninguna enfermedad, de modo que su mayor hallazgo en hombres italianos necesariamente se relacionan con la biología de la vejez. (Los resultados de esta investigación se publicaran próximamente en el "Experimental Gerontology").


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