Enfermedades llevadas por el polvo atmosférico
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 2003 )

Comienza a aceptarse la idea que brotes de enfermedades aparecidas espontáneamente en algunas regiones del planeta serían causadas por nubes de polvo que viajan desde grandes distancias. En Febrero del 2001, una enorme nube de polvo se levantó del Desierto de Sahara y se desplazó hacia el norte, sobre el Océano Atlántico, alcanzando a Inglaterra (ver figura). Unos pocos días después comenzó a aparecer la fiebre aftosa simultáneamente en diferentes regiones de Inglaterra, como si todo el país se hubiera infectado de una sola vez. Se trata de una enfermedad viral que afecta al ganado vacuno, que en esta ocasión causó pérdidas a Inglaterra por miles de millones de dólares. Según Eugene Shinn, geólogo del Geological Survey en St Petersburgo, Florida, la coincidencia sugiere una obvia relación. (Scientific American, Julio 2003, pág. 10).

Ya son muchos los que piensan que el polvo puede traer gérmenes causantes de enfermedades, y aclarar muchos misterios de la aparición de epidemias inexplicables. Se sabe que desde las áreas secas del mundo frecuentemente se están lanzando materiales a la atmósfera y cada día los vientos arrastran miles de millones de toneladas de polvo. Parece ser que este fenómeno se ha hecho más frecuente en los últimos años. Es probable que ello se deba a cambios en los ciclos climáticos naturales, como por ejemplo los 30 años de sequía que afectaron al norte de Africa. Pero también es probable que se deba a malos manejos de recursos naturales, como lo sucedido en el mar Aral en Asia Central, o el lago Chad en Africa. También pueden ser las malas prácticas agrícolas que llevan a la desertificación y que crean lechos de polvo contaminados que los vientos pueden levantar.

Según Shinn y sus colaboradores, una extraña enfermedad que apareció en el Caribe en la década de 1980, fue la que los hizo relacionar el polvo con las enfermedades. Se trató de un hongo del suelo que comenzó a atacar los corales del mar. Parecía poco probable que ella fuera debida a intervención humana, ya que se encontró en zonas inhabitadas y en islas rocosas que carecían de cultivos. Por otra parte los trabajos de Garriet Smith de la Universidad de South Carolina demostraban que el hongo no se podía multiplicar en el agua de mar y que requería de un constante suministro para continuar extendiéndose.

Smith analizó el polvo africano que soplaba sobre el Caribe y desde él pudo aislar y cultivar el hongo "Aspergillus sydowii", que era el mismo hongo que infectaba a los corales marinos. Luego demostraron que éste podía soportar largos viajes desde Africa, protegido por la humedad de la densa niebla y el polvo.

Ahora han comenzado a encontrar más evidencias que confirman las relaciones entre enfermedades y polvo. Ginger Garrison del U.S. Geological Survey, cree hay una directa relación entre bacterias que afectan a los corales y el polvo que las tormentas levantan en Africa. Del mismo modo se ha relacionado la epidemia de fiebre aftosa del ganado en Corea del Sur con las tormentas de polvo de Mongolia y China. Es posible que este sea también el camino que siguió el virus del Nilo, que ha afectado a los Estados Unidos y ahora a México, y algunos temen que el virus SARS pueda llegar también por esta vía.

La alarma ha llevado a que NASA vigile a través de satélites las tormentas de polvo que levantan. Por su parte el National Oceanic and Atmospheric Administration, acaba de abrir una estación en California para seguir el polvo que viene desde Asia y que pasa sobre Estados Unidos. A pesar de detectarse, no hay mucho que hacer y parece que ha llegado el momento en que las enfermedades del mundo pobre, está llegando a afectar también al mundo desarrollado.


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