Un viaje por el universo
( Publicado en Revista Creces, Enero 2004 )

Durante los últimos años hemos ido conociendo que hay en el universo. Podríamos realizar un viaje imaginario al límite del espacio y el tiempo y lo que encontraríamos ya no seria tan extraño. Por lo menos ya podemos imaginar una ruta de viaje.

Con lo conocido en los últimos cincuenta años, los astrónomos ya pueden elaborar con bastante aproximación un mapa del Universo. Telescopios muy poderosos han puesto en evidencias galaxias situadas a miles de millones de años luz de la Tierra. Durante este último tiempo, los hombres han sido capaces de colocar naves en el espacio, algunas de ellas equipadas con verdaderos observatorios, que más allá de la atmósfera, y mediante todas las longitudes de ondas posibles, han escudriñado las más distantes estrellas (Los Telescopios Espaciales). Hoy en día, miles de satélites monitorean la Tierra y envían señales desde un extremo del planeta al otro y nos ayudan a navegar.

Ya hay suficiente información como para elaborar un mapa de todo lo observable en el Universo, y eso es lo que Richard Gott profesor de astrofísica en la Universidad de Princeton ha estado tratando de hacer. (New Scientist, Noviembre 22, pág. 36, 2003).

El principal problema, es que el Universo es demasiado grande. El objeto más distante que se ha ubicado es un quásar, de gran brillo, situado a 250.000 millones de millones de millones de millones de kilómetros de distancia. Si Gott quisiera reducir el mapa del Universo para que le cupiera en una página, tendría que ubicar toda la Vía Láctea en un punto tan pequeño como un grano de polvo. Por el contrario, podría dibujar toda la Vía Láctea en una página, pero para que en esa proporción le cupiera ese quásar tan distante, necesitaría agregar a su mapa, 100 kilómetros de papel. Mejor nos olvidamos del mapa y sólo imaginamos lo que podríamos encontrar en nuestro viaje.


Alejándonos de la superficie de la tierra

Al desprendernos de la superficie de la Tierra, lo primero que encontraríamos, acercándonos al límite de la atmósfera, es un cinturón de satélites artificiales. Entre ellos está el telescopio Hubble y la Estación Espacial Internacional. Aun cuando en esas alturas la atmósfera es ya muy delgada, todavía ejerce sobre ellos una fricción, por lo que constantemente están expuestos al riesgo eventual de ser atraídos hacia la Tierra y re-entrar a la atmósfera, quemándose en ella por la fricción.

También allí es posible que nos encontremos con el observatorio Chandra de Rayos X y el Vanguard, que se lanzaron en el año 1958. En órbitas más lejanas y muy altas, están ubicados los satélites usados para la navegación (GPS), además de un verdadero anillo de satélites geoestacionarios, y entre ellos el llamado cinturón de Van Allen, constituido por partículas cargadas energéticamente, atrapadas por el campo magnético de la Tierra.

Más allá, a 1.5 millones de kilómetros, ubicado entre la luna y el sol, está el "Wilkinson Microwave Anisotropy Probe" (WMAP), que fue lanzado en el año 2001 con el objeto de medir pequeñas ondulaciones de temperaturas en las radiaciones de microondas cósmicas dejadas en el espacio por la gran explosión del Big Bang. Son estas ondulaciones las que han revelado datos vitales del cosmos. Se ha podido calcular la edad del universo, de qué está hecho, cuán rápido se está expandiendo y cómo ha evolucionado después de la "Gran Explosión".

Ya más lejos está el sol y girando a su alrededor, los ocho planetas (Los planetas de Nuestro Sol). Entre las órbitas de Marte y Júpiter, podremos ver un cinturón de asteroides rocosos, tan numerosos que a alguna distancia se ven como un anillo borroso (Nos Falta un Planeta ¿Dónde Está?). Mirando con más cuidado, también en la órbita del gigante Júpiter, además de sus lunas, se ven dos montones de asteroides, llamados "Asteroides Troyanos" que se aglutinan alrededor de Júpiter, atraídos por la enorme fuerza gravitacional del gigante (Júpiter, El Convidado de Piedra) (Las Lunas de Júpiter vistas desde Galileo).

Ya más lejos, y rodeando todo el sistema solar, esta el "Cinturón Kuiper", una colección de trozos de hielos y rocas que no consiguieron juntarse como para llegar a formar otros planetas (De Qué se Formó el Sol y los Planetas). Más afuera y cerca de los límites externos de nuestro sistema solar, podríamos encontrarnos con el Voyager 1 y 2 y también el Pioneer 10, que en su viaje, ya comienzan a internarse en el espacio profundo. Mas allá de estas fronteras, llamada la "heliopausa", se ubica un espacio vacío y extendido, tan basto que la luz demora más de un mes en cruzarlo. Más lejos aún, está la nube "Oort", un frío reservorio de miles de millones de cometas. No podemos afirmar aún qué hay en este dominio congelado, pero ocasionalmente salen de él, cometas que se desplazan en órbitas alargadas de millones de años alrededor del sol.


Más y más allá

Más allá de las nubes Oort, están las estrellas, entre las que se destacan Sirius y Alfa Centauro A. Su vecino próximo Centauro, es la estrella más cercana a nosotros, y está a una distancia de 4 años luz. Es nuestra estrella vecina, pero muy difícil de visitar, al menos con la tecnología que hoy disponemos. Si deseáramos visitarla en un viaje real a bordo del transbordador espacial, viajando a 28.000 kilómetros por hora, nos demoraríamos en llegar a ella, aproximadamente 155.000 años.

Nuestro "Sistema Solar", forma parte de la Vía Láctea, con sus cien mil millones de estrellas, muchas de las cuales, como hemos sabido recientemente, poseen planetas gigantes que las están orbitando (El primer Planeta Extrasolar, en el que se Detecta Atmósfera) (La Vía Láctea). En el centro de la Vía Láctea, a una distancia de 28.000 años luz, presumimos que se encuentra al acecho un supermasivo hoyo negro, que tiene una maza aproximada de 3 millones de veces la masa de nuestro sol (En la Vía Láctea hay que estar bien ubicado) (Galaxias y Hoyos Negros) (Los Hoyos Negros).

Más allá de la Vía Láctea, se ubican algunas galaxias vecinas, que colectivamente se las ha llamado "el grupo local" (52 galaxias). Por años los astrónomos pensaron que la galaxia más cercana a la nuestra, era la "Gran Nube Magallánica" (figura 2). Pero en 1994, un equipo de astrónomos británicos, descubrió una galaxia enana que llamaron "Sagitarious" y que está aun más cercana. Pero en Noviembre del 2003, otros astrónomos descubrieron otra galaxia enana aún más próxima, ubicada en la constelación de Canis Mayor. También dentro del grupo local de galaxias, está "Andrómeda", que es el objeto más distante visible al ojo desnudo.

Siguiendo nuestro viaje, y alejándonos del grupo local, hay un sin número de galaxias, incluyendo el famoso "Remolino", fotografiado por el telescopio Hubble (ver figura 4). Mientras tanto la galaxia llamada M 87 hospeda al más grande hoyo negro descubierto hasta ahora, un monstruo cuyo peso es 3 mil millones de veces más pesado que el sol.

¿Cuántas son las galaxias? No se sabe. Doscientos astrónomos, usando el telescopio en Apache Point en Nuevo México, están construyendo el "Sloan Digital Sky Survey", un detallado mapa tridimensional que abarca un cuarto del cielo, y esperan que en el año 2005 haber identificado la distancia y brillantez de 100 millones de objetos, incluyendo un millón de galaxias y quásares.

Ya han evidenciado enormes claustros de galaxias separadas por grandes espacios vacíos. También los astrónomos han descubierto la mayor estructura hasta ahora encontrada, que han denominado "Sloan Great Wall" (la Gran Muralla Sloan), de una dimensión de 1.37 mil millones de años luz.

Ahora lo que más interesa a los cosmólogos es conocer la estructura como esponja que ha revelado el Sloam Survey. Ello porque esa tremenda estructura es la consecuencia que sucedió inmediatamente después del Big Bang. En un mero 10-35 segundos después del cataclismo, el universo entró en un periodo hiper-expansión, conocido como "inflación" (Se Acorta la Edad Oscura del Universo). Al terminar este período de inflación, el universo continuó expandiéndose y la materia y la energía se aglutinaron, para comenzar a colapsarse por su propia gravedad, para eventualmente llegar a estructurarse como galaxias. Los cosmólogos esperan que estudiando como las galaxias se han distribuido podrían llegar a tener una idea más clara de los primeros instantes del universo.

En todo caso, a comienzos de este año, el telescopio Subaru en Hawaii, ha ubicado la galaxia más distante conocida hasta ahora, la que estaría a 250.000 millones de millones de millones de kilómetros de distancia (Las Edades del Tiempo). Cerca de ella, también se ha detectado el quásar más distante, que arroja una luz equivalente a 10.000 millones de millones de estrellas (Rayos X emitidos por los quásares permiten observar el comienzo del universo)

Los astrónomos creen que más allá del quásar más lejano, están las primeras estrellas que iluminaron el cosmos. Después de ellas, el universo está lleno de gas, polvo e irradiación, y parte de esta radiación aún es detectable como débiles resplandores de microondas. Este fondo de microondas cósmicas data de 300.000 años después del Big Bang.

Hasta aquí llega nuestro viaje imaginario. Mas allá, ya son sólo elucubraciones. Astrónomos recientemente han afirmado que el universo tiene límites, y tal vez allí estaría el comienzo. Otros piensan en los "multiversos", que como nuestro universo, habría muchos otros universos (Las Edades del Tiempo, Aparición de Organismos Inicelulares) (El Universo puede ser Finito). La imaginación da para todo, pero de acuerdo a lo que conocemos, hasta aquí podemos llegar con un itinerario conocido.


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