Los clonados no son iguales
( Publicado en Revista Creces, Marzo 2004 )

Se podría pensar que dos hermanos clonados son tan iguales como son los mellizos verdaderos, pero no es así. Estudios del comportamiento muestran diferencias, como también las hay en algunas características físicas.

Se podría suponer que transfiriendo el material genético de un mismo individuo a óvulos enucleados de una misma madre, deberían dar a luz individuos exactamente iguales. Pero en la realidad, si bien es cierto que entre ellos son muy parecidos, se hacen también evidentes algunas diferencias. Ted Friend y Greg Archer de Texas A&M University, crearon lechones clonados y pudieron observar varias diferencias físicas y de comportamiento entre unos y otros. Tenían por ejemplo, diferencias en su aceptabilidad con respecto a los alimentos que se les ofrecían, como también diferían ciertas características físicas: las cerdas del cuero de unos eran más erizadas que otros, o tenían menos dientes que otros. Los autores piensan que esas diferencias pueden producirse porque los embriones se desarrollaron en el útero de madres substitutas diferentes. Es decir, siendo el ambiente intrauterino diferente, podría esto hacer variar la expresión de los genes.

Probablemente ello se debe al mecanismo de herencia que se ha llamado "epigenética", fenómeno hasta ahora poco definido y que no es posible explicarlo por las leyes de la herencia convencional. Normalmente cada individuo lleva dos copias de un determinado gene, pero en ciertas condiciones un determinado gene se silencia si este proviene del padre o de la madre y se expresa sólo el proveniente de uno de ellos (Creces: "La genética de los padres y el cerebro). Ahora los investigadores, aprovechando el modelo de clonación están tratando de determinar qué factores determinan esta expresión selectiva de un determinado gene, y cómo esto funciona en el embrión que se está desarrollando.

Lo observado en estos cerdos clonados constituye una evidencia objetiva que la clonación no corresponde exactamente a una duplicación. Lo mismo han observado Duane Kraemer y sus colaboradores (también del Texas A&M), al clonar gatos. Sus pieles son diferentes en la distribución de sus manchas. Hay que considerar que las manchas se deben a una migración fortuita de pigmentos producidos por las células de la piel durante alguna etapa del desarrollo embrionario. Ello podría variar de acuerdo al ambiente dentro del desarrollo uterino.

Robert Plaza de Advanced Cell Technology en Worcester, Massachusetts, dice que no le sorprende que los clones no correspondan a copias exactas, ya que los mellizos idénticos en humanos, a menudo tienen también personalidades diferentes. Ellos también han observado diferencias en terneros clonados del mismo padre. Mientras algunos son asustadizos, otros son muy calmados. Plaza sugiere que la clonación puede servir a los investigadores para estudiar la importancia de la genética en el comportamiento. (Scientific America, Abril 2003, pág. 14).


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