En dos accidentes anteriores, ocurridos el año pasado en Singapore y Taiwán, se produjo la enfermedad, pero la rápida aplicación de una cuarentena a los posibles contagiados, impidió la extensión de la enfermedad. Pareciera que las normas BSL-3 de contención usadas para el manejo de este virus no han sido aplicadas correctamente, o que éstas no son suficientes para contener el virus del SARS.

En esta ocasión ocurrida en los laboratorios del Centro para el Control de Enfermedades en Beijing, se contagiaron dos médicos que trabajaban allí, más una estudiante de 26 años. Ella a su vez infectó a su madre (que falleció) y a una enfermera. Ahora han enfermado tres miembros de la familia de la enfermera y el hijo de un médico. Aunque tarde, hay más de 600 personas en cuarentena para impedir la extensión de la epidemia, y se ha sellado el laboratorio en espera de una investigación de la Organización Mundial de la Salud. "Los accidentes siempre pueden suceder, pero tres accidentes seguidos, hacen sonar la alarma", dice Donald Low del Mount Sinai Hospital en Toronto (Canadá). Hay preocupación, ya que aún están frescos los recuerdos de la epidemia del año recién pasado, y las consecuencias de su rápida extensión (Cuán serio es el síndrome respiratorio agudo).