En la medida que el precio del petróleo ha estado subiendo constantemente, la energía solar térmica se ha hecho atractiva. Hasta ahora toda la atención ha estado sólo concentrada en las células fotovoltaicas, las mismas que hace años se habían desarrollado para los viajes espaciales. Pero ha surgido una nueva idea en que se concentra el poder térmico del sol en cantidad tal, que permite generar electricidad ya en la escala de una planta comercial.

A esta nueva tecnología le llegó su hora, gracias a la combinación de dos factores: los incentivos económicos establecidos por el gobierno español para desarrollar la generación de electricidad a partir de la energía solar, y el disponer de cerámicas avanzadas que pueden guardar las altas temperaturas que se requieren para la generación de electricidad.

La base es un colector solar constituido por 300 unidades llamadas "helióstatos", en que cada uno esta constituido por 70 metros cuadrados de espejo. Estos helióstatos van siguiendo el sol en la medida que cruza por el cielo, para reflejar sus rayos hacia una cerámica absorbente de calor con un área de unos pocos metros cuadrados, instalada en una torre de 100 metros de alto. La superficie del absorbedor de cerámica silicón Carba mide la temperatura que alcanza a 1000ºC, mientras que el aire que circula en una estructura porosa de panal; se calienta hasta 680ºC. Luego el aire caliente baja a un intercambiador de calor, donde genera vapor que mueve un generador de turbina convencional (ver gráfico).

La planta cerámica de silicón Carba mide la absorción de calor, sólo es capaz de operar a alta temperatura, que se genera con los espejos. El mismo material puede también usarse para almacenar la energía del calor, para lograr que el generador se mantenga funcionando cuando esté nublado o durante la noche. El gobierno español subsidia el costo; en una cantidad de 0.18 por kilowatt/hora. Esto parece ser suficiente para hacer la electricidad solar termal competitiva frente a otras fuentes.

"En los próximos 5 a 10 años se habrán instalado muchas plantas en Europa y cada una será entre 15 a 20 veces más grandes que esta planta de demostración" dice Manuel Romero del Ministerio de Ciencias y Tecnología de España. Se espera que ellas produzcan electricidad a un tercio del costo de la electricidad fotovoltaica.

Y esto sería sólo el comienzo. "Pienso que el mayor mercado es fuera de Europa, dice Romero. El ve a las plantas de energía solar termal, instaladas en la zona desértica, aprovechando allí la radiación solar. Afirma que cubriendo una buena superficie de 500 kilómetros del desierto del Sahara con helióstatos, habría suficiente energía como para satisfacer todas las necesidades de electricidad del mundo. Ya Algeria desea construir una planta cerca de la costa y exportaría a Europa. También Egipto está pensando hacer lo mismo. Tal vez nuestro desierto del norte podría exportar electricidad a todos los países de la región.