Un escarabajo ayuda a combatir incendios
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 2004 )

El secreto de un extraño escarabajo que es capaz de detectar las llamas a una distancia de 80 kilómetros, ahora está siendo utilizado para producir un monitor de bajo costo para detectar incendios. Se trata del escarabajo "Melanophilia acuminata", que de acuerdo a los entomólogos, tiene la particularidad de volar directo hacia los incendios, en lugar de arrancar de ellos. Es que los árboles quemados son su hogar preferido, ya que la resina pegajosa que normalmente secretan y las defensas de tóxicos químicos de sus células, con los incendios son desactivados.

El mecanismo sensor del escarabajo se basa en el hecho que los fuegos producen gran cantidad de radiaciones infrarrojas. La mayor parte de estas radiaciones son absorbidas por el dióxido de carbono y la humedad del aire, pero aquellas de una longitud de onda de 3 micrómetros, escapan del proceso de absorción y viajan a grandes distancias.

Siempre hay un nivel basal de radiaciones de esta longitud de onda, ya sea por lo que constantemente proviene del sol, o de los objetos que en la noche irradian el calor que han absorbido durante el día. Sin embargo en el incendio de un bosque se produce una enorme cantidad de irradiaciones en la longitud de onda de 3 micrómetros, las que son fácilmente detectadas.

El hecho es que este escarabajo posee sensores infrarrojos bajo sus alas. El zoólogo Helmut Schmitz y sus colaboradores de la Universidad de Bonn en Alemania, han observado que los sensores de los insectos se expanden cuando absorben la radiación termal de la misma longitud de onda que emiten los incendios de bosques. Ellos son atraídos por los árboles quemados porque en su corteza pueden colocar sus huevos, los que pueden desarrollarse sin miedo a depredadores, o la competencia.

A igual que los sensores de los escarabajos, los pellets de polietileno también se expanden cuando absorben las radiaciones infrarrojas del fuego a una longitud de onda de 3 micrómetros. Basados en estas observaciones, los investigadores han estado desarrollando sensores artificiales. Estos constan de una capa de polietileno, que al expandirse presiona sobre un cristal piezoeléctrico, induciendo una corriente pesquisable por un par de alambres agregados al cristal (Journal of Comparative Physiology, Septiembre 2004). En los primeros ensayos han conseguido que estos sensores artificiales capten en un rango de 2 metros. Pero piensan que con las modificaciones que están introduciendo, podrían detectar incendios hasta una distancia de 10 kilómetros.

En la actualidad, prevenir los incendios tiene costos elevados, ya sea por la vigilancia continua de aviones, satélites o vigías permanentes. Un aparatito como el que están diseñandos, sería muy barato y mucho más sensible.



(Science, vol 305, Agosto del 2004, pág. 940).


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