Las vacas locas invaden el mundo
( Publicado en Revista Creces, Octubre 2004 )

La epidemia comenzó en Inglaterra hace 20 años. Allí, con altos costos, se ha logrado controlar, pero no se ha evitado la extensión al resto de los países del mundo. En los países pobres, será imposible de controlar.

La epidemia comenzó en Inglaterra, en los primeros años de la década de 1980. Transcurrido el tiempo, y como ya se había anticipado, ella se ha extendido a numerosos otros países (Las Vacas Locas en el Resto del Mundo). Hoy en día ningún país puede estar seguro de que está libre de la enfermedad. Parece un hecho que las vacas locas se han hecho globales.

La enfermedad se propaga cuando se prepara harina a partir de huesos, de desechos de carne y vísceras de animales contaminados, y luego con ella se alimenta a otros vacunos, los que a su vez se contaminan. Aunque parezca increíble, Inglaterra ya conociendo exactamente la causa de la enfermedad y cómo ésta se propagaba, continuó exportando esta harina a 80 países diferentes, cuando incluso había prohibido que ella se utilizara dentro de Inglaterra (New Scientist, Agosto 7 del 2004, pág. 35).

Se calcula que en Inglaterra la enfermedad se inició en la década de los 80, de modo que las exportaciones de harina de animales hechas hasta 1996 (fecha en que se suspendió), necesariamente estaban contaminadas. Sólo en 1991, en plena epidemia, se exportaron 25.000 toneladas de harina de carne, huesos y viseras. En esa fecha, la harina que se envió a Europa, estaba fabricada sólo con huesos y restos de carne, pero no contenía cerebros, médula espinal o intestinos, que son los órganos más peligrosos. En cambio, la que se exportó a otros países, si contenía estas vísceras. Sólo en ese año, Tailandia compró 6240 toneladas de esa harina. Otros grandes compradores fueron Taiwán, Singapur e Indonesia. Desde allí se vendió a otros países, incluyendo China.

Después de 1996, cuando Inglaterra dejó de exportar esta harina, otros países europeos tomaron los mismos mercados, aduciendo que ellos no tenían la enfermedad. Esto ocurrió hasta el año 2000, cuando ya la enfermedad de las vacas locas no se pudo seguir ocultando y explotó en todos los países de Europa. Hasta ese entonces, Estados Unidos afirmaba no tener riesgo de la enfermedad. Pero en Diciembre del 2003, se reportó el primer caso.

A la fecha (2004), 24 países han declarado que ya han aparecido casos de la enfermedad de las vacas locas (ver mapa). Pero según los expertos, muchos otros también ya están afectados. "Ningún país puede estar seguro que no haya sido contaminado", afirma Danny Matthews, de los Veterinary Laboratories Agency en Weybridge, Surrey. "Basta un gramo de materia para infectar una vaca".

El problema es que hay muy pocos incentivos para que los países declaren la existencia de la enfermedad. "En el momento que un país lo hace, automáticamente los otros rechazan la compra de carne, lo que significa enormes pérdidas para la industria ganadera. En la práctica, los países admiten la existencia de casos, sólo cuando ya no le cabe otra alternativa.

Para solucionar este problema, la World Organization for Animal Health (OIE) en París, está tratando separar las cosas. Por una parte estimula a los países para que reporten los casos que aparezcan, y por otra se compromete a ayudarlos para que el mercado les permita continuar exportando carne, siempre y cuando demuestren que han tomado las necesarias precauciones para impedir que la enfermedad se expanda. Hasta ahora, Estados Unidos se había opuesto a esta modalidad. Pero ya apareció allí el primer caso, por lo que es muy probable que ahora cambie de criterio.

Según la Comisión Europea, que trata de llevar un registro de los países en que ya existe la enfermedad, afirma que ya son 24 los países que ya han declarado casos de vacas locas, pero que habría otros ocho, que aun cuando no lo hayan hecho, es casi seguro que en ellos está presente (ver mapa). En otros cinco, se sabe que han importado la harina de carne y huesos contaminados, por lo que también se presume que ya tienen la enfermedad.

Con las medidas tomadas en los países Europeos, se está logrando controlar la epidemia. Pero si ella se extiende al mundo subdesarrollado, no va a ser posible controlarla. En Inglaterra los costos han sido considerables, tanto por los miles de vacunos que han debido ser sacrificados, como por los enormes costos de los exámenes que han debido realizarse en los mataderos, previo a autorizar el consumo. En el presente año, sólo para realizar estos exámenes, la Comunidad Económica ha debido gastar sobre los 1000 millones de dólares.

En los países pobres, estas inversiones no serán posible y la enfermedad necesariamente se extenderá, y sólo va a evidenciarse su presencia, cuando aparezcan los primeros casos de contaminación en humanos, proceso que demora varios años (Estado Actual de la Enfermedad de Creutzfeldt-Jacob y las Vacas Locas). Mas aún si en esos países es un hábito el consumo de huesos, cerebros y vísceras de animales, lo que constituye un alto riesgo. ¡Cuidado con las parrilladas!


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