El parásito del Chagas se esconde en nuestros genes
( Publicado en Revista Creces, Octubre 2004 )

En un estudio de pacientes con enfermedad de Chagas, se ha encontrado que segmentos del DNA del parásito, se han instalado en el genoma del paciente. El hecho parece muy extraño, dado que hasta ahora sólo se sabía que los virus eran los únicos capaces de integrar su DNA en el genoma del huésped. Ahora Antonio Teixeira y sus colaboradores de la Universidad de Brasilia, publican sus hallazgos en la prestigiosa revista "Cell" (Vol. 118, 2004, pág. 175). Los autores han examinado 13 pacientes con enfermedad de Chagas crónica, y detectan secuencias de 100 a 500 nucleótidos del parásito, instaladas en el genoma del paciente, ya sea en una o más ubicaciones. Lo que los autores no saben, pero desean seguir investigando, es si estas secuencias del DNA del parásito, están allí quietas, o si realmente se expresan en proteínas.

Los autores piensan que si ellas se expresan en proteínas, se podría explicar la gran variabilidad que toma la enfermedad de una a otra persona, ya que ello dependería de la ubicación que el DNA del parásito encontró dentro del genoma del huésped.

El hallazgo es tan novedoso, que muchos especialistas dudan que esto sea posible. Les cuesta aceptar esta invasión del DNA del parásito, y dicen que hay que esperar que otros investigadores corroboren los mismos hallazgos antes de darlos por cierto. Pero así son los descubrimientos importantes en medicina, que las más de las veces se originan en planteamientos contrarios a lo ortodoxo.

En todo caso, la enfermedad requiere de este tipo de investigaciones con conceptualizaciones originales, dado lo poco que se ha logrado avanzar en su prevención y tratamiento. En América Latina, cada año mueren 50.000 personas a causa de ella. Se estima que en la actualidad, la enfermedad afecta a 17 millones de personas. Ella es causada por el "Tripanosoma cruzi". Para prevenirla no existen vacunas efectivas.

Un aspecto que confunde, es la extrema variabilidad de ella. En la fase aguda, el parásito infecta las células sanguíneas, produciendo fiebre e hinchazón de la cara y los ojos. Con estos únicos y vagos síntomas, la infección pasa desapercibida y el parásito permanece aparentemente silencioso por 10 a 20 años, tiempo durante el cual invade otros órganos. Durante todo este tiempo o más, dos tercios de los pacientes crónicos pasan desapercibidos, pero otros eventualmente mueren.

Cómo y por qué se produce la muerte en algunos pacientes crónicos, es algo que no está claro. Algunos investigadores creen que ello es debido a la acumulación del parásito en el músculo cardíaco y al daño consecutivo que ello produciría. Otros piensan que el daño es debido a una reacción inmune directa, tanto contra el parásito, como también contra los tejidos dañados. Cualquiera que tenga la razón, estos nuevos hallazgos pueden ayudar a dilucidar la causa de la agravación y muerte.

Es interesante que los investigadores, no sólo han detectado la instalación del DNA del parásito en el genoma humano, sino también lo han comprobado experimentalmente en otros animales, como en conejos y pollos. Al igual que en humanos, detectan la inserción del DNA del parásito, en el genoma de estos animales contaminados experimentalmente y que luego fallecen con síntomas semejantes a la enfermedad de Chagas. Sobre la base de estos hallazgos, algunos han llegado a pensar que la enfermedad de Chagas sea una enfermedad heredable genética. Aún no se ha detectado ningún caso que haga pensar en este sentido, pero bien pudiera deberse a que nadie lo ha buscado.


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