La escasez de agua siempre ha sido la principal causa de la pobreza. Ahora sobre ella, precisamente en las regiones más pobres del mundo, comienza la crisis del agua, y en las áreas en que se concentra la mayor densidad poblacional. Ello incrementará más aún la pobreza y la desesperación. Un informe reciente señala que algunos de los ríos más grandes de la región, como el Nilo en Egipto, y el Indus en Pakistán, a menudo ya corren casi vacíos. En un esfuerzo por sobrevivir, se están extrayendo las reservas de aguas subterráneas, pero a llegado a un volumen tal, que la extracción ya supera los 200 kilómetros cúbicos de agua por año en la región, lo que sobrepasa en mucho las posibilidades de reemplazo por las aguas lluvias.

Según los expertos en hidrología, en la actualidad más de dos tercios del agua disponible, se usa en regadíos agrícolas, y ello se hace en una forma muy ineficiente. Frente al incremento de la demanda, los especialistas recomiendan mejorar la eficiencia, disminuyendo las pérdidas. Han acuñado una frase que repiten: “por cada gota de ahorro, más cosechas (more crop for every drop)”. Ante la gravedad de la crisis han recomendado impermeabilizar los canales de regadio. Pero parece que su recomendación ha sido totalmente equivocada. La solución no podía ser tan fácil, ya que la dinámica hídrica es bastante más compleja.

Es cierto que la irrigación de las tierras es la que lleva el mayor consumo de agua. Pero la eficiencia en el proceso de regadío acarrea otros problemas. El agua que filtra de los canales de regadío, es la misma que alimenta las reservas subterráneas. Si estos se impermeabilizan inmediatamente disminuyen las reservas.

La palabra “pérdida" es una trampa. El agua que escurre se pierde para un campesino, pero en definitiva no se pierde para la labranza. Las investigaciones recientes presentadas en el Simposium del Agua en Estocolmo, por el Comprehensive Assessment of Water Management (CAWMA), un organismo de colaboración de científicos de 90 institutos, ha mostrado que la mayor parte de esas aguas, en algún lugar se vuelve a utilizar, ya sea para recargar las aguas subterráneas o para incrementar el caudal de ríos que más allá, se vuelve a utilizar.

Si esto es cierto, la recomendación de ahorrar agua en el regadío del campo, no tiene ningún sentido, y comienza a comprobarse que la impermeabilización de los canales esta resultando contraproducente.

En Sri Lanka por ejemplo, al recubrir los canales con cemento, inmediatamente repercutió en la cantidad de aguas subterráneas acumuladas, que disminuyeron en forma notable. Como consecuencia los pozos construidos en la zona para extraer agua de bebida, se han secado.

En el norte de México, el gobierno esta impermeabilizando los canales de regadío en la misma creencia que se puede ahorrar agua para pagar la deuda de agua a Estados Unidos, la que se ha producido por un antiguo acuerdo de compartir las aguas del río Grande. Con ello los campesinos de Texas pueden recibir más agua, pero los que pagaran el pato, son los campesinos mexicanos que comienzan a tener dificultades para extraer agua de sus pozos. Hasta ahora, estos se alimentaban del agua que filtraba de los antiguos canales.

¿Cómo es posible que nadie haya pensado esto antes? Según los especialistas de CAWMA, los ingenieros y técnicos en irrigación, han hecho gastar mucho dinero equivocadamente.