Un reactor nuclear en el centro de la tierra
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2004 )
En el centro de la tierra existiría un enorme reactor nuclear, cuya energía habría generado una temperatura de 6000 ºC, semejante a la de la superficie del sol. Este reactor contribuiría con el calor necesario para la conveccion del dínamo que genera el campo magnético de la tierra.
Martin Herndon, un geofísico independiente que vive en San Diego, California, durante muchos años ha sostenido la idea que en el centro de la Tierra existiría un reactor nuclear gigante, que estaría generando la altísima temperatura existente en ese lugar. Es un hecho que en el interior de la Tierra, se esta produciendo más calor que el que a primera vista se necesita. Sin embargo parece necesario para explicar la génesis del campo magnético de la Tierra. La mayor parte de los físicos cree que el campo magnético se genera en el Centro de la Tierra, por un verdadero dínamo, formado por una envoltura de hierro líquido, que giraría sobre el núcleo interior de hierro sólido. Para funcionar, necesitaría una fuente extra de calor, que induzca las corrientes de convección (El campo magnético al centro de la tierra).
Ciertamente que parte del calor del sistema, proviene del hierro líquido y níquel cristalizado, que se une al núcleo sólido. Sin embargo la mayor parte de los científicos cree que esa energía no es suficiente para mantener activo el dínamo (New Scientist, Agosto 7 del 2004, pág 26).
Herdon cree que en el centro de la Tierra se ha acumulado uranio. Sostiene que durante las primeras etapas de la formación de la Tierra, cuando ésta aún estaba formada por una masa fundida, el uranio que es esencialmente pesado, se habría acumulado en el centro del planeta, hasta formar una masa de varios kilómetros de diámetro, constituyéndose así un gran reactor de fisión nuclear.
Se sabe que pueden existir reactores naturales. Esto ha sucedido por ejemplo, en Oklo, en Gabón, en el este de Africa, cuando llegó a concentrarse uranio en cantidad suficiente como para iniciar una reacción en cadena controlada (Energía Atómica). Ver recuadro: Mil Millones de Años de Fisión Natural). Según Herdon, lo mismo podría haber sucedido, en el centro de la Tierra, pero con un reactor de mucha mayor proporción.
¿Cómo se puede demostrar que fue así?
Entre la superficie de la Tierra, donde nosotros estamos, hasta la profundidad de su núcleo, hay unos 6000 kilómetros de roca y metal. Una verdadera barrera imposible de perforar. Pero si nosotros no podemos ir al centro de la Tierra, otros elementos podrían viajar, como por ejemplo las partículas subatómicas, llamadas "antineutrinos". Ellos son capaces de atravesar la roca y el metal, con la misma facilidad que una jabalina surca el aire. Los antineutrinos se producen durante el proceso de decaimiento radioactivo, de modo que si allí existe un reactor, sus desperdicios serían una rica fuente de ellos.
Durante los últimos años, los físicos han sido capaces de perfeccionar la construcción de detectores para captar antineutrinos. Para ello requieren de un "Cintilador líquido". Este es un enorme detector construido bajo tierra, lleno de agua u otro líquido. Un antineutrino, al penetrar, puede golpear un protón en el agua y producir un positrón y neutrón. El positrón ioniza moléculas en el agua, haciéndolas destellar. El neutrón, antes de ser captado por otro núcleo atómico, continúa brevemente, para luego decaer causando otro destello. Los dos destellos suceden casi al mismo tiempo: ello es la marca que pone en evidencia un antineutrino (fig. 1).
Ya los físicos han visto antineutrinos que provienen del interior de la Tierra. En el año 2003, científicos que trabajan en el detector KamLand en Kamioka, Japón, reportaron haber visto nueve antineutrinos con la energía necesaria como para sostener qua hayan sido emitidos desde alguna parte del planeta. Pero el KamLand no fue capaz de determinar su exacto origen. Para averiguar de donde vienen, se necesita un detector con un sentido de dirección, de modo que pueda ver hacia atrás, de donde se ha originado. Cuando se crea un neutrón, dentro de un generador líquido, originalmente viaja en la misma dirección que el antineutrino. Captando con precisión el destello del positrón y del neutrón, se pueden juntar las señales para ubicar la dirección del sitio de origen.
Desgraciadamente esto no se puede lograr en un detector corriente. El neutrón se desvía lejos antes de ser absorbido, de modo que la prolongación de la línea que une los dos destellos, no indican la dirección del origen del antineutrino. Una posibilidad para solucionar este problema es acotar el líquido del detector, con "Gadolinium". "El gadolinium es un gran glotón que le gusta comer neutrones", dice Brin Fields de la Universidad de Illinois.
Fields es parte de un grupo que quiere poner tricloruro de gadolinium dentro del detector SON de antineutrino, que está en Ontario, Canadá. Con ello pretende poder pesquisar la fuente de antineutrinos provenientes de la Tierra.
Otro método
También se han ideado otros métodos para detectar antineutrinos. Rob de Meijer de la Universidad de Groningen en Holanda ha ideado lo que él llama una "antena de antineutrinos". Pretende cavar en la tierra un agujero de 30 centímetros de ancho, hasta alcanzar una profundidad de 6 kilómetros. A esta profundidad, habría que cavar agujeros en forma radial, como las varillas de un paraguas. Posteriormente estos se llenarían con líquido detector. De esta forma, las antenas, apuntando en diferentes direcciones, darían una visión clara del origen de los antineutrinos.
De Meijer espera que esta perforación se podría realizar en forma relativamente barata, usando tecnologías apropiadas, con un costo entre 50 a 60 millones de euros. El incluso señala que ha escogido un sitio; en una isla del caribe, que esta lejos de cualquier reactor que haya construido el hombre, y cuyas rocas son bajas en radioactividad. "Así sería posible recibir cualquier señal del núcleo de la Tierra", dice De Meijer.
Mientras tanto Herndon sigue pensando que el reactor nuclear no es una peculiaridad de la Tierra, sino que también existiría en interior de otros planetas, como Júpiter, Saturno y Neptuno, y que también allí sería la fisión nuclear, la fuente de calor interna de estos planetas.
No todos los científicos aceptan la teoría de los reactores de Herndon. Sin embargo nadie afirma que su idea sea imposible. Tal vez, en unos pocos años más, los físicos puedan entregar mayor precisión acerca de la estructura del núcleo de la Tierra. Podrían así, encontrarse con un generador nuclear brillando como un sol.
UN CORAZON DE URANIO
Nadie discute que en la Tierra en formación, había una enormidad de uranio, en cantidad más que suficiente, como para llegar a formar el reactor de Herndon. La única interrogante es si este podría realmente llegar a acumularse en el centro del planeta, como para iniciar una reacción en cadena.
De acuerdo a lo aceptado, la Tierra se habría formado como un meteorito común, llamado "condrito". En la medida que el planeta creció, el calor derritió la materia prima y comenzaron a separarse las rocas y los metales. Los metales, especialmente el hierro y el níquel, se aglomeraron para formar el núcleo, mientras que las rocas, más livianas, quedaron hacia el exterior, formando el manto y la costra.
El uranio tendió a combinarse químicamente con el oxígeno, para formar compuestos litofilicos, esto es, que tienden a acumularse en rocas. De modo que de acuerdo a la mayoría de los geofísicos, todo el uranio debió haber sido captado por el manto rocoso y la costra.
¡A menos que no hubiera existido suficiente cantidad de oxígeno! En tal caso Herndon piensa que la mayor parte de la materia prima de nuestro planeta era como otro tipo de meteoritos, llamados "condritos enstatitos", que son pobres en oxígeno. Esos meteoritos son poco frecuentes, pero Herndon afirma que son más frecuentes en el interior del sistema solar, que es el lugar en que precisamente se formó la Tierra. En un joven planeta, sin oxígeno, la mayor parte del uranio se habría combinado con azufre: sulfato de uranio, que se habría disuelto en el metal fundido y concentrado en el núcleo.
David Stevenson de Caltech, no descarta la posibilidad que exista uranio en el núcleo, pero no cree que este se hubiera concentrado en el centro. "Aun si usted pone uranio en el núcleo, el inmediatamente se diluye. A esas temperaturas tan altas, no se va a separar y continuará mezclado". "Yo no estoy afirmando que el generador sea imposible, pero si existiera, ha tenido mucha suerte, ya que el razonamiento para aceptar su existencia es incorrecto. Con todo, Herndon piensa que otras sustancias químicas, podrían ayudar a precipitar al sulfato de uranio fuera del hierro líquido. Podría este formar bolas, y luego llover hacia el centro del núcleo.
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