La hormona de crecimiento es la culpable de que las células de los tumores del pecho se hagan metastasicas
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2004 )

Un estudio reciente sugiere que las células del tumor canceroso del pecho, fácilmente se pueden esparcir e invadir otros órganos si producen hormona de crecimiento. El hallazgo es importante, ya que puede llevar a la producción de drogas que podrían detener la expansión del cáncer, bloqueando la hormona de crecimiento producida por ellas mismas.

Antes que el cáncer se esparza, o establezca metástasis, las células tumorales deben adquirir la capacidad de meterse en el torrente sanguíneo, o en el sistema linfático. Desde allí ellas pueden invadir otros órganos como el cerebro o huesos. El cáncer de mama puede mantenerse bajo control, siempre y cuando no se esparza. Cuando ello sucede se vuelve fatal, de modo que los investigadores están tratando de prevenir esta posibilidad.

En 1995, con sorpresa, se descubrió que el tejido tumoral del cáncer del pecho, producía hormona de crecimiento, la misma hormona que estimula el crecimiento de los músculos y los huesos. Lo que es más, producía mayor cantidad de hormona de crecimiento que las células normales. Un Equipo dirigido por Peter Lobie de la Universidad de Auckland en Nueva Zelandia, demostró que la hormona de crecimiento transformaba las células cancerosas de una forma no invasoras, a células con todas las características metastásicas (Proceeding of the National Academy of Sciences, DOI: 10.1073/pnas.0.405881101).

Por técnicas de ingeniería genética, el equipo logró que una cepa de las células cancerosas produjera hormona de crecimiento y las comparó con células que no habían sido modificadas. Encontraron que las células que producían hormona de crecimiento proliferaban más rápidamente, se movían más y perdían las proteínas de su superficie, las que normalmente las mantenían unidas y pegadas unas con otras.

"El cambio es dramático", dice Peter Gluckman. En una segunda experiencia, implantaron las células cancerosas en el tejido mamario de ratas. Nueve semanas después, las células modificadas para producir hormona de crecimiento, comenzaron a infiltrar el tejido circundante. Las células tumorales que no se habían modificado para producir hormona de crecimiento, no tuvieron este comportamiento



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