Las reservas mundiales de petróleo
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2004 )

Sobre el petróleo se sustenta la civilización actual. Parece increíble que siendo este tan fundamental, no haya sido posible establecer la cuantía de las reservas disponibles.

En algo se está de acuerdo: las reservas de petróleo son finitas y algún día tienen que agotarse. Lo preocupante, es que no están claras las alternativas de reemplazo, al menos en un corto plazo. Algunos expertos señalan que ya estamos muy cerca del inicio de la crisis final (Se aproxima nueva crisis del petróleo). Ella se iniciará, no cuando se agoten los pozos (lo que podría ser en varias décadas más), sino cuando la producción alcance el máximo y luego comience a descender. Desde ese momento, se iniciará el alza progresiva de los precios, la que necesariamente precipitará una recesión mundial. Hasta ahora ello no ha sucedido, ya que la producción ha respondido a la creciente demanda. En respuesta a ella, se ha incrementado la extracción. En el año 1960, la extracción de petróleo alcanzaba a la suma de 20 millones de barriles diarios. En 2004, se ha elevado a 70 millones, y lo probable es que continúe incrementándose.

Sobre la fecha de la anunciada crisis, no hay acuerdo. La Energy Information Administration (EIA) del Departamento de Energía de los Estados Unidos, estima que ello podría suceder dentro de un plazo que oscilaría entre los años 2021 y 2112. También el geólogo Leonardo Mougery es optimista al respecto, calculando que existiría abastecimiento normal por varios decenios (Cuánto tiempo durará el petróleo). El Economista Morris Adelman del Massachussets Institute of Technology (MIT) en Boston, afirma que el abastecimiento esta asegurado por los próximos 25 a 50 años (Scientific American, Septiembre del 2004, pág. 17). Pero otros expertos son pesimistas, como es el caso de Colin Campbell, de "Petroconsultans" en Ginebra y también consejero de EIA, que sugiere que la producción máxima ya esta encima y que se evidenciaría en el año 2005. La diferencia de las fechas entre los optimistas y los pesimistas es de una importancia fundamental, ya que se requieren varios años para tener la posibilidad de adaptarse para un costoso e incierto proceso de transición a nuevas fuentes de energía.

Las diferentes apreciaciones se deben a la vaguedad en la evaluación de las reservas. Campbell afirma que las estimaciones están infladas, ya que los países productores exageran las cantidades de petróleos que tienen en su suelo. Eso por ejemplo habría sucedido en la década pasada, cuando seis países de la OPEC exageraron grandemente sus reservas con el objeto de obtener mejores cuotas de exportación. También las empresas petroleras han tendido a exageraciones. Recientemente la Royal/Duch Shell Group, comunicó que sus reservas comprobadas eran un 20% más baja de lo que originalmente habían estimado. Cualquiera que sean las reservas, es importante destacar que últimamente el ritmo de descubrimientos de nuevas reservas de petróleo, ha venido declinando desde el año 1960.

Pero a su vez los optimistas estiman que ello se contrapone con el enorme progreso logrado en la recuperación de reservas ya existentes. Gracias a los avances tecnológicos, hoy se puede repasar a los pozos estimados agotados, con menor costo que descubrir e iniciar la extracción en nuevos. Entre los años 1995 y 2003, gracias a ellas se ha logrado extraer más barriles de petróleo de los antiguos pozos considerados agotados, que de los nuevos que se han comenzado a explotar durante igual período. Ello ha sido especialmente notable en la llamada "Cuenca Pérmica" de Nuevo México en Estados Unidos. Se trata de una zona compuesta por capas sedimentarias que ya se consideraban agotadas, pero que han vuelto a producir utilizando altas tecnologías de extracción. Se utilizan mezclas inyectadas de agua y dióxido de carbono, al mismo tiempo que se destruyen los agujeros con todo tipo de técnicas, desde un gel arenoso hasta gravilla. La idea es crear fracturas en la roca y así lograr que llegue más crudo a los pozos.

También hay que considerar las fluctuaciones del mercado. La demanda continúa aumentando. El rápido crecimiento de China comienza a impactar en el mercado internacional, a lo que se agrega el crecimiento de la demanda de Japón y Estados Unidos. Mientras tanto se producen incertidumbres dentro de algunos mercados productores. Rusia e Irán se disputan el control de las nuevas reservas de Kazajstán y Azerbaiján, mientras que se prevén inestabilidades en Arabia Saudita y en general en el Golfo Pérsico. Todas estas variables son las que hacen fluctuar los precios y dificultan el cálculo de proyecciones y las predicciones de disponibilidades para los próximos años. Ante el desconcierto, aparecen voces que avisan que "ya viene el lobo". Ojalá que no llegue, o que al menos dispongamos del tiempo necesario para adaptarnos a nuevas realidades.



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