Se encuentra un nuevo pariente del hombre
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2004 )
Recientemente se ha descubierto en una isla del archipiélago de Indonesia, otra especie humana que durante largo tiempo convivió con la nuestra. Eran de baja estatura y tenían un pequeño cerebro, pero sin embargo poseían asombrosas habilidades.
En una isla tropical del archipiélago indonesio se han encontrado restos de homínidos enanos, que habrían vivido allí hace sólo 13.000 años. Se trata de un hallazgo muy reciente de osamentas que pertenecen a una nueva especie, que vivió en el pasado en esa isla, junto con elefantes enanos y lagartos gigantes.
Investigadores australianos y de Indonesia, describieron el reciente hallazgo en la revista Nature (vol. 431, pág. 1055 y 1087, 2004). La especie la han llamado "Homo floresiensis". Los restos óseos, consistentes en una calavera y algunos huesos, que corresponden a una mujer, a la que familiarmente se ha llamado LB 1 o Ebu. El nombre deriva de una leyenda local que habla de Ebu GoGo, una extraña criatura que andaba como pato y tenía un voraz apetito. Además de los huesos de Ebu, se encontraron restos de otros seis parientes. Todo ello estaba enterrado en el piso de una caverna de piedra caliza, en la isla de Flores, ubicada en Indonesia central. Se trata de una isla de 15 mil kilómetros cuadrados, que está a una distancia de 1.500 kilómetros de Yakarta, y cuyo origen es volcánico.
Según los antropólogos, los hallazgos son trascendentes y están llamados a transformar todos los conocimientos paleo-antropológicos clásicos, relacionados con la historia del hombre, que durante los últimos 50 años, ya habían sido aceptados como definitivos. Hasta ahora se pensaba que el Homo sapiens era el producto de una vía evolutiva única, que habría comenzado en Africa y que había terminado con la conquista del mundo. Pero ahora la aparición del Homo floresiensis sugiere que el hombre primitivo habría evolucionado simultáneamente en diversas formas. Para poner el hallazgo dentro del contexto de la historia de los hominides, el H. floresiensis aparece en escena después de 140.000 años que el hombre moderno evolucionó en Africa, 25.000 años después que el H.sapiens llegó a Australia y después de 15.000 años de la desaparición del último Neanderthal conocido.
De acuerdo al estudio de los restos óseos, se trata de una curiosa criatura, que tendría una altura de un metro, siendo el más pequeño homínido adulto conocido hasta ahora, con un cerebro pequeño, no más grande que una naranja. Sin embargo parece que se las arreglaban para cazar elefantes enanos. Ello cuestiona todo lo que se pensaba acerca del desarrollo de la inteligencia. Hasta ahora se había sostenido que el éxito de nuestra historia evolutiva estaba directamente ligado al tamaño de nuestro cerebro, el que nos había permitido desarrollar sofisticadas herramientas y la cultura. Pero ahora resulta que el cerebro de Ebu es del tamaño del cerebro de un recién nacido, y sin embargo fue lo suficientemente inteligente como para usar elaboradas herramientas y además capaz de utilizar el fuego en su beneficio. Ciertamente pudo manejarse igual o mejor que sus homínidos contemporáneos, logrando sobrevivir hasta el final de la edad del hielo.
Pareciera que el H.floresiensies es descendiente de ancestros que quedaron aislados en la isla Flores durante unos cientos de miles de años. Allí probablemente evolucionaron, manteniendo una pequeña estatura con un cerebro pequeño, del tamaño de un recién nacido de nuestra época. Es muy probable que su pequeña estatura y su cerebro hayan sido la consecuencia de una adaptación adecuada para la realidad de la isla, donde el escaso alimento disponible (bajas calorías) y la ausencia de grandes predadores, se veían favorecidos por una baja estatura.
El hallazgo es auténtico
La autenticidad de los restos encontrados ha sido confirmada por las imágenes tridimensionales de rayos X, que revelan las estructuras internas del cráneo, las que de este modo son imposibles de falsificar. El análisis de la data, realizada mediante el acelerador del espectrógrafo de masas, sugiere que los restos de LB 1 tienen una edad de 18.000 años. Sin embargo, el análisis de otros fragmentos de huesos encontrados en el mismo lugar, señalan que podrían ser más jóvenes, alrededor de 13 mil años. Los huesos más antiguos, tendrían una edad entre 74.000 y 95.000 años. Según estos datos, el H.floresiensis habría sobrevivido bastante más allá que los Neanderthals (Los Neanderthals maduraban antes que los humanos), los que habrían desaparecido de Europa y Asia, hace 28.000 años.
Es extraño que los restos de Liang Bua revelen rasgos morfológicos, que al mismo tiempo son modernos y antiguos. Los huesos del fémur y de la pelvis, sugieren que la especie anduvo en dos piernas, en una forma semejante a los ancestros de Africa, hace 4.5 millones de años. Pero sin embargo el H.floresiensis es la especie Homo más pequeña que se haya conocido hasta ahora y que además posee el más pequeño cerebro en relación a su talla, con un volumen de apenas 380 centímetros cúbicos. Ello es sólo una fracción del volumen del H.sapiens, que alcanzaba a los 1.650 cc.
En relación a la forma del cráneo y los dientes, la criatura se parece al Homo erectus, que vivió hace 200.000 años y del cual se piensa que desciende el H.sapiens y el Neanderthals. Esto hace pensar que el H.floresiensis desciende directamente del H.erectus (ver gráfico).
Pequeño cerebro, pero inteligente
A pesar de su pequeño cerebro, las evidencias sugieren que el H.floresiensis debió haber tenido características de comportamiento sofisticadas. Junto a los huesos se encontraron piedras elaboradas como herramientas. En el mismo sitio se encontraron dientes de estegodones enanos, ancestros de los modernos elefantes. También se encontraron restos óseos de peces, murciélagos y roedores, algunos de los cuales tenían signos de rasguños, como mordedura. Esto sugiere que estas criaturas fueron capaces de cazar esos animales y luego cocinarlos en un fuego abierto.
Por ahora continúan las excavaciones en búsqueda de otras evidencias para ver dimorfismos sexuales y calcular la edad en que los individuos alcanzaban la madures.
Otros restos encontrados también demuestran que posteriormente el H.sapiens colonizo la isla Flores en una fecha que oscila entre 55.000 y 35.000 años atrás. De este modo el H.floresiensis debe haber coexistido en el mismo lugar, con el hombre moderno por aproximadamente miles de años. Persiste el misterio de cómo han interactuado las dos especies. Lo más probable es que el H.sapiens, más alto y más inteligente haya tenido éxito en la lucha por los recursos y que debido a ello haya desaparecido los H.floresiensis. Pero también es posible que hayan desaparecido a consecuencia de erupciones volcánicas que se calcula hayan ocurrido hace 12.000 años.
En resumen, este descubrimiento ha sido una gran sorpresa para los antropólogos y ahora se están preparando para buscar nuevos restos en las islas alrededor de Flores. Están preparados para encontrar muchos otros "Homo" misteriosos, que hayan evolucionado en un aislamiento genético en otras islas del archipiélago (New Scientist, Octubre 30, pág. 8 del 2004).
CARACTERISTICAS ANATOMICAS DEL HOMO FLORESIENSIS
El esqueleto del homínido Liang Bua, (Homo floresiensis), constituye una mezcla de características descritas en otras especies evolutivas, propias de diferentes etapas de la evolución humana.
Una de las más llamativas características de LB1, o Ebu, es su baja talla Debe medir alrededor de un metro de alto, lo que la hace definitivamente más chica que los pigmeos modernos, que miden entre 1.3 y 1.4 metros. Su tamaño es como el primitivo Australopithecus.
Pero los australopithecines, como el caso de la famosa Lucy, vivieron en Africa, hace 1.4 a 1.5 millones de años, mientras que el homínido Liang Buaus, vivió entre 74.000 y 95.000 atrás, (La historia humana) y se extendió hasta muy recientemente, hace 13.000 años. Estas fechas se establecieron por técnicas usadas para fijar las fechas de diversos materiales encontrados alrededor de los restos de Ebu (Nature, vol 431, págs. 1055 y 1087 del 2004), además de otros restos óseos encontrados posteriormente y pertenecientes a esta nueva especie.
La forma del cráneo de Ebu, es más parecida a los ancestros Homo erectus, que vivieron entre 1.8 millones y 200.000 años atrás. Esto sugiere que Ebu, como el H.sapiens, es un descendiente directo del H.erectus (ver figura 2). Sus dientes son más grandes que los nuestros, y por ello también su boca es mayor. Su cara se proyecta hacia delante y no tiene mentón. También tiene cejas protuberantes, las que son típicas del H.erectus.
Sus manos son más humanas que el australopithecus. Desde el descubrimiento inicial, los investigadores han encontrado otras cuatro muestras de esta nueva especie, lo que incluye mano y muñeca. No hay evidencias que hayan vivido en los árboles, y sus manos tienen características más humanas.
Sin embargo, la forma del cuerpo del H. floresiensis, se parece mas al de los australopithecus que a la especie humana (Más sobre los ancestros del hombre). Su brazo, que fue descubierto sólo hace algunas semanas, era tan largo, que casi alcanzan hasta sus rodillas. En proporción, tiene piernas largas y curvadas, con una pelvis pequeña.
Todo esto no significa que el H.floresiensis y el australopithecus estén relacionados estrechamente. Su semejanza en la apariencia, más bien es debida a su baja estatura. Según Peter Brown, el jefe del grupo que descubrió esta especie, estima que el tamaño del cráneo al nacimiento, debió haber sido del tamaño de un limón, alrededor de un 15% del volumen craneal de un recién nacido de un hombre moderno. Por ello, no debió haber necesitado una gran pelvis.
Pero es el tamaño del cráneo, lo que más ha impresionado a los antropólogos. El no puede haber contenido un cerebro más grande que una naranja, lo que es similar al tamaño del cerebro de un chimpancé. Lo impactante es que con ese pequeño cerebro haya sido capaz de desarrollar comportamientos sofisticados, demostrado por el hallazgo de herramientas y restos de otros animales a su alrededor.
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